Cuando uno cree que ya lo ha visto todo en el universo de Juego de Tronos, llega La Casa del Dragón y te dice: «sujétame el hidromiel». Y es que, si pensabas que la temporada 2 iba a ser el punto más alto de acción, drama y dragones haciendo locuras en el cielo, prepárate porque la temporada 3 arranca con todo. Literalmente.
Ryan Condal, el mandamás detrás de la serie —sí, ese que no duerme pensando cómo destrozarnos emocionalmente episodio a episodio—, ha confirmado lo que muchos fans venían sospechando: la Batalla del Gullet será la encargada de abrir la nueva tanda de episodios, y no, no es cualquier escaramuza entre barcos y dragones, sino una secuencia que, en palabras del propio Condal, será “probablemente la secuencia más compleja jamás realizada para televisión”. Casi nada.
Y no hablamos solo de una escena con fuegos artificiales. Hablamos de una colosal batalla naval en medio del mar, con barcos, escorpiones, explosiones y, por supuesto, dragones sobrevolando todo el caos. Una secuencia que, según Condal, lleva gestándose desde hace tres años y que ha requerido de la colaboración milimétrica de todos los departamentos de producción. Lo dice tan tranquilo, como si no fuera a reventar nuestros corazones en mil pedazos.
La Batalla del Gullet: una tormenta de fuego y lágrimas
Para quienes han leído Fuego y Sangre de George R.R. Martin, la Batalla del Gullet no es ninguna sorpresa. Es uno de los momentos más trágicos y épicos de la guerra civil conocida como la Danza de los Dragones, y que marca un punto de no retorno tanto para los personajes como para el espectador. Si creías que “La Boda Roja” era dura, vete preparando emocionalmente.
La cosa empieza con los hijos más pequeños de Rhaenyra Targaryen, Aegon III y Viserys, huyendo en un barco rumbo a las Ciudades Libres. Pero el viaje se va al garete cuando la flota de la Triarquía, liderada por Sharako Lohar, los intercepta. El pequeño Aegon logra escapar montado en su dragón Stormcloud, que lo deja medio muerto en Dragonstone antes de morir. ¿Te duele? Agárrate que viene más.
En cuanto Rhaenyra se entera, manda a Jacaerys Velaryon (alias Jace) y a los nuevos jinetes de dragón bastardos, incluyendo a Hugh Hammer y Addam de Hull, a frenar la flota enemiga. Lo que ocurre después es una carnicería monumental en medio del mar: fuego, acero, dragones cayendo del cielo, barcos ardiendo… un espectáculo tan brutal como inolvidable.
Jace y su dragón Vermax mueren en la batalla, un momento que rompe a la mismísima Rhaenyra. No solo porque pierde a su hijo mayor, sino porque eso la empuja a tomar decisiones más oscuras, incluyendo la temida reconquista de Desembarco del Rey. A partir de aquí, el tono de la serie se oscurece, y el ritmo bélico se vuelve implacable.
Y por si todo esto fuera poco, el joven Viserys desaparece en el mar, y nunca se vuelve a saber de él. ¿Murió? ¿Fue capturado? ¿Sobrevivió en algún rincón del mundo? La serie seguramente juegue con ese misterio, alimentando teorías y debates en redes durante meses.
Pero no todo es muerte y destrucción —bueno, casi todo sí—. Condal ha revelado que para esta escena han contado con Kevin de la Noy, productor con experiencia en «Titanic», para gestionar todo lo relacionado con la parte naval. O sea, lo están haciendo a lo grande, con un enfoque cinematográfico que busca dejarnos con la boca abierta y los pelos de punta.
Con todo esto sobre la mesa, no es exagerado decir que la temporada 3 de La Casa del Dragón va a abrir como una supernova emocional y visual. Una apuesta brutal por parte de HBO que, si sale bien, podría colocarse entre las mejores secuencias de acción jamás vistas en televisión. Así, sin más.
Los fans llevamos años esperando este momento, y Condal lo sabe. Por eso se lo están currando tanto, porque esto no va a ser solo una pelea con dragones, sino un punto de inflexión histórico dentro del universo de Westeros.