¿Te acuerdas cuando Chromecast apareció allá por el 2013? Fue como magia: de repente podías enviar vídeos desde tu móvil a la tele con solo un toquecito. Y claro, con eso ya nos tenían en el bolsillo. Pero eso fue hace más de una década (sí, pasa rápido), y desde entonces el invento ha evolucionado más que tu grupo de WhatsApp del cole.
Hoy en día, Chromecast no solo sirve para ver pelis y series, ni se limita a los que viven pegados a YouTube. Si tienes un Chromecast con Google TV o cualquier dispositivo con esta tecnología integrada, estás a punto de descubrir que podrías estar usándolo mucho más… y mucho mejor.
Porque sí, puedes sacarle muchísimo jugo a tu Chromecast sin necesidad de ser un experto en tecnología, sin instalar cosas raras, y todo desde tu móvil, tablet o portátil. Aquí te traigo seis usos alternativos del Chromecast que te van a flipar, y que quizás no conocías. Algunos son tan útiles que vas a preguntarte por qué no los usabas ya.
Tus fotos, en pantalla grande y sin apretujones
Seguro que has vivido esto: vuelves de un viaje, quieres enseñar tus fotos, y acabas reuniendo a cinco personas alrededor del móvil. Que si uno se asoma desde el lado, que si otro no ve nada… y tú ahí haciendo malabares con el zoom. Pues eso, se acabó.
Con Google Photos y Chromecast puedes mostrar tus fotos y vídeos directamente en la tele. Solo tienes que abrir la app, tocar el iconito de Chromecast (esquina superior derecha), elegir tu tele, ¡y listo! Deslizas con el dedo y van pasando las imágenes una por una, como si estuvieras en un pase de diapositivas moderno.
Eso sí, no puedes hacer zoom desde el móvil y que se vea en la tele. Pero con una pantalla tan grande, tampoco lo necesitas. Ideal para esas reuniones familiares o para presumir de las fotos del finde sin dejarte los ojos.
Vigila tu casa desde la tele
Si tienes cámaras de seguridad conectadas al ecosistema de Google (como las Nest), puedes ver lo que ocurre en casa directamente desde la tele. Ideal si estás en el sofá y no quieres andar sacando el móvil cada dos por tres.
Solo tienes que decir algo como “Hey Google, muéstrame la cámara del jardín” y ¡boom!, ahí está. Perfecto para vigilar al perro, ver quién llama a la puerta o simplemente curiosear un poco.
Y si tienes varias cámaras, puedes acceder a ellas desde el panel lateral de Google TV. Todo sin levantarte del sofá, como debe ser.
Presentaciones como un pro (sin cables)
¿Tienes una reunión en el curro y no quieres andar con el portátil, el HDMI, el adaptador que nunca aparece…? Pues si hay un Chromecast cerca, estás salvado. Puedes lanzar tu presentación de Google Slides directamente a la tele de la sala, sin líos de cables.
Esto no solo queda más limpio, sino que además te permite moverte con libertad, controlar la presentación desde el móvil o el portátil y mantener la atención de la audiencia. Y si usas Google Meet, también puedes mandar la videollamada al televisor, algo súper útil para reuniones con varias personas en una sala.
¿Tu oficina no tiene Chromecast? Llévate el tuyo. Ocupa menos que una memoria USB y te puede sacar de un apuro más de una vez.
Duplica la pantalla del móvil: el truco todoterreno
A veces quieres mostrar algo que no es compatible con Chromecast de forma nativa: una app rara, un juego, una web concreta. Ahí es donde entra la opción de duplicar la pantalla del móvil.
Con esta función, todo lo que veas en tu móvil Android aparece en la tele, en tiempo real. Puedes enseñar fotos, ver vídeos, navegar, incluso jugar mientras otros miran. Pero ojo: también se ven las notificaciones, así que cuidado con los mensajitos que puedan aparecer.
Funciona como un espejo. Y aunque no es tan fino como el casting clásico, es una solución de emergencia que viene muy bien en más ocasiones de las que crees.
Ver la tele sin molestar a nadie (o con mejor sonido)
¿Te gusta ver series por la noche y no quieres despertar a medio edificio? Chromecast con Google TV tiene una opción genial: puedes enviar el audio de la tele a unos auriculares Bluetooth.
También funciona con altavoces compatibles, por si quieres ampliar el sonido sin usar los altavoces de la tele. Una forma cómoda de mejorar la experiencia, ya sea porque estás solo, no quieres molestar, o simplemente quieres una calidad de sonido más top.
Y lo mejor: todo esto lo puedes controlar desde el mando del Chromecast, sin complicaciones ni ajustes raros.
Música a lo grande (aunque no tengas altavoces Bluetooth)
No todo es vídeo. Chromecast también sirve para hacer sonar tu música favorita con estilo. Si tienes un buen sistema de sonido conectado a la tele (o al menos una barra decente), puedes enviar el audio desde Spotify, YouTube Music o cualquier app compatible y disfrutarlo a lo grande.
Esto es especialmente útil si no tienes altavoces Bluetooth o si simplemente prefieres usar el equipo de sonido del salón, que probablemente suena mucho mejor que el del móvil.
Y aunque el mítico Chromecast Audio ya no esté con nosotros, esto es lo más parecido que tenemos hoy en día.
En resumen, si solo usas Chromecast para ver Netflix, estás desaprovechando un mundo de posibilidades. Desde mostrar fotos hasta hacer presentaciones, poner música o ver tus cámaras, este pequeño dispositivo es un verdadero multiusos.
Así que ya sabes: échale un vistazo a tu Chromecast, juega con sus funciones, y sácale todo el partido que merece. Porque cuando una cosa es buena, se nota… y si encima puedes usarla para casi todo, pues mejor que mejor.