A todos nos ha pasado: tienes un televisor que lleva ya unos añitos contigo, que no está rota, que se ve más o menos bien, pero que últimamente va más lenta que una conexión de ADSL de los 2000. Cada vez que entras en Netflix, tarda la vida en cargar, o peor, se queda pillada justo en la escena más importante de tu serie favorita. Y claro, uno empieza a pensar… ¿Y si toca comprar una nueva?
Pero ojo, porque tirar la toalla demasiado pronto puede salir caro. Muchas veces, el problema no está en la tele en sí, sino en cómo está configurada o en lo saturada que la tenemos. Con unos cuantos ajustes y pequeñas limpiezas digitales, puedes hacer que tu viejo televisor vuelva a parecer recién salido de la caja. No, no va a convertirse en una OLED de última generación, pero sí puedes darle un buen lavado de cara para que se note ágil, moderna y usable.
Y lo mejor es que no hace falta ser un experto en tecnología ni gastar un euro. Basta con conocer dónde tocar, qué borrar, qué desactivar… y en cuestión de minutos tu tele de hace 5, 6 o incluso 8 años puede volver a brillar. Aquí te contamos los trucos más útiles y sencillos para sacarle el máximo partido a esa tele que ya dabas por perdida.
Los mejores trucos para que tu tele vieja funcione (y luzca) como nueva
Haz limpieza de apps inútiles
Tal como pasa con los móviles, las teles se llenan de apps que no usamos para nada. Juegos que nunca abriste, plataformas de streaming que probaste en una promo de 7 días, o directamente cosas que vienen preinstaladas y que no sabes ni para qué sirven. Todo eso ocupa espacio, ralentiza el sistema y puede provocar fallos.
Lo mejor que puedes hacer es entrar en el menú de aplicaciones y desinstalar todo lo que no usas. En muchas teles verás que hay algunas apps que no se pueden quitar (como Samsung TV Plus, por ejemplo), pero todo lo demás… fuera. Y después, reinicia la tele, notarás que carga más rápido y se siente más fluida.
Actualiza el software (sí, aunque tenga años)
Puede parecer una tontería, pero muchas teles siguen recibiendo actualizaciones aunque tengan ya sus años. Estas actualizaciones corrigen errores, mejoran el rendimiento, e incluso a veces añaden funciones nuevas. Solo tienes que ir al menú de Configuración > Soporte > Actualización de software (o similar, depende de la marca) y buscar si hay alguna disponible.
Y si tu tele no está conectada a internet o no encuentra nada, no te rindas. Muchas marcas permiten actualizar por USB. Basta con bajar el archivo desde su web oficial, pasarlo a un pendrive, conectarlo a la tele y seguir los pasos. Es un proceso que lleva 10 minutos y puede marcar la diferencia.
Reinicia la RAM con un truco muy fácil
Aunque no lo parezca, las teles también tienen memoria RAM, como los móviles o el ordenador. Y cuando llevan tiempo encendidas, esa memoria se llena y hace que todo vaya más lento. Una forma fácil de vaciarla es hacer un «reinicio suave».
En muchas teles Samsung, por ejemplo, puedes hacerlo manteniendo pulsado el botón de encendido del mando (no solo apagando la tele, ojo) hasta que veas que se apaga y vuelve a arrancar con el logo. Este truco resetea la RAM y suele mejorar el rendimiento al instante.
Usa cable Ethernet si puedes (mejor que el Wi-Fi)
Esto es clave. Si tienes la posibilidad, conecta la tele por cable al router. El Wi-Fi, sobre todo si tienes muchos aparatos conectados o el router está lejos, puede ser inestable. En cambio, con Ethernet la conexión será más rápida, más estable y sin cortes.
Si tu tele no tiene puerto Ethernet, puedes probar a acercar el router o usar repetidores Wi-Fi. Y si tu red tiene doble banda, asegúrate de que estás usando la banda adecuada: 2.4GHz para largas distancias y 5GHz si estás cerca.
Desactiva modos y funciones que sobran
Muchos televisores vienen con funciones activadas de serie que, lejos de ayudar, ralentizan el sistema. Por ejemplo, el famoso modo Eco, que ajusta el brillo según la luz de la sala, puede hacer que la imagen parpadee o se vea rara.
Otro clásico es el suavizado de movimiento, también conocido como Auto Motion Plus, TruMotion, MotionFlow… ese efecto que hace que todo parezca una telenovela barata. Desactivarlo mejora la imagen y libera recursos del sistema. También puedes apagar la función de cambio automático de HDMI o de gestión de dispositivos externos, que a veces genera conflictos y ralentizaciones.
Y si nada de esto funciona… haz un reseteo de fábrica
Este es el plan B, o mejor dicho, el plan Z. Si has probado todo lo anterior y la tele sigue igual de lenta o con fallos, haz un reseteo completo a valores de fábrica. Ojo, esto borra todas las apps, configuraciones y datos, así que apunta bien tus contraseñas y servicios antes de hacerlo.
Después del reseteo, configura solo lo necesario y evita volver a llenar la tele de cosas que no necesitas. Verás que muchas veces, con una simple limpieza total, la tele resucita.
En resumen: no hace falta cambiar de tele cada 4 años para tener una experiencia decente. Con estos trucos simples, puedes sacarle varios años más de vida útil a tu viejo televisor, y encima gratis. Así que antes de tirar la toalla (o la tele), dale una segunda oportunidad. Quizás descubras que aún le queda mucha guerra por dar.