Si eres de los que se pone de los nervios cada vez que ve un cable colgando detrás del mueble del salón, agárrate porque LG acaba de sacar al mercado el televisor que promete convertir tu salón en un espacio libre de enredos. Hablamos del LG OLED evo M5, un mastodonte de pantalla que se presenta como la primera tele «de verdad» inalámbrico gracias a su famosa Zero Connect Box, esa cajita mágica que manda la señal de vídeo y audio sin que tengas que tender HDMI a lo loco.
Pero la cosa no se queda en quitar cables. En su anuncio oficial, LG dejó claro que el M5 no viene a sustituir tu tele actual, sino a jubilarla con honores: panel OLED de última generación heredado de la serie G5, acabado “Gallery” ultrafino para colgarlo como si fuera un cuadro y, sobre todo, capacidad para recibir vídeo 4K a 144 Hz sin latencia apreciable en un radio de hasta nueve metros. Vamos, que podrás montar el cacharro donde te dé la gana sin que el router o la Play te condicionen la decoración.
Imagina la escena: llegas a casa, enchufas tu PS5 en la Zero Connect Box, te tiras al sofá con el mando y, ¡zas!, latencia por debajo de 0,1 ms y la imagen aparece en la pantalla como por arte de magia. Sin taladrar paredes, sin pasacables, sin el “ya lo haré el fin de semana” que nunca llega. La caja se puede esconder en un aparador o incluso dejarla a la vista, porque ocupa menos que un decodificador de los de antes. Bienvenido al futuro plug-and-play de verdad.
Características principales del LG OLED evo M5
Para empezar, el cerebro de la bestia es el procesador α11 AI Gen2, el mismo que llevan los modelos tope de gama de 2025, encargado de escalar contenido, gestionar el brillo y servir una imagen que LG presume de “tres veces más luminosa” que un OLED convencional, todo ello sin perder los negros perfectos marca de la casa. A esto se suma Brightness Booster Ultimate, una tecnología que exprime cada píxel para que partidos, pelis y juegos luzcan incluso con las persianas levantadas a pleno sol.
Los jugones están de enhorabuena porque el M5 llega con compatibilidad simultánea con NVIDIA G-SYNC y AMD FreeSync Premium, además de VRR y ALLM nativos en los cuatro puertos HDMI 2.1. Traducido a cristiano: te olvidas del tearing y del temido input-lag cuando conectes tu PC o Series X. Y si lo tuyo es el cine, apunta esto: Dolby Vision, Dolby Atmos y Filmmaker Mode con compensación de luz ambiental, para que la peli se vea como mandó el director aunque tengas la lámpara del techo encendida.
En cuanto a calidad pura y dura, el panel mantiene la receta que ha convertido a LG en referencia: píxel auto-emisivo, contraste infinito y gamut de color del 100 % certificado por UL Solutions e Intertek. La compañía presume de que el nuevo algoritmo de mapeo de tonos detecta la escena en tiempo real y ajusta la curva de brillo frame a frame—sí, suena a marketing, pero lo cierto es que la patada de nitidez y volumen de color se nota sobre todo con HDR nativo.
Como buen televisor “smart”, corre webOS 25, que este año llega con un rediseño más minimalista y, ojo, perfiles individuales enlazados al mando para que cada miembro de la casa tenga sus apps y ajustes favoritos en un par de clics. Además, AI Picture Pro diferencia caras, objetos y fondos para afinar texturas, mientras que AI Sound Pro mezcla los canales para simular un 9.1.2 sin necesidad de una barra externa (aunque, seamos honestos, la mayoría acabaremos conectando una).
El LG OLED evo M5 estará disponible en 97, 83, 77 y 65 pulgadas, y aunque LG aún no ha soltado la cifra oficial para España, en la web de Estados Unidos el modelo de 77” se lista a 5.499 dólares, lo que nos da una idea de por dónde irán los tiros con impuestos y conversión. Se lanzará de forma escalonada a lo largo del tercer trimestre, empezando por Corea y Norteamérica y siguiendo con Europa antes de septiembre, justo a tiempo para que te plantees renovar la tele antes de la vuelta de la Champions.
Vale, ¿y qué pasa si ya tenías echado el ojo al M3 del año pasado o a la S95D de Samsung? Pues que el M5 afina lo del “true wireless”, sube la tasa de refresco a 144 Hz y añade el procesador de nueva generación. Si no necesitas 4K 144 Hz y te basta con 120 Hz, igual encuentras el M3 rebajado y tan feliz; pero si eres de los que quiere lo último de lo último y odia los cables, el salto tiene todo el sentido del mundo.
En resumen, LG se ha marcado un “esto es lo que viene” y lo ha metido en una pantalla que parece un panel de cristal pegado a la pared. Cables fuera, latencia cero, brillo que compite con los mini-LED y un modo juego que hará salivar a más de uno. Veremos cómo responden los precios y, sobre todo, si la competencia se anima a ofrecer algo parecido. Por ahora, el OLED evo M5 apunta a convertirse en el televisor fetiche del 2025 para quien quiere imagen premium sin sacrificar la estética del salón.