Vamos a hablar claro: los televisores 8K llevan años en las tiendas pero nadie, o casi nadie, los quiere. Y no es porque se vean mal, ni mucho menos, sino porque no hay contenido real para aprovechar todo ese mar de píxeles. Sí, hay demos espectaculares en tiendas, algún vídeo suelto en YouTube, y poco más. Para colmo, muchos se preguntan si de verdad se nota la diferencia con una buena tele 4K. Pero, ojo, que esto podría estar a punto de cambiar.
Resulta que en Computex 2025 ha ocurrido algo muy interesante: en un vídeo publicado por HDMI en YouTube, se mostró un televisor Samsung reproduciendo contenido 8K a 120Hz, y todo funcionando con HDMI 2.1. Esto no solo es un hito técnico, sino también una especie de empujón mediático que le hacía falta al 8K. Porque una cosa está clara: si el 8K quiere despegar de verdad, tiene que hacer algo más que sumar píxeles; tiene que ofrecer experiencias nuevas. Y una de ellas puede ser esta: alta resolución con alta tasa de refresco.
Por si fuera poco, la 8K Association también se ha sumado al carro y mostró algo parecido en el evento NAB 2025, aunque en este caso con un PC gaming en tiempo real. Y esto ya no es una demo técnica cualquiera: esto es meter el 8K a 120Hz en el mundo gaming, donde realmente se nota y se agradece. Así que sí, la tecnología está lista, el tren del 8K a 120Hz está calentando motores… y puede que este sea justo el empujón que necesitaba.
¿Podría esto cambiar el panorama de los televisores 8K?
Vamos por partes. Hasta ahora, el principal problema del 8K no ha sido técnico, ha sido práctico: ¿para qué quiero una tele 8K si no hay nada que ver en esta resolución?. Y si a eso le sumas que los modelos 8K suelen ser más caros, más grandes y consumen más energía, pues claro, se quedan ahí, luciendo muy bonitos en la exposición del MediaMarkt. Pero si empezamos a ver 8K a 120Hz como algo real y no como un sueño de laboratorio, las cosas podrían cambiar.
Lo de los 120Hz es clave. Porque no es solo resolución, es fluidez. Es la diferencia entre ver un vídeo y sentir que estás dentro. Y en videojuegos es aún más brutal: más fotogramas por segundo significa mejor respuesta, menos desenfoque de movimiento y una experiencia más inmersiva. Si a eso le sumas que la tecnología HDMI 2.1b con compresión DSC ya puede con esto sin despeinarse, pues estamos hablando de un combo que hace unos años parecía ciencia ficción.
Además, no hay que perder de vista un dato importante que soltaron en el propio vídeo de HDMI: el estándar HDMI 2.2 está al caer, este mismo año. Y aunque no han detallado mucho, lo más lógico es que venga con mejoras en capacidad de transferencia y quizás una compresión aún más eficiente. Todo esto hace que el ecosistema 8K esté más cerca de ser viable, al menos para quienes buscan la mejor experiencia posible, ya sea viendo cine, series o jugando.
Y es que no se trata solo de tener una tele con esta resolución, se trata de que el contenido, los cables, las consolas y los PCs también acompañen. Y eso, poco a poco, está ocurriendo. Ya hemos visto que las gráficas de última generación pueden mover juegos en esta resolución, incluso a 60 o más fps. Consolas como PS5 y Xbox Series X ya coquetean con resoluciones súper altas, y algunos servicios de streaming están empezando a hacer pruebas internas con contenido 8K (aunque aún con cuentagotas).
Así que sí, el 8K a 120Hz no es solo una cifra bonita para una caja, es un paso técnico que puede hacer que el consumidor medio empiece a verlo como algo deseable, no solo como una rareza para frikis del vídeo. Falta contenido, sí, pero si la industria se pone las pilas, esto podría marcar el inicio de la “segunda oportunidad” para el 8K.
¿Estamos listos para el salto? A nivel técnico, parece que sí. A nivel de contenido, aún estamos verdes. Pero lo más importante es que por fin hay una razón real para querer una tele 8K que va más allá del típico “se ve más nítido”. El combo de 8K y 120Hz es el verdadero killer feature que puede hacer que, dentro de un par de años, más de uno esté mirando con otros ojos ese modelo tope de gama.
