Ay, otro mes, otra subida en las plataformas de streaming. Si tienes cuenta en Disney+, quizás ya te ha llegado el correo: a partir del 16 de noviembre, los precios vuelven a subir en España. Sí, otra vez. Y esta vez, no se libra ningún plan: ni el Premium, ni el Estándar, ni el que lleva anuncios. Lo justifican como parte del “esfuerzo por ofrecer entretenimiento de primera categoría”, pero la sensación es la de siempre: más dinero por lo mismo de antes.
El cambio no es menor: el plan Premium pasa de 13,99 euros a 15,99 euros al mes, el Estándar sube a 10,99 euros al mes y el plan con anuncios se coloca en 6,99 euros al mes. Es decir, un eurito o dos más cada mes dependiendo del plan, que en un año se convierten en subidas de hasta 24 euros. Si no haces nada, la renovación será automática con los nuevos precios, así que si no quieres pagar ese extra, toca moverse antes del 16 de noviembre.
Pero lo que más fastidia no es solo el dinero. Es que los cambios te obligan a elegir entre pagar más o perder calidad. El único plan que mantiene 4K, HDR y Dolby Atmos es el Premium. Si bajas al Estándar, te quedas en Full HD y sin Atmos, y si eliges el de anuncios, además de comerte la publi, te olvidas de las descargas. Vamos, que la plataforma te empuja suavemente hacia el plan caro si quieres disfrutar todo como se debe.
¿Qué opciones tienes ahora que Disney+ vuelve a subir precios?
La clave aquí es entender bien lo que ofrece cada plan tras la subida. El plan Premium, el más completo, se queda en 15,99 euros al mes o 159,90 euros al año. Este es el único que te da acceso a contenido en 4K UHD con HDR, sonido Dolby Atmos, hasta 4 dispositivos a la vez y descargas. Vamos, el pack completo para exprimir Disney+ en una buena tele o proyector. Si eres de los que tienen una OLED bien calibrada, una barra de sonido decente y lo tuyo es ver pelis como en el cine, este plan sigue siendo tu única opción lógica.
Si te apañas con menos, el plan Estándar cuesta ahora 10,99 euros al mes o 109,90 euros al año. Te quedas en Full HD, sonido 5.1, dos reproducciones simultáneas y sí, puedes descargar. Para muchos, es el punto medio más razonable. Pero ojo: si tu tele es 4K y te gusta cuidar la calidad de imagen, este plan puede saber a poco. Por último, está la opción con anuncios por 6,99 euros al mes, que se convierte en la vía más barata para mantener Disney+ “por si acaso”. Eso sí: sin descargas, con anuncios y también en Full HD. Para ver algo en el móvil o en una segunda tele puede valer, pero no esperes maravillas.
¿Mi recomendación? Si eres de los que tienen Disney+ todo el año y no se te escapa un estreno, valora el plan anual. Sale más a cuenta y te ahorras uno o dos meses enteros al hacer cuentas. Pero si solo lo usas en ciertas épocas (vacaciones, lanzamientos fuertes tipo Star Wars o Marvel), puedes hacer como muchos y dar de baja el plan tras el mes bueno y volver cuando lo necesites. La plataforma no penaliza la cancelación y puedes reengancharte fácilmente cuando haya algo que merezca la pena.
Por cierto, si tu renovación cae justo después del 16 de noviembre, revisa la fecha y actúa ya. Porque si no haces nada, ese euro o dos extra te lo clavan sin avisar. Cambiar de plan o pasar al anual puede marcar la diferencia si no quieres pagar más por inercia. Y en estos tiempos, cada euro cuenta.
¿Conclusión? Pues que Disney+ se sube al carro de lo que ya hicieron otras plataformas como Netflix, Max o Prime Video: subir precios sin tocar el catálogo. No hay novedades técnicas, no hay más calidad, solo una tarifa más cara. Así que ahora te toca decidir: ¿pagas más por mantener lo que ya tenías, ajustas al plan barato aunque pierdas calidad, o directamente te das de baja y vuelves cuando estrenen algo que realmente te interese?
Sea cual sea tu caso, lo importante es no quedarse mirando. El 16 de noviembre está a la vuelta de la esquina y si no haces nada, vas a pagar más, quieras o no. Así que entra ya en tu cuenta, revisa tu plan y toma una decisión. Porque en esto del streaming, cada clic cuenta… y cada subida también.