¡Christopher Nolan lo ha vuelto a hacer! Y esta vez, se ha propuesto algo que hasta hace poco parecía imposible: rodar una película completa con cámaras IMAX de celuloide. No hablamos de una escena, ni de unas cuantas secuencias impresionantes, sino de todo un largometraje grabado enteramente con este formato ultraexigente. ¿El resultado? The Odyssey, una adaptación épica del clásico de Homero, con Matt Damon en la piel de Odiseo y un reparto estelar que incluye a Charlize Theron, Robert Pattinson, Zendaya, Tom Holland y Anne Hathaway, entre otros. Sí, has leído bien: el blockbuster más ambicioso de Nolan hasta la fecha viene con toda la artillería pesada.
La historia comenzó hace más de un año, cuando Nolan, aún saboreando el éxito global de Oppenheimer, lanzó un reto directo al CEO de IMAX, Rich Gelfond. “Quiero hacer una película completa en celuloide IMAX”, le dijo, ni más ni menos. Gelfond, que conoce de sobra a Nolan y su obsesión por el cine analógico, sabía que no iba a ser fácil. “Eso no se podía hacer por mil razones”, confesó en una rueda de prensa durante el Festival de Cannes.
Y es que rodar con cámaras IMAX tradicionales implica problemas técnicos como el ruido de las cámaras, la dificultad para cargar película en pleno rodaje y la revisión diaria de material grabado (los famosos dailies). Pero Nolan no estaba dispuesto a rendirse.
“Si lográis resolver estos problemas, haré toda la película en IMAX film”, le dijo Nolan a Gelfond. Y vaya si se pusieron manos a la obra. Lo que parecía una locura se convirtió en una misión: rediseñar la logística, crear nuevas piezas de repuesto, entrenar proyeccionistas, mejorar los escáneres de película y hasta repensar cómo funcionaba toda la cadena de producción analógica. El resultado es histórico: The Odyssey es la primera película grabada íntegramente con cámaras IMAX de celuloide.
La odisea más grande jamás contada… en formato IMAX
The Odyssey no solo promete ser una de las experiencias visuales más brutales que se hayan visto en una sala de cine. También es el fruto de un experimento técnico sin precedentes, impulsado por el perfeccionismo enfermizo de Nolan. Porque si algo ha demostrado el director británico con joyas como Origen, Interstellar o Dunkerque, es que le gusta llevar el cine a sus límites. Esta vez, no solo ha adaptado una de las epopeyas más icónicas de la literatura, sino que ha reinventado la forma de rodarla.
La peli nos lleva de lleno al corazón del viaje de Odiseo, desde el final de la guerra de Troya hasta su accidentado regreso a Ítaca, pasando por sus encuentros con el cíclope Polifemo, las seductoras sirenas, la hechicera Circe y un mar de peligros tanto humanos como sobrenaturales. Y todo eso con una imagen tan nítida, profunda y majestuosa que te va a hacer sentir como si estuvieras dentro del barco con él. Nolan ha sabido sacarle el jugo a cada plano, a cada textura, a cada rayo de luz. Y si lo viste en Oppenheimer, aquí va a más.
El casting, por cierto, es otro nivel. Matt Damon como Odiseo, en un papel que promete marcar época, está rodeado de un elenco de lujo que se atreve con los monstruos de la mitología griega y los dilemas humanos más universales. Desde la poderosa presencia de Charlize Theron hasta la intensidad emocional de Zendaya, pasando por el siempre camaleónico Pattinson y un Jon Bernthal que, según rumores, se roba más de una escena. Un reparto de blockbuster con alma de teatro clásico.
La fecha de estreno ya está marcada en rojo en el calendario de medio mundo: 17 de julio de 2026. Y sí, es exactamente el mismo fin de semana en el que Nolan ha estrenado antes sus grandes éxitos como Dunkerque, El Caballero Oscuro y Oppenheimer. Si eso no es una declaración de intenciones, no sabemos qué lo es.
Por si fuera poco, el impacto de The Odyssey ya se empieza a notar incluso antes del estreno. “Chris nos obligó a repensar todo nuestro modelo de producción en IMAX, desde los proyectores hasta los repuestos”, reconoció Gelfond con una sonrisa que decía más que mil palabras. Gracias a este proyecto, IMAX ha activado una especie de renacimiento del cine analógico, con planes para formar nuevos operadores de cabina, ampliar su red de proyección en 70mm y hasta recuperar equipos que parecían destinados al olvido.
Lo cierto es que, más allá de la peli, estamos ante un momento histórico para la industria del cine. En una era dominada por lo digital, lo instantáneo y el streaming, Nolan ha demostrado que todavía hay espacio para lo artesanal, lo físico y lo épico. Así que ya lo sabes: en 2026, prepárate para subirte al barco de Odiseo… en la pantalla más grande posible.
Porque si Nolan dice que vale la pena hacerlo en celuloide IMAX, es que va a ser algo realmente grande.