Llevamos unas semanas con el nuevo JBL Flip 7 entre manos –o mejor dicho, entre mochila, terraza y viajes improvisados– y tenemos que decirlo ya: nos ha gustado mucho. No estamos hablando de una revolución, pero sí de una evolución bien pensada, con mejoras donde más lo necesitaba y con ese toque de JBL que lo hace muy difícil de no recomendar. Spoiler: lo estamos usando incluso más de lo que pensábamos.
Lo primero que hay que tener claro es que el Flip 7 no busca reinventar la rueda, ni falta que le hace. JBL ya tenía una fórmula ganadora con el Flip 6, y lo que ha hecho ahora es pulir detalles, añadir funciones útiles y darle más músculo al sonido, todo sin romper con ese diseño tan reconocible que lo convierte en el compañero ideal para verano, invierno y lo que venga.
Y es que si hay algo que nos gusta de JBL es esa confianza con la que lanza sus productos. Saben que juegan en casa, y se nota. El Flip 7 no es el altavoz más barato del mercado, pero cuando empiezas a usarlo, rápidamente entiendes por qué. Suena mejor, se siente mejor construido y, sobre todo, te hace disfrutar de la música como pocos portátiles en su rango de precio.
Diseño y construcción: el burrito sigue fuerte
El diseño del JBL Flip 7 mantiene esa forma cilíndrica tipo «burrito» tan típica de la serie, que sinceramente, es súper cómoda. Lo metes en la mochila, lo llevas en la mano, lo apoyas en cualquier superficie y siempre queda bien. Si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?
Lo que sí ha cambiado es su resistencia: ahora contamos con certificación IP68, lo que significa que puede con el agua, el polvo y hasta alguna que otra caída accidental. Nosotros lo hemos probado en condiciones reales (léase: salpicaduras, césped húmedo, arena, alguna ducha involuntaria) y ha salido airoso. Literalmente, le importa un pimiento todo lo que le eches.
Además, JBL ha afinado pequeños detalles, como la distribución de los botones, ahora más accesibles, y el sistema de sujeción. Adiós a la cuerdita integrada, hola a los nuevos accesorios tipo anilla o mosquetón, que se enganchan y sueltan con un clic muy satisfactorio. Pequeños cambios que marcan diferencia en el uso diario.
JBL Flip 7: especificaciones técnicas
Especificación | Detalle |
---|---|
Potencia | 35 W |
Bluetooth | 5.4 |
Alimentación | Solo batería (no incluye opción de enchufe directo) |
Autonomía | 14 horas de reproducción; hasta 16 horas con modo Playtime Boost |
Funciones destacadas | Auracast, resistencia IP68, audio sin pérdida por USB-C, AI Sound Boost, emparejamiento estéreo |
Conexiones | USB-C (para carga y reproducción por cable con calidad hasta 24-bit/96kHz) |
Dimensiones (Al x An x Pr) | 6,9 x 18,3 x 7,1 cm |
Peso | 560 gramos |
Colores disponibles | 7 acabados: Azul, Negro, Squad (camuflaje), Morado, Blanco, Rojo, Rosa |
Características principales: más listo y más sociable
Si hay algo que nos ha sorprendido del Flip 7 es lo cargado de funciones que viene. Empezamos con Auracast, que básicamente te permite conectar varios altavoces JBL compatibles para hacer una fiesta en condiciones. Puedes poner dos Flip 7 en estéreo, o ir más allá y montar un «modo fiesta» con varios dispositivos. Ideal si tienes colegas con otros modelos actuales como el Go 4 o el Xtreme 4.
Eso sí, olvídate de conectar modelos antiguos como el Flip 6, porque no son compatibles con Auracast. Una pena para los fieles de la generación anterior, pero bueno, todo sea por avanzar.
Otra novedad es el AI Sound Boost, una tecnología que analiza el audio en tiempo real para ofrecer más potencia sin distorsión. ¿El resultado? Un sonido más grande, más lleno, sin perder claridad ni aunque lo pongas a tope. Además, ahora puedes usar audio por cable USB-C con calidad hasta 24-bit/96kHz, lo cual nos parece un puntazo para quienes quieren sacarle todo el jugo.
Y si hablamos de autonomía, el Flip 7 cumple con creces: 14 horas estándar, que se convierten en 16 si activas el modo Playtime Boost. Este último reduce un poco los graves para alargar la batería, algo útil si estás de excursión o no sabes cuándo podrás cargarlo.
