A veces nos volvemos locos con mejorar el sonido de nuestro sistema, buscando una nueva barra, un subwoofer más potente o hasta cambiando los altavoces traseros. Pero hay un ajuste que pasa totalmente desapercibido, que viene en todos los receptores AV modernos, y que puede marcar la diferencia entre un sonido bueno… y uno de cine de verdad. Estoy hablando del ajuste de distancia en los menús del AVR. Sí, ese ajuste donde pones cuántos metros está cada altavoz de ti. Suena simple, pero no veas lo que cambia todo si lo haces bien.
Y es que muchas veces dejamos que el sistema de autocalibración lo haga por nosotros, confiando ciegamente en que Audyssey, Dirac o el que toque lo va a clavar. Y no es que lo hagan mal, ni mucho menos. Pero si sabes cómo funciona este ajuste y lo afinas tú mismo, puedes sacar muchísimo más partido a tu equipo. Desde que los diálogos suenen bien centrados hasta que el subwoofer y los altavoces frontales trabajen como un solo bloque. Y ojo, que hablamos de milisegundos… pero el oído humano es muy sensible al tiempo.
Así que si tienes un receptor AV y nunca te has parado a revisar las distancias, este artículo es para ti. Te voy a explicar de forma muy sencilla cómo ajustar estos valores, por qué son tan importantes, y lo mejor: no necesitas gastar un solo euro para hacerlo. Solo una cinta métrica o láser, un poco de oído… y unos cuantos minutos de tu tiempo. Te prometo que el resultado merece muchísimo la pena.
Cómo ajustar bien las distancias en tu receptor AV paso a paso
¿Qué es exactamente este ajuste?

Cuando entras en los menús de tu AVR y ves algo como “Speaker Distance” o “Altavoz – Distancia”, lo que estás ajustando en realidad no es solo la distancia física. Lo que hace el receptor es aplicar un retardo digital a cada canal para que el sonido de todos los altavoces llegue a la vez al punto de escucha. Es decir, si tu altavoz derecho está más lejos que el izquierdo, el receptor retrasa ligeramente el sonido del izquierdo para que ambos te lleguen sincronizados.
Como el sonido viaja a unos 343 metros por segundo, cada metro equivale a unos 2,9 milisegundos de retraso. Puede parecer poco, pero créeme: si la central está desincronizada medio metro, los diálogos te van a sonar adelantados, raros, fuera de sitio. Y si el subwoofer no llega en el momento justo, el grave no tendrá pegada, se va a desinflar o emborronar.
¿Cómo se mide bien?
Aquí lo ideal es que cojas una cinta métrica o un medidor láser y midas desde el punto de escucha (donde están tus oídos) hasta el frente de cada altavoz, uno por uno. Nada de “medir desde el mueble” o “poner lo mismo porque están simétricos”. A veces un altavoz está 10 cm más cerca que el otro… y eso ya es casi 0,3 ms de diferencia, lo suficiente para fastidiar la imagen estéreo.
Una vez que tengas todas las distancias, entra en los menús del AVR y pon los valores con el decimal exacto. No redondees a lo loco. Si el altavoz izquierdo está a 2,7 m y el derecho a 2,9 m, ponlo así. La precisión importa, especialmente en los canales frontales y en la central.
El subwoofer, la trampa clásica
Aquí viene el lío más común. Mucha gente mide el sub y dice: “Está a 3,0 metros, pues lo pongo así”. Pero no. El sub tiene procesamiento interno, filtros de cruce y, a veces, incluso DSPs que añaden retardo. Por eso cuando haces autocalibración, el sistema te pone el subwoofer a 5 o 6 metros, incluso aunque esté físicamente más cerca. ¿Te está engañando? Para nada: te está diciendo la distancia equivalente en tiempo.
Si lo haces todo a mano, lo ideal es añadir entre 2 y 4 metros extra al sub respecto a su distancia real y probar. Empieza por 5,0 m, por ejemplo, y escucha escenas con golpes secos. Si el grave llega antes que las voces, reduce un poco. Si llega tarde y se siente «flotante», recorta medio metro. Esto se nota muchísimo cuando tienes el crossover bien ajustado a 80 Hz.
Errores comunes y trucos para afinar aún más

Confundir pies con metros
Algunos receptores, sobre todo los importados, vienen por defecto en pies. 1 metro son 3,28 pies, así que si no te das cuenta, puedes tener todas las distancias tres veces mal. Revisa bien la unidad antes de tocar nada.
Medir desde el mueble o desde la tele
Este es otro error típico. La medida tiene que ser desde tus oídos cuando estás sentado viendo una peli. Es decir, desde el punto de escucha real. No sirve medir “hasta la pared” o “desde el sofá hasta el altavoz”.
Poner la misma distancia en todos los altavoces
La tentación de poner “todos a 3 metros” porque “más o menos están igual” es real… pero es un error. Incluso diferencias de 10 o 20 cm se notan muchísimo en la imagen sonora, especialmente con contenido Dolby Atmos o DTS:X donde hay objetos moviéndose por la escena.
¿Y qué pasa con Dolby Atmos?
Pues pasa que aquí todavía importa más. Los canales de altura tienen que llegar perfectamente sincronizados con los frontales y traseros para que los objetos “floten” en el espacio. Si la distancia está mal ajustada, el efecto se descoloca, los helicópteros no suben, los rayos no bajan, y todo pierde realismo.
Así que mide también tus front height, top middle o lo que tengas en el techo. Es muy habitual olvidarse de esto y dejar lo que puso el autocalibrado. Y a veces ese valor puede estar desfasado más de un metro.
Una mejora brutal sin gastar un euro

Ajustar las distancias de forma manual es una de esas cosas que cuesta 10 minutos y te devuelve una mejora brutal de sonido. Lo notas en los diálogos, en cómo suena el sub, en la escena surround… es otro sistema. Y si además lo combinas con una buena calibración de niveles y un crossover bien puesto, tu cine en casa va a sonar como nunca.
¿Mi consejo? Haz una copia de seguridad de tu configuración actual, prueba los ajustes manuales, escucha con calma… y si no te convence, siempre puedes volver atrás. Pero ya te digo yo que no vas a querer.




