Hoy vamos a hablar de un tema que muchos nos hemos preguntado alguna vez y que no tiene una respuesta tan obvia como parece. A estas alturas, todos vivimos rodeados de auriculares y cascos inalámbricos, ya sea para ir al gym, para las reuniones del curro o simplemente para escuchar música mientras haces la comida. El Bluetooth manda en este terreno, pero… ¿y si te dijera que el Wi-Fi es mejor para el audio en prácticamente todos los aspectos? Entonces, ¿por qué no lo usamos?
Lo cierto es que Bluetooth ha sabido colarse en todo: móviles, teles, tablets, portátiles, coches… Es cómodo, rápido de emparejar y no necesitas configuraciones raras. Pero también tiene sus pegas: el alcance es muy limitado, la calidad de audio tiene que pasar por compresión (aunque ahora tenemos códecs como AptX Lossless intentando arreglarlo) y, en general, no es la opción ideal si lo que buscas es fidelidad. Por eso, cada vez que alguien saca el tema en Reddit o en foros de sonido, aparece la misma pregunta: ¿por qué no hay más auriculares con Wi-Fi?
Y ojo, la tecnología existe. De hecho, Sonos lleva años usando Wi-Fi para el audio, y Qualcomm está moviendo ficha con su nueva tecnología XPAN. Incluso hay auriculares como los Xiaomi Buds 5 Pro que ya la incorporan. Pero aún así, el Wi-Fi no termina de despegar como estándar en auriculares. Vamos a ver por qué.
El Wi-Fi suena mejor, llega más lejos… pero no es tan fácil como parece
Primero, vamos con lo evidente: el Wi-Fi permite sonido sin pérdidas, más alcance y mejor estabilidad. Mientras que el Bluetooth tiene un límite físico de unos 10 metros (y eso si no hay paredes de por medio), con Wi-Fi puedes moverte por toda la casa sin cortes. Además, si usas una conexión Wi-Fi para el audio, puedes alcanzar resoluciones altísimas, como 96 kHz a 24 bits, e incluso más en el futuro.
Entonces, ¿dónde está el truco? Pues que usar Wi-Fi no es simplemente “cambiar el chip Bluetooth por uno Wi-Fi”. En los altavoces Sonos, por ejemplo, el teléfono no manda la música directamente, sino que el altavoz se conecta por su cuenta a Spotify, Apple Music o lo que uses. El móvil actúa como mando a distancia, no como fuente de audio. En cambio, los auriculares sí dependen totalmente del móvil para recibir el sonido. Hacer que ellos mismos se conecten a Internet, como si fueran un miniordenador, requiere más espacio, más batería y más desarrollo.
De hecho, ni siquiera los Sonos Ace —los primeros auriculares de la marca— han incluido Wi-Fi, a pesar de que toda la gama Sonos vive en ese ecosistema. Apostaron por Bluetooth porque, seamos sinceros, a día de hoy sigue siendo lo más práctico y universal.
Pero eso no significa que no haya avances. Qualcomm, por ejemplo, ha creado su propia tecnología llamada XPAN (Expanded Personal Area Network), que lo que hace es usar Wi-Fi como respaldo para cuando el Bluetooth no llega. En el caso de los Xiaomi Buds 5 Pro, puedes irte lejos del móvil y seguir escuchando música porque se conectan al Wi-Fi de casa. Y no solo eso: la calidad también mejora, y si tienes un móvil compatible como el Xiaomi 15 Ultra, puedes disfrutar de audio sin pérdida a calidad de estudio.
¿Lo malo? Que todavía es una solución híbrida, no 100 % Wi-Fi como en los altavoces. Qualcomm mezcla ambas tecnologías para evitar que la batería se agote en dos horas. Y aún así, el modelo Wi-Fi de los Buds 5 Pro necesita una batería mayor (64 mAh frente a los 53 mAh del modelo Bluetooth), lo cual hace que el diseño tenga que ajustarse también.
¿Entonces veremos auriculares Wi-Fi pronto? Probablemente sí, pero con matices
Lo que está claro es que el Wi-Fi tiene mucho potencial para revolucionar el audio en auriculares. Pero de momento, se enfrenta a varios retos: más coste de desarrollo, necesidad de móviles compatibles, mayor consumo energético y problemas de compatibilidad con apps o servicios. Al contrario que el Bluetooth, que ya está integrado en todos los dispositivos, el Wi-Fi como estándar de audio aún necesita un ecosistema que lo soporte.
Además, mientras no se resuelvan los problemas de batería y tamaño, será complicado meter todo ese hardware en auriculares pequeños, como los típicos in-ear. Pero eso no significa que no vaya a pasar. De hecho, ya estamos viendo los primeros pasos con modelos como los Buds 5 Pro, y marcas como Qualcomm tienen muy claro que la experiencia de audio premium del futuro pasa por abandonar el Bluetooth tradicional.
¿Mi opinión? Pues que esto tardará en hacerse común, pero cuando llegue, va a cambiar por completo la forma en la que entendemos los auriculares inalámbricos. El día en que puedas usar tus cascos sin preocuparte de la distancia, de la compresión o de si alguien llama y se corta la música, será un antes y un después.