Llevo muchos años siendo un auténtico enfermo de los televisores, siguiendo este mundillo casi como una obsesión: leyendo, comparando, viendo presentaciones, empapándome de ferias, promesas imposibles, modas pasajeras y nombres rimbombantes que luego, muchas veces, se quedaban en nada. Y aun así, pocas veces he tenido tan claro que el año que viene puede ser realmente diferente. No “un poquito mejor”, no “una evolución lógica”, sino un cambio de etapa de los de verdad.
Y es que 2026 tiene todos los ingredientes para agitar el panorama del televisor doméstico. Nuevos formatos HDR que llegan para ponerlo todo patas arriba, tecnologías que podrían plantarle cara por primera vez al dominio absoluto del OLED, y, por fin, OLEDs a precios que ya no suenan a ciencia ficción para el usuario medio. Todo junto. Todo a la vez. En el mismo año.
No estamos hablando de un avance aislado ni de un pequeño retoque. Estamos hablando de varias piezas moviéndose al mismo tiempo, y eso, en tecnología, suele ser la antesala de los grandes cambios. Puede que algunas promesas se queden por el camino, como pasa siempre, pero si solo se cumple la mitad de lo que se está cocinando… ojo muy serio con 2026.
HDR nuevo, RGB MiniLED y OLED más baratos: el cóctel que puede cambiarlo todo

Empecemos por el tema más delicado, el que ya está levantando ampollas: los nuevos formatos HDR. Porque sí, todo apunta a que en 2026 vamos a convivir con Dolby Vision 2 y HDR10+ Advanced, dos evoluciones que nadie estaba pidiendo a gritos… pero que han aparecido igualmente.
La reacción inicial ha sido, siendo sinceros, bastante fría. Y es normal. Muchos televisores actuales ni siquiera sacan todo el jugo al Dolby Vision “de toda la vida”, así que hablar de una versión 2 suena, para muchos, a la típica jugada para empujarte a cambiar de tele antes de tiempo. Y si a eso le sumas el miedo a que la IA empiece a “retocar” la imagen más de la cuenta y se cargue la intención original del director, el escepticismo está servido.
Ahora bien, dicho todo esto, la idea de fondo no es ninguna tontería. Dolby Vision 2, al menos sobre el papel, busca dar más control a los estudios en el proceso de masterizado, adaptando mejor los contenidos a los televisores reales que tenemos en casa. Si eso se traduce en más precisión, menos artificio y una imagen más fiel, puede acabar siendo algo muy interesante.
¿El problema? Que ahora mismo hay más preguntas que respuestas. No está claro qué estudios se van a sumar, qué fabricantes lo van a implementar bien ni cómo se va a diferenciar de lo que ya tenemos. Y con HDR10+ Advanced pasa algo parecido, solo que con una dificultad añadida: Samsung no tiene la misma relación directa con Hollywood que Dolby, y eso hace que confiar en que todo esto vaya en favor de la fidelidad de imagen cueste todavía un poco más.
Aun así, verlos funcionar en televisores reales será clave, y CES 2026 debería ser el momento en el que empiecen a despejarse muchas dudas. O en el que el lío sea todavía mayor, que tampoco sería raro.
RGB MiniLED: el primer rival serio del OLED… ¿o no?

Aquí viene lo gordo. 2026 apunta a ser el año del RGB Mini LED, y no por marketing barato, sino porque varias marcas importantes están apostando muy fuerte por esta tecnología.
La idea es fácil de entender: MiniLED de toda la vida, pero con LEDs rojos, verdes y azules, en lugar de luz blanca filtrada. ¿El objetivo? Más brillo, más volumen de color y una imagen más “pura”, especialmente en contenidos HDR.
Ahora bien, conviene bajar un poco el hype. RGB MiniLED sigue siendo una tecnología con retroiluminación, y eso significa que todo depende de dos cosas clave: el número de zonas de atenuación y el procesado. Exactamente igual que pasa hoy con los MiniLED normales.
Habrá modelos espectaculares, con miles de zonas y un control finísimo. Y habrá otros mucho más normalitos, que usarán el nombre “RGB” como reclamo. La diferencia entre unos y otros puede ser enorme.
¿Puede plantar cara al OLED? En algunos apartados, sí. En brillo máximo y volumen de color, incluso puede superarlo. Pero en contraste absoluto y control por píxel, el OLED sigue teniendo una ventaja estructural difícil de igualar. Otra cosa es que, en el uso real, esa diferencia sea tan evidente como lo ha sido hasta ahora.
Personalmente, después de ver prototipos muy avanzados, no descartaría que algunos RGB MiniLED de gama alta le compliquen la vida al OLED. No para enterrarlo, pero sí para obligarlo a apretar todavía más.
OLED más baratos: el cambio que de verdad importa

Y aquí está, probablemente, la mejor noticia para el usuario normal. Porque sí, los OLED por fin están empezando a bajar de precio de verdad.
Ver un OLED de 55 pulgadas arrancar por debajo de los 1.000 euros ya no es una fantasía. Aún quedan cosas por pulir en los modelos más económicos, pero el camino está claramente marcado. Y cuando una tendencia empieza, ya sabemos cómo acaba.
Lo interesante no es solo que haya un modelo puntual barato, sino que otras marcas ya están siguiendo ese mismo camino. Philips, por ejemplo, ha demostrado que se puede hacer un OLED económico y bien afinado. Y eso pone presión directa a gigantes como LG y Samsung.
En 2026 es muy probable que los OLED de entrada bajen aún más, y que gracias a ofertas y descuentos, un presupuesto de alrededor de 1.000 euros permita elegir entre varios OLED grandes. Algo impensable hace solo dos o tres años.
Y esto, ojo, no mata al RGB Mini LED, sino que hace justo lo contrario: sube la competencia a un nivel brutal. OLED tendrá que justificar su precio, y el Mini LED tendrá que demostrar que no es solo “mucho brillo”.
No sabemos qué tecnología ganará, pero el usuario sale ganando
Si juntas todo lo anterior, la sensación es bastante clara: 2026 pinta a ser un año muy, muy interesante para los televisores. No porque una tecnología vaya a barrer a las demás, sino porque por fin hay varias opciones fuertes peleándose de tú a tú, y eso hacía tiempo que no pasaba.
Por un lado llegan nuevos formatos HDR prometiendo una imagen más afinada, por otro el RGB Mini LED viene con ganas de quitarle protagonismo al OLED, y, mientras tanto, los OLED empiezan a bajar a precios que ya no asustan tanto. Más alternativas, más competencia y, como siempre que pasa esto, mejores precios para todos.
¿Va a salir todo redondo? Ni de lejos. Habrá modelos que decepcionen, promesas que se queden a medias y bastante ruido de marketing. Pero aun así, que el panorama se esté moviendo ya es una buenísima noticia.
Porque cuando las marcas se aprietan las tuercas entre ellas, el que acaba disfrutándolo de verdad es el que está tirado en el sofá con el mando en la mano. Y eso, sinceramente, ya iba siendo hora.




