Cuando pensamos en Pixar, se nos viene a la cabeza esa magia visual que hace que hasta un trozo de brócoli nos saque una lágrima. Pero si hay algo que siempre ha caracterizado a este estudio es su obsesión por la calidad. Y no hablamos solo de guiones, emociones o personajes memorables. Pixar quiere que sus películas se vean mejor que nunca, y por eso ha dado un paso firme hacia el futuro del cine: apuesta total por el HDR de verdad, el bueno, el de sala de cine LED.
Quizá te estés preguntando qué demonios es eso del HDR. No te preocupes, que aquí te lo explicamos fácil: imagina colores más vivos, contrastes más profundos, blancos más brillantes y negros más negros que la conciencia de un villano de Pixar. Eso es el HDR. Pero ojo, que no hablamos de cualquier HDR, sino de DCI HDR, la versión “premium” que hasta ahora solo un puñado de cines podía ofrecer. Nada de sucedáneos como el EDR que vemos en muchos proyectores de Dolby Cinema. No. Aquí hablamos del auténtico HDR cinematográfico sobre pantallas LED, como Dios (y Pixar) manda.
Y lo mejor de todo es que esta decisión no es una prueba ni un experimento pasajero. Pixar lo ha dejado clarito: a partir de ahora, todas sus pelis nuevas se van a masterizar para DCI HDR. Elio, que se estrena esta semana en Estados Unidos y el 7 de julio en España, es la última en sumarse a esta nueva era visual. Así que si tienes la suerte de vivir cerca de uno de los pocos cines equipados con tecnología Onyx de Samsung… ¡ni lo dudes! Prepárate para alucinar con lo que se viene.
Pixar se casa con el HDR de verdad (y lo hace por todo lo alto)
Esto no es flor de un día. Desde 2023 con Elemental, y más recientemente con Del Revés 2, Pixar ya venía coqueteando con el DCI HDR en cines. Pero ahora, en pleno CineEurope de Barcelona, la cosa se ha oficializado: Pixar ha sellado su compromiso con Samsung para llevar sus pelis a otro nivel de brillo, color y definición. Y lo hará usando las impresionantes pantallas Onyx, unos bicharracos LED que pueden alcanzar hasta 300 nits de brillo y refrescar la imagen a 120Hz en resolución 4K. Todo sin necesidad de proyector.
“Las pantallas Onyx permiten a nuestros artistas mostrar las historias tal como las imaginaron: vivas, dinámicas y realistas”, ha dicho Jessie Schroeder, vicepresidenta de postproducción en Pixar. Y es que si algo distingue al estudio es su atención al detalle. Basta recordar esos atardeceres en Coco, la iluminación de las emociones en Inside Out, o la lluvia en Elemental. Todo eso, llevado al siguiente nivel con colores que parecen salirse de la pantalla y negros que ya no son un gris triste como en los cines normales.
¿Y qué hay de los cines? Bueno, de momento solo hay unas 100 salas en todo el mundo equipadas con tecnología Onyx, pero es un número que irá creciendo poco a poco. Samsung ya ha empezado a instalar su nueva generación de pantallas LED en varios países de Europa, y Pixar planea incluso tener una en su sede de Emeryville, California. El futuro va por ahí, y parece que Pixar quiere liderar la revolución visual desde el principio.
Mientras tanto, otros directores como Christopher Nolan siguen defendiendo formatos como el 70mm IMAX. Y sí, eso tiene su encanto, pero Pixar lo tiene claro: sus películas están pensadas para disfrutarse en HDR. Es más, llevan años sacando sus títulos en HDR para el hogar, pero ahora han dicho: “eh, queremos que el cine también lo vea así”.
La decisión tiene todo el sentido del mundo. Las pelis de Pixar son un festín de luz y color, y el HDR no solo mejora la calidad técnica, sino que realza la experiencia emocional. Ver cómo brilla la chispa en los ojos de un personaje, o cómo cambia la atmósfera de una escena con solo ajustar la luz… son detalles que el HDR real sabe transmitir como ningún otro formato.
Así que ya sabes: si tienes oportunidad de ver Elio en una sala con Onyx HDR, no lo dudes ni un segundo. Lleva palomitas, pero sobre todo, lleva los ojos bien abiertos, porque lo que verás no se parece a nada que hayas visto antes en una sala de cine tradicional.
Pixar ha dicho sí al HDR, y nosotros no podemos estar más encantados. Porque al final del día, todos queremos lo mismo: películas que no solo se sientan, sino que también deslumbren.