¿Te imaginas tener dos pantallas y que parezcan una sola sin nada que las divida? Pues eso mismo es lo que ha logrado LG Display con su nueva tecnología de Micro LED sin marcos, o como ellos lo llaman, «Zero Bezel Micro LED». Sí, tal cual: una pantalla completamente sin bordes. Nada de ese marco negro que siempre estorba cuando juntas dos monitores. Y lo más loco es que no es un concepto o un render bonito: esto ya lo han mostrado funcionando en vivo y en directo.
La presentación tuvo lugar en la feria SID Display Week, celebrada en San José, California. Ahí, LG Display —que no es lo mismo que LG Electronics, pero sí es quien les fabrica los paneles— se sacó de la manga varias sorpresas tecnológicas. Entre ellas un OLED de 4.000 nits de brillo, otro panel con OLED azul fosforescente, pantallas que se estiran como si fueran de goma… Pero lo que más llamó la atención fueron estas dos pantallas Micro LED de 22 pulgadas que, cuando se juntan, se transforman visualmente en una sola ultra ancha. Y sin que se note nada en medio. Nada. Cero. Casi mágico.
Para los que somos fans de tener monitores grandes o configuraciones de varias pantallas —ya sea para trabajar, para jugar o simplemente para disfrutar del postureo tecnológico— esto es un auténtico sueño. Porque seamos sinceros: por más finito que sea un marco, siempre está ahí, rompiendo la ilusión de continuidad. Pero con esta nueva propuesta de LG Display, eso se acabó. Dos pantallas, un solo panel visual.
¿El principio del fin de los marcos? Así funciona la magia de los Micro LED sin bordes
Vamos al grano: esto no es solo un diseño bonito, es tecnología seria. LG Display ha apostado por paneles Micro LED, que no hay que confundir con OLED. A diferencia de los OLED, los Micro LED no tienen componentes orgánicos. Eso significa, entre otras cosas, que no sufren de burn-in (ya sabes, esas sombras fantasmales que se quedan marcadas después de tener la misma imagen mucho tiempo en pantalla), y que además tienen una vida útil mucho más larga. Ideal para usar a diario, para exprimirlas con videojuegos, películas, trabajo o lo que sea.
Y ojo, que los beneficios no terminan ahí. Estas pantallas también tienen control de píxel individual, lo que se traduce en negros realmente negros, sin fugas de luz, y en una precisión de color que deja en ridículo a muchos otros tipos de paneles. Si a eso le sumas el hecho de que son modulares y completamente sin marcos… pues sí, tienes entre manos una pantalla del futuro.
La idea, según LG, es que este tipo de tecnología se use especialmente en entornos comerciales. Piensa en tiendas, aeropuertos, museos o salas de control. Pero claro, eso no quita que nosotros, los mortales amantes del buen cine en casa o de las partidas épicas, soñemos con tener uno de estos bichos en nuestro escritorio. Imagina una pantalla de 44 pulgadas ultra ancha, sin bordes, con la calidad de imagen brutal del Micro LED… y sin el temor de que se degrade con el tiempo.
Ahora bien, no todo es perfecto. La tecnología Micro LED, a pesar de todas sus ventajas, sigue siendo carísima de producir. Tan cara que, para que compitiera realmente en el mercado de televisores o monitores de consumo, los costes de producción tendrían que reducirse en un 90%. Sí, has leído bien: noventa por ciento. Una locura. Aunque, si somos optimistas, estos avances pueden ser señales de que esa reducción ya no es tan imposible como parecía.
Además, el año pasado había rumores de que LG quería frenar su inversión en Micro LED. Pero viendo lo que han mostrado en esta feria… parece que todo lo contrario: están apostando fuerte. Quizá no veamos una tele Micro LED sin bordes en el Carrefour la semana que viene, pero esto ya está en camino. Y si algo nos ha enseñado la historia de las tecnologías de pantalla es que, con tiempo y escala, todo acaba siendo más barato y accesible.
Así que ya sabes: si eres de los que sueñan con una experiencia visual sin cortes, sin bordes, sin compromisos… lo que LG Display acaba de mostrarte es el futuro que estabas esperando. Solo queda tener un poco (bastante) de paciencia… y cruzar los dedos para que el precio algún día baje a niveles humanos.