Hay veces que una marca lanza algo nuevo y tú piensas: “Vale, esto está bien, pero no me cambia la vida”. Pero hay otras en las que el lanzamiento te deja rascándote la cabeza, sobre todo cuando el nuevo producto apunta directamente al corazón de otro modelo que ya era un éxito. Eso es lo que está pasando con los nuevos KEF Coda W, una pareja de altavoces activos que no solo recuperan un nombre mítico de la marca británica, sino que llegan con la idea de plantar cara directamente a los KEF LSX II, unos altavoces que ya lo habían hecho muy bien y que muchos consideran una referencia absoluta en su gama.
Y claro, cuando dos productos de la misma marca compiten tan directamente, la comparación se vuelve inevitable. En este caso además, la cosa tiene miga: por un lado tenemos a los LSX II, un sistema consolidado, galardonado con cinco estrellas por What Hi-Fi y con una comunidad de usuarios muy contenta detrás. Por otro lado, los Coda W llegan con un aire más “analógico”, un diseño más sobrio y un precio mucho más competitivo. ¿Pinta bien, no?
Lo curioso es que, aunque no hemos podido probar ninguno de los dos en persona (y eso lo dejamos claro desde ya), hay muchísima información sobre sus especificaciones y planteamiento como para hacer una comparativa razonable. Así que, si estás dudando entre cuál llevarte a casa, si te va más el vinilo que el streaming o si simplemente quieres el mejor sonido posible sin llenar el salón de cables y aparatos, acompáñame, que te cuento todo con detalle. Pero de tú a tú, como siempre.
KEF Coda W vs KEF LSX II: dos altavoces, dos filosofías (y un detalle muy importante, el precio)

Vamos a empezar por lo básico: los KEF Coda W tienen un precio oficial de 899 euros en España, aunque ya se han visto por algo menos en tiendas especializadas como Supersonido o Novomúsica. En cambio, los LSX II mantienen un precio de 1.399 euros en la mayoría de tiendas españolas, como Style Sound o Radio Colón.
Y ojo, porque también existe una versión más sencilla de los LSX II, llamada LSX II LT, que se deja por el camino algunas conexiones y funciones pero mantiene el mismo sonido. Esa versión tiene un precio habitual de 999 euros, pero ha estado rebajada en más de una ocasión hasta 799 euros, es decir, igualando (o incluso bajando) al precio de los Coda W.
Así que ya ves que el tema del precio tiene matices. Aun así, de entrada, los Coda W son claramente más baratos que los LSX II estándar, y eso puede pesar mucho si lo que quieres es una solución todo en uno sin complicarte demasiado la vida.
Diseño: uno más moderno, el otro más clásico

A nivel estético, la cosa va de gustos. Los KEF LSX II son más redondeados, más modernos y algo más compactos, con un diseño que llama mucho la atención, sobre todo en los colores más vivos como el azul cobalto o el rojo lava. Además, algunos acabados están recubiertos con tela Kvadrat, lo que les da un aire aún más elegante y distintivo.
Por su parte, los Coda W son más “caja clásica”, más angulosos, más sobrios, pero también muy cuidados. Están disponibles en cinco colores distintos —Borgoña Vintage, Gris Níquel, Verde Musgo, Azul Medianoche y Titanio Oscuro—, todos con un acabado más discreto que los LSX II. Aquí KEF no ha querido reinventar la rueda, sino ofrecer algo con sabor a hi-fi clásico, pero sin renunciar a lo actual.
Un detalle interesante: los Coda W tienen controles físicos en la parte superior, algo que los LSX II no incorporan. Si eres de los que agradecen poder subir el volumen o cambiar de entrada directamente desde el altavoz, esto es un punto a favor del nuevo modelo. Aunque, por supuesto, ambos modelos pueden controlarse desde el móvil mediante la app de KEF, y en el caso de los LSX II, también con el mando a distancia (aunque, todo sea dicho, el mando es pequeñito y se siente algo simplón).
Conectividad: aquí sí que hay diferencias clave
Donde la diferencia entre ambos se hace más evidente es en la conectividad y el enfoque de uso. Los KEF LSX II son, básicamente, un sistema de streaming premium, con soporte completo para AirPlay 2, Chromecast, Spotify Connect, Tidal, Qobuz, Roon, Amazon Music… y todo ello integrado dentro del ecosistema KEF W2, que ya ha demostrado funcionar de maravilla.
En cambio, los Coda W tiran por un camino diferente. En lugar de ofrecer compatibilidad con todos esos servicios, apuestan por algo más sencillo: conectividad Bluetooth 5.4 con aptX Lossless, y por supuesto entradas físicas como HDMI ARC, USB-C, óptica digital y un detalle muy interesante: una entrada de phono integrada para poder conectar directamente un tocadiscos sin necesidad de preamplificador externo.
Esto es clave si eres amante del vinilo, porque convierte a los Coda W en una solución mucho más directa. También tienen una entrada RCA adicional, así que si eres de los que tienen todavía algún reproductor de CD o un DAC externo, también podrás conectarlo sin problema.
Dicho de otro modo: si quieres una experiencia centrada en el streaming y tenerlo todo en una app, los LSX II te lo ponen más fácil. Pero si lo tuyo es lo físico, lo táctil, lo de siempre, los Coda W te dan más opciones “de toda la vida”.
Qué hay por dentro: drivers, amplificación y lo que promete KEF

