A veces parece que ya lo hemos visto todo en televisores: OLED, QLED, MiniLED, QD-OLED, MicroLED… y justo cuando crees que ya no queda nada más por inventar, aparece algo nuevo que te vuelve a despertar esa curiosidad friki que tanto nos gusta. Y esto es exactamente lo que ha pasado ahora con los quantum rods, una tecnología que ya se está enseñando en conferencias como la SID-MEC en Alemania y que apunta maneras para ser lo próximo después de los clásicos quantum dots. Vamos, que igual dentro de nada estamos hablando de los QRED TV como quien habla hoy de un QLED.
Lo curioso es que no estamos hablando de un refinamiento pequeño, de esos que pasan desapercibidos. No. Según los investigadores —algunos del mismísimo Fraunhofer IAP-CAN—, los quantum rods podrían traer mejor calidad de imagen, más eficiencia energética y mejor comportamiento térmico, lo cual es justo lo que necesitan los televisores modernos para seguir aumentando el brillo sin disparar el consumo ni la temperatura. Y claro, si hay una palabra que ahora mismo pone la industria patas arriba es eficiencia: más brillo con menos consumo. Justo el sueño húmedo de cualquier fabricante.
Pero vamos al lío, porque además de todo esto, lo más gracioso es que incluso las marcas están empezando a marear la perdiz con los nombres. Ya sabes cómo es esto: Samsung llamando a su QLED “EL-QD” o “QD-LED”, por aquello de evitar decir que el QLED de verdad (autoluminiscente) todavía no existe comercialmente. En resumen, la industria va por un sitio, las investigaciones por otro, y en medio estamos todos los que solo queremos que la tele se vea mejor, gaste menos y no cueste un riñón.
Quantum rods: qué pueden aportar a los televisores del futuro

Vamos a empezar por lo básico: ¿qué narices son los quantum rods? Pues en vez de las típicas “bolitas” de los quantum dots, estamos ante pequeñas varillas alineadas que pueden emitir luz de forma más eficiente y con mejor precisión cromática. Lo mismo que ya hacen los quantum dots, pero con más control, más rendimiento y más eficiencia.
El primer gran beneficio es la eficiencia energética. Según explicó el investigador Jan Niehaus en la SID-MEC, una capa de quantum rods alineados puede consumir menos energía que una capa de quantum dots. Y esto, en teles modernas donde cada nits extra se paga con vatios, es oro puro. Con televisores HDR alcanzando 1.500, 2.000 o incluso 3.000 nits, poder reducir consumo sin perder brillo es un avance enorme.
Luego está el tema de la estabilidad térmica, donde los quantum rods parecen destacar especialmente. El equipo ha demostrado que resisten mejor el calor, lo que es crítico en paneles de alta luminosidad. Esto los haría ideales para teles que tienen que mantener niveles de brillo altos durante más tiempo sin sufrir degradación prematura ni pérdida de color. Perfectos para ese HDR cada vez más brillante y exigente que todos imaginamos.

Otra ventaja importante es que estas varillas se pueden alinear de forma más uniforme, lo que podría traducirse en colores más consistentes, menos ruido cromático y una pureza de color superior. En teoría, podríamos estar hablando de paneles que aspiran a cubrir el 100% del espacio de color BT.2020, algo que ahora mismo solo es posible en ciertos prototipos.
Y ojo, porque aunque la investigación sigue en fases tempranas, ya se ha demostrado la viabilidad técnica. Es decir: no es humo, ya hay capas QR que se han transferido y funcionan, con buena estabilidad térmica y buen rendimiento óptico.
Pero claro, no todo es tan bonito como parece. Ahora mismo los quantum rods están muy verdes para pensar en una tele comercial a corto plazo. No vamos a verlos mañana en MediaMarkt, pero sí podrían ser una pieza clave en las generaciones futuras de paneles. Mucha gente ya está jugando con el término QRED, como si fuese la evolución natural del QLED… aunque ya sabemos cómo es esto: cada fabricante lo llamará como quiera, y luego todos intentaremos descifrar qué demonios hay dentro de cada modelo.

Lo importante es que la tecnología tiene potencial real para mejorar lo que ya existe: menos consumo, más brillo, mejor color, mejor estabilidad y mayor durabilidad. Si los quantum rods llegan a consolidarse, podríamos ver una nueva oleada de televisores que no solo se vean mejor, sino que además gastan menos y duran más. Y eso, en pleno 2025, con la carrera del HDR y los precios de la energía subiendo, es exactamente lo que necesitamos.