Calidad de sonido: esto ya no es solo un altavoz portátil
Vamos con lo que de verdad nos interesa. Porque sí, puede ser muy bonito, resistente y con mucha tecnología, pero si no suena bien, no vale la pena. Spoiler (otra vez): el JBL Flip 7 suena brutal. Y no lo decimos a la ligera.
Lo primero que notas al encenderlo y poner algo de música es el cuerpo del sonido. Este JBL Flip 7 no solo suena más alto que su predecesor, sino que suena mejor equilibrado, más lleno y con más pegada, incluso a volúmenes altos. No distorsiona, no se embarra y, sobre todo, no te aburre.
Hemos probado el altavoz con música muy variada, como debe ser. Por ejemplo, con Rosalía en Di mi nombre notamos una nitidez en la voz que impresiona para un dispositivo tan compacto. Las palmas, las reverberaciones y los coros se separan con claridad, algo que suele perderse en altavoces de este tamaño.
Pasamos después a algo más movido con Arctic Monkeys y su R U Mine?, y ahí fue donde los graves demostraron estar más presentes que nunca. El bajo entra con fuerza, la batería se siente viva y las guitarras tienen garra, sin que todo se convierta en un caos sonoro. Incluso en exteriores, la pegada se mantiene.
Para probar algo más acústico y emocional, pusimos Shivers de Ed Sheeran, y fue un gusto ver cómo las guitarras acústicas tienen textura y los matices vocales no se pierden. Esas subidas y bajadas dinámicas, esos susurros que se convierten en gritos, se mantienen vivos y con personalidad.
También lo llevamos al terreno electrónico con Kaytranada y Lite Spots, y la sorpresa fue doble. No solo maneja bien los graves profundos y las capas sintéticas, sino que la separación estéreo es sorprendentemente buena para un altavoz mono de este tipo. Si lo emparejas con otro Flip 7 en modo estéreo ya hablamos de otro nivel, pero incluso por sí solo llena espacios sin sonar plano.
Incluso con metal o rock más pesado, como Duality de Slipknot, el Flip 7 aguanta el tipo. Las guitarras distorsionadas no se comen al resto de instrumentos, la batería sigue marcando el ritmo con fuerza y las voces no se pierden entre tanto ruido. Eso habla muy bien del trabajo de ingeniería de JBL.
Y si nos ponemos más frikis del sonido, te contamos algo que nos flipó: el modo con cable USB-C con audio sin pérdida. Le conectamos un móvil con DAC de calidad y pusimos temas en FLAC desde Qobuz y Tidal. Resultado: sonido más abierto, más detallado y todavía más limpio. Si eres un poco audiófilo, esto te va a hacer sonreír.
Y por si te lo preguntas: sí, el famoso AI Sound Boost funciona de verdad. No es solo marketing. Notamos cómo, incluso en temas complejos, el altavoz ajusta la salida para evitar que se emborrone todo. No es magia, pero sí es muy efectivo. Puedes ponerlo a todo volumen sin miedo a que se convierta en un griterío.
En resumen, este altavoz no solo es potente, también es musical, detallado y agradable, que es justo lo que uno busca para disfrutar de la música en cualquier parte. Desde jazz tranquilo hasta techno machacón, el JBL Flip 7 responde con nota.
Conclusiones y precio: lo bueno, si Flip, dos veces bueno
Después de estas semanas usándolo, no tenemos dudas: el JBL Flip 7 es un acierto total. JBL ha afinado lo justo y necesario para ofrecernos una versión más completa, más potente y más preparada para lo que le eches.
Si tienes un JBL Flip 6 y estás contento, no necesitas correr a cambiarlo… pero si vienes de un modelo anterior o si quieres dar el salto a algo más actual con funciones como Auracast, audio sin pérdida o más autonomía, el Flip 7 es una compra muy sensata.
¿Su precio? 149,99 euros en España, lo cual lo sitúa justo en esa línea entre gama media y alta. Y sinceramente, por todo lo que ofrece –diseño, sonido, batería, resistencia y funciones avanzadas– creemos que lo vale.
¿Es el altavoz más barato? No.
¿Es el mejor en su categoría? Probablemente sí.
¿Te va a hacer disfrutar la música estés donde estés? Sin duda alguna.