La franquicia Juego de Tronos en general se distingue por muchas cosas, pero quizá la más destacable de primeras es el tema de los dragones, los cuales siempre han sido una figura principal de la franquicia, llegando a tener incluso un spin-off en el que tienen mucha más presencia, y es que La Casa del Dragón es una de las series más exitosas de los últimos tiempos, en gran parte porque los dragones tienen mucha importancia en la misma, logrando robarse un papel protagonista que le pertenece más bien a Rhaenyra Targaryen.
Desde su primera aparición hemos visto dragones de todo tipo, desde la imponente Vhagar, hasta los tres dragones de Daenerys, pasando por otros más normales como Carexes, el dragón montado por Daemon Targaryen. Podría hacer muchas reflexiones sobre ellos, como cuando decidí escribir sobre Balerion, dragón que montó Aegon el Conquistador, y que es relatado como realmente enorme en las novelas, pero la verdad es que creo que hay una mucho más interesante.
Y es que sí, tal y como comentaba, los dragones que vemos en la franquicia Juego de Tronos no son realmente dragones, al menos según la mitología, algo sobre lo que se le ha preguntado en numerosas ocasiones a George R.R. Martin.
En Juego de Tronos no hay realmente dragones
Seguro que en estos momentos estás ya pensando en cómo es la forma de un dragón. Dos grandes alas, grandes garras, dientes realmente afilados y una boca que puede expulsar fuego que abrasa a cualquiera. De esta manera, probablemente podríamos describir a prácticamente todas las criaturas llamadas dragones que aparecen en las producciones de la franquicia Juego de Tronos, pero también a cualquier clase de dragón que hemos podido ver en la ficción, ya sea en formato de cine o de televisión.
Ahora bien, existen muchos tipos de dragones. Lo que normalmente se conoce como dragón, o más bien la descripción más precisa que se hace de los mismos es que cuentan con cuatro patas y dos alas, una descripción que como ya habrás pensado no encaja en absoluto con la figura de esta criatura que vemos en Juego de Tronos, siendo que estos cuentan con dos patas y dos alas.
Estos, por supuesto, tampoco son una invención de George R.R. Martin para Juego de Tronos, sino que existen también en la mitología, pero no son dragones, sino guivernos. Cierto es que muchas personas los consideran un tipo de dragón, pero la verdad es que son dos criaturas completamente diferentes, relacionadas especialmente con el arte medieval, y la cual hemos podido ver en otras muchas adaptaciones de estas criaturas, identificándolas erróneamente como dragones a pesar de que en realidad son guivernos.
¿Cambia esto algo?
La realidad es que esto no cambia absolutamente nada. En una serie tan grande, que llegados a este punto es más bien una franquicia, es normal que tengan su propia forma de hablar, por lo que no es tan raro que hayan decidido llamar a los guivernos como dragones, siendo también esta una forma de simplificar el lenguaje, ya que esta clase de criaturas son más conocidas de la manera que la llaman actualmente.
Esto es un simple detalle que quizá te interesa saber, y que puede cambiar tu forma de ver la serie cada vez que deciden hablar de dragones, pero que no cambia absolutamente nada de cara a la misma. Los dragones dentro del universo de Juego de Tronos siguen siendo dragones, y seguirán siendo una parte importante de la mitología de esta franquicia.
Mientras tanto, si quieres volver a ver cómo son estas criaturas en este universo te recomiendo que vayas a HBO Max, donde puedes encontrar tanto Juego de Tronos como La Casa del Dragón.