Mira, lo sabemos. Te compras una tele nueva, la sacas de la caja, la enchufas, pones Netflix… ¡y listo! Ya está todo hecho, ¿no? Pues no. Aunque no lo parezca, hay muchas cosas que puedes estar haciendo mal con tu televisor sin darte ni cuenta. Y no estamos hablando de cosas técnicas de esas que solo entienden los frikis del foro, no. Cosas simples, del día a día, que marcan una diferencia enorme.
¿Te duele la cabeza después de ver una peli? ¿No ves bien los colores? ¿Notas que el sonido no acompaña a la pedazo de imagen 4K que tienes? Todo eso puede tener solución sin cambiar de tele, solo corrigiendo pequeños fallos que la mayoría cometemos.
En este artículo vamos a contarte los 5 errores más comunes que cometemos con nuestras teles y, lo más importante, cómo solucionarlos sin complicarse la vida. Porque una buena experiencia de cine en casa no depende solo del tamaño de la pantalla. Así que ponte cómodo, coge el mando (y si puedes, el trapo de limpiar pantallas también), que empezamos.
Colocar la tele frente a una ventana (error de novato)
A ver, entendemos la tentación. Tienes una ventana enorme, entra luz natural, y piensas: “Aquí encaja perfecta la tele, queda hasta decorativa”. Pues no. Poner la tele frente a una ventana es como ver una peli con una linterna apuntándote a los ojos. Mal asunto.
La luz natural genera reflejos y tu vista se va a volver loca intentando adaptarse al brillo de la ventana y al contraste de la tele. ¿Resultado? Fatiga visual, dolor de ojos y escenas oscuras donde no ves un pimiento.
Lo ideal es que coloques la tele en perpendicular a la ventana. Así te ahorras los reflejos directos. Y si puedes, añade unas cortinas opacas o estores. No hace falta montar una cueva, pero ver una serie sin reflejos es otro nivel.
Ver siempre en el modo de imagen por defecto
Este es el clásico de los clásicos. Compras la tele, la enciendes, y te parece que se ve de lujo. Pero lo que estás viendo es el modo “Dinámico” o “Vívido”, que viene activado por defecto para impresionar en la tienda. No está pensado para tu salón.
¿Solución? Explora los modos de imagen que trae tu tele. Sí, esos que ignoras cuando tocas el menú. Algunos modelos tienen “Modo Cine”, “Filmmaker Mode” o “Modo Experto”. Cambiar a uno de estos puede ser la diferencia entre sentir que estás en el cine o en un bazar asiático.
Y si ves mucho fútbol, series o pelis, no tengas miedo a ir cambiando de modo según lo que veas. No es pereza, es querer lo mejor para tus ojos y tu experiencia.
Estás sentado demasiado cerca (o demasiado lejos)
Aquí entra en juego el tamaño de tu tele y la distancia al sofá. Porque si te sientas demasiado cerca, vas a estar moviendo la cabeza como si estuvieras viendo un partido de tenis. Y si te sientas muy lejos… pues adiós detalle, adiós inmersión.
Como regla general, si tienes una tele 4K, multiplica el tamaño de la pantalla (en pulgadas) por 1.2 y eso te da la distancia ideal en pulgadas. Por ejemplo, para una tele de 55 pulgadas: 55 x 1.2 = 66 pulgadas = 1.68 metros.
No hace falta que saques la cinta métrica cada vez, pero asegúrate de que no estás a 3 metros con una tele de 43 pulgadas. Y si puedes, reubica el sofá o la tele. Tu cuello y tus ojos te lo van a agradecer.
Confiar solo en el sonido de la tele (gran error)
Este duele, porque es muy común. Te has dejado un pastón en una tele OLED espectacular, pero el sonido parece el del móvil de tu primo. Es que no se puede pedir mucho a unos altavoces integrados en una tele que tiene el grosor de un folio.
La mayoría de teles, incluso las más top, tienen un sonido bastante mediocre. La buena noticia es que con una barra de sonido, incluso de las baratas, mejoras muchísimo la experiencia.
¿Tienes presupuesto? Mira una barra con Dolby Atmos. ¿Estás justo de pasta? Las hay por menos de 100€ que le dan mil vueltas al sonido plano de tu tele. Y ya si te pones a montar un sistema surround, prepárate para flipar.
Ver pelis con todas las luces encendidas
Este es muy típico en casa: pones la peli, enciendes el flexo, la lámpara del techo, la luz del pasillo, y todo el salón parece un plató de televisión. Así no hay quien vea una escena oscura sin perderse.
Si quieres que los negros sean negros y los colores brillen como deben, apaga todas las luces o deja solo una tenue, tipo lámpara de ambiente o tira LED suave detrás de la tele. Esto se llama iluminación ambiental indirecta y mejora el contraste sin forzar la vista.
Y no, no es postureo cinéfilo. Es que realmente se ve mucho mejor. Prueba a ver tu serie favorita con el salón a oscuras (o casi) y luego vuelve a verla con todo encendido. Notarás la diferencia en segundos.
¿Estás usando tu televisor como debe ser?
Y una última cosa antes de irnos: si tu tele es Smart TV y solo usas YouTube y Netflix, es como tener un Ferrari para ir a por el pan. Explora, trastea, instala apps nuevas, prueba plataformas como Plex, Pluto TV, Rakuten o incluso emuladores si te va lo retro.
Una tele hoy día es un centro multimedia completo, no solo una pantalla para ver series. Y con cuatro ajustes, un poco de cariño, y evitando estos errores… puedes tener una experiencia de cine en casa sin gastar más.
¿Y tú, cometes alguno de estos errores? Si es así, no te preocupes. Todos lo hemos hecho. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa. ¡A disfrutar como se merece ese pedazo de tele que tienes en el salón!