Si tienes un equipo de sonido estéreo y sientes que falta algo en los graves, no estás solo. Es una sensación muy común. Aunque tengas unos buenos altavoces de columna o de estantería, hay ciertas frecuencias graves —las más profundas, las que se sienten más que se oyen— que simplemente no están ahí. Y claro, cuando te pones temas como bad guy de Billie Eilish o algo de electrónica con pegada, se echa mucho de menos ese “punch”.
¿La solución? Muy fácil: añadir un subwoofer. Pero cuidado, porque aquí es donde mucha gente se equivoca. No se trata solo de enchufarlo y ya. Un subwoofer mal colocado o mal configurado puede cargarle el sonido a tu equipo y conseguir justo el efecto contrario: que suene más embarullado y con menos claridad.
En AVPasión nos gusta hacer las cosas bien, sin complicarnos la vida más de lo necesario pero sabiendo lo que estamos haciendo. Así que si te estás planteando meter un subwoofer en tu equipo estéreo, aquí van cinco consejos clave que te ahorrarán quebraderos de cabeza y que te ayudarán a que suene todo como un cañón.
No compres el subwoofer a lo loco
Suena a obviedad, pero es lo primero que se suele hacer mal. No todos los subwoofers valen para todos los equipos. No tiene ningún sentido comprarte un sub de 1.600W y 16 pulgadas si tienes unos altavoces de estantería modestos. Y al revés, si tienes columnas grandes y metes un subwoofer muy flojito, no va a hacer nada.
Lo ideal es que el sub esté equilibrado con el resto del sistema. Si no tienes claro cuál elegir, muchas marcas tienen subwoofers diseñados para sus propios altavoces, así que puedes preguntar directamente al fabricante o en la tienda especializada de confianza.
Ajusta bien los tres parámetros clave del subwoofer
En la parte trasera de casi cualquier subwoofer encontrarás tres controles importantes: el volumen (o “gain”), la fase (“phase”) y el crossover. Y sí, hay que toquetearlos.
- Crossover: es la frecuencia a partir de la cual el subwoofer empieza a funcionar. Lo suyo es ponerla unos 10 o 15 Hz por encima del corte inferior de tus altavoces. Si no sabes cuál es, usa esta guía rápida:
- Altavoces pequeños: ponlo en 100 Hz
- Altavoces medianos: sobre 60 Hz
- Altavoces grandes: entre 40 y 50 Hz
- Fase: si notas que los graves se anulan o no suenan con fuerza, puede que estén fuera de fase con los altavoces. Prueba a cambiar el conmutador entre 0° y 180° mientras suena una canción con bajos constantes (por ejemplo Another One Bites the Dust de Queen) y quédate con la posición donde más se note el grave.
- Volumen: empieza por la mitad, ve subiendo poco a poco hasta que notes que el grave empieza a comerse al resto, y entonces bájalo un pelín. ¡Y ya está! No hay fórmula mágica, es todo a oído. Lo importante es que el sub se note, pero no domine.
Coloca el subwoofer en el sitio correcto (y no donde te parezca cómodo)
Este truco es buenísimo: pon el subwoofer en el sitio donde tú te sientas a escuchar música, y mientras suena algo con buenos graves, vete agachando y moviéndote por la sala (sí, como un loco si hace falta). Allí donde los graves se escuchen más definidos, más secos y sin retumbar, es donde deberías colocar el sub.
Si puedes, lo ideal es ponerlo entre los dos altavoces frontales o cerca de ellos, pero si tu sala no lo permite, mejor el sitio con mejor sonido que el más cómodo visualmente.
No pongas cualquier cable de los chinos
Sí, todos los cables RCA valen para conectar el subwoofer, pero no todos suenan igual. Lo mejor es invertir en un cable bien apantallado, con buenos conectores y que tenga la longitud adecuada para que no tengas que forzar ni doblar el cable. No hace falta gastar 100 euros, pero tampoco vayas al cable más barato de Amazon.



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Si tienes dudas, hay guías de cables probados que funcionan de lujo, y por unos 20-30 euros puedes tener un cable que te dure años y te evite ruidos o interferencias.
¿Y si añado dos subwoofers en vez de uno?
Pues la diferencia es brutal, pero no por volumen, sino por calidad. Al usar dos subs, cada uno trabaja con menos esfuerzo y el grave se reparte mejor por toda la sala, evitando zonas muertas o resonancias molestas.
No hace falta que sean dos subs carísimos. Puedes empezar con uno, y si en el futuro te animas, añadir un segundo igual o similar. Eso sí, la configuración es un poco más compleja, así que asegúrate de tener algo de experiencia o ayuda.
El subwoofer bien puesto te cambia el equipo
Lo que está claro es que añadir un subwoofer bien integrado puede elevar tu equipo estéreo a otro nivel. No se trata solo de que suene más fuerte, sino de que suene mejor, con más cuerpo, más profundidad y más control. La música cobra otra dimensión, sobre todo si escuchas rock, electrónica, bandas sonoras o jazz.
Eso sí, como has visto, hay que hacerlo bien: un buen sub mal ajustado es peor que no tenerlo. Pero con estos cinco consejos básicos y un poco de mimo, lo tienes hecho.