Llevo muchos años jugando videojuegos, pero a decir siempre he sido una persona bastante conservadora en cuanto a monitores se refiere, por lo que no soy muy fan de los Ultrawide. Si hablo de mi monitor actual en concreto, uso para el día a día uno 16:9, con una resolución de 2160 x 1440 y una tasa de refresco de 200 Hz, una combinación que no resulta ser lo mejor que puede ofrecer el mercado, pero es realmente perfecta para una experiencia gaming general.
Aun así, esto no quiere decir que me haya quedado ahí en general, y es que en este tiempo he probado monitores de todo tipo. Desde resoluciones más altas, otros tipos de paneles, tasas de refrescos más altos y más bajas, y por supuesto otra clase de tamaños, como pueden ser los clásicos Ultrawide, los cuales se han puesto de moda en los últimos años para gaming.
Respecto a esto la verdad es que hay cierta duda, dado que muchos aconsejan bastante el uso de un monitor Ultrawide para gaming, mientras que otros tantos opinan justo lo contrario, lo que ha hecho que muchas usuarios no sepan muy bien qué hacer. Precisamente por eso es buena idea hablar a este respecto, y terminar con la especulación en este ámbito.

Monitor Ultrawide para gaming: ¿si o no?
Voy a intentar ser lo más directo en este caso. Esto es una decisión muy personal, y tanto en este caso como siempre suelo recomendar que lo experimentes por ti mismo para comprobar si te merece la pena apostar por un monitor de este tipo o no. Ahora bien, lo que si puedo hacer es poner todos los datos sobre la mesa, tanto los buenos como los malos, para que pueda decidir por ti mismo.
Por una parte, la verdad es que los monitores Ultrawide ofrecen las experiencias más inmersiva que se puede tener. Los juegos que probé con monitores de este tipo me sorprendieron bastante, más concretamente títulos con gráficos impresionantes como Red Dead Redemption 2 o Cyberpunk 2077, y es que de verdad son impresionantes, aunque por supuesto necesitas contar con un ordenador realmente potente para poder disfrutar de la misma. Además, en juegos de simulación de carreras la diferencia es realmente destacable, razón por la que se usan en sus circuitos competitivos.
Por desgracia, no es oro todo lo que reluce. Para empezar la compatibilidad de los monitores Ultrawide con videojuegos es bastante limitada, y es que no muchos admiten este formato, lo que acaba conllevando que muchos acaben teniendo las franjas negras en los laterales que tanto se comentan. Asimismo, muchos de los juegos que si son compatibles únicamente lo son en la jugabilidad, y es que las cinemáticas y otros detalles no se ajustan, apareciendo de nuevos las mencionadas franjas negras que no son en absoluto estéticas.

Asimismo, no en todos los juegos aporta mucho esa visión tan grande. Aquellos que requieren movimientos rápidos y precisos son más difíciles de jugar en un monitor Ultrawide, y en otros tantos en los que no pasa esto es cierto que tampoco aporta mucho el tener un campo de visión tan amplio, por lo que francamente considero que no es tan recomendable tener un monitor de este tipo.
No es una mala compra, por supuesto, ya que un buen monitor Ultrawide para gaming ofrecerá una experiencia bastante buena, pero francamente considero que un monitor plano de 16:9 es una mejor idea para el gaming general. Hay ciertas situaciones en las que la respuesta es diferente, y también es cierto que depende mucho de cada persona, pero ahora mismo la compatibilidad con videojuegos no es la mejor ni mucho menos.

En otros ámbitos es diferente
La verdad es que la situación en otros ámbitos es realmente diferente a lo que pasa en gaming. Si tu monitor se va a emplear en otras tareas, y no únicamente en el gaming, un monitor Ultrawide puede ser más que interesante, y es que es el formato perfecto para la multitarea, o al menos así fue mi experiencia general con este tipo de monitor, y es que en ese sentido si puedo recomendarlo ampliamente.
En cualquier caso, como ya comentaba, esto dependerá mucho del tipo de usuario que sea, del uso que le des y de si ya tienes preferencias personales en este ámbito, aunque es cierto que tras poner todas las cartas encima de la mesa probablemente ya hayas podido tomar una decisión.