Ambos modelos comparten una arquitectura similar en cuanto a potencia: 200 vatios totales por pareja, divididos en amplificación separada para agudos y medios/graves. Lo que cambia es el tipo de driver Uni-Q que llevan. Los LSX II montan la 11.ª generación, mientras que los Coda W dan el salto a la 12.ª generación, con un diseño que según KEF mejora aún más la dispersión sonora y el detalle.
Aquí, claro, nos movemos en terreno teórico. KEF siempre ha destacado por su trabajo con el Uni-Q, y si ya el de la 11.ª generación sonaba increíble en los LSX II, es lógico pensar que el de los Coda W vaya incluso un poco más allá. Pero hasta que no lo escuchemos, todo esto son suposiciones. En cualquier caso, lo que está claro es que ambos modelos tienen un nivel muy alto en cuanto a calidad de componentes internos.
También hay diferencias en cuanto al soporte de audio de alta resolución: los Coda W pueden reproducir hasta 24-bit/192kHz vía USB-C, mientras que los LSX II alcanzan 24-bit/96kHz en streaming (o 24-bit/48kHz si usas la conexión inalámbrica de KEF). Además, los LSX II soportan MQA y DSD256, formatos que no aparecen en las especificaciones de los Coda W.
Esto nos lleva a una conclusión clara: los Coda W están pensados para que los conectes tú a la fuente de sonido que prefieras, mientras que los LSX II están pensados para que la fuente sea el propio altavoz. ¿Cuál prefieres? Depende de tu estilo de escucha.
Y el sonido…
Aquí viene la parte más difícil de la comparativa: el sonido. No hemos podido probar ninguno de los dos, así que no podemos decir cómo suenan. Pero KEF ha hablado bastante de ellos, y asegura que ofrecen una escena sonora detallada, abierta y natural, en línea con su filosofía habitual.
Sabemos que el LSX II suena muy, muy bien, porque ha sido analizado por medios como What Hi-Fi y premiado por su rendimiento. En su análisis decían cosas como que “tiene una presentación relajada pero precisa, con buen peso en graves, mucha definición en medios y un agudo controlado”, y que incluso con grabaciones más complejas, la separación de instrumentos y la dinámica eran sobresalientes para un sistema de su tamaño.
¿Superarán los Coda W ese nivel? Nadie lo sabe todavía. Pero si la 12.ª generación del Uni-Q cumple lo que promete, puede que estemos ante una alternativa más moderna, más barata y con un perfil sonoro igual de equilibrado. Falta la prueba de fuego, claro, pero las expectativas están ahí.
Entonces… ¿con cuál me quedo?

Si has llegado hasta aquí esperando una respuesta clara y cerrada, lo siento: de momento no la hay. Pero sí podemos sacar algunas conclusiones importantes según tu perfil como usuario:
- Si lo tuyo es el vinilo, tienes un giradiscos y buscas una solución sencilla y potente, los KEF Coda W son una opción muy tentadora. Más baratos, con entrada phono directa, USB-C y diseño sobrio pero elegante.
- Si prefieres tener todo en la nube y usar Spotify, Tidal, Roon o AirPlay sin cables ni complicaciones, entonces los LSX II siguen siendo una apuesta muy sólida, y más aún si los encuentras rebajados.
- Si el sonido es lo único que te importa y puedes esperar un poco, quizá merezca la pena aguantar hasta que haya pruebas sonoras de los Coda W y podamos ver si realmente mejoran a los LSX II en rendimiento puro.
Por ahora, la batalla está muy igualada, y lo mejor es que ambas opciones vienen de la misma casa y comparten ADN de altísima calidad. Es una pelea bonita, pero lo mejor es que, sea cual sea el modelo que elijas, te vas a llevar a casa un sistema que suena como los ángeles. Palabra de KEF.




