Otro año más y otro análisis de un televisorazo como es la nueva Samsung S95F QD-OLED con un nuevo panel de cuarta generación que viene apretando fuerte. Con este nuevo panel, la marca coreana quiere competir de tu a tu con lo mejor de su rival, también coreano, que es la nueva LG OLED G5 con su panel RGB Tandem OLED, ¿lo habrá conseguido? para ello, te invitamos a que te hagas un buen café…¡y a leer!
Desde AVPasión, agradecer a Samsung España la cesión de este modelo para su análisis. Esta S95F se presenta en 4 diagonales disponibles: 55, 65 pulgadas (la analizada hoy aquí) y 77 pulgadas -todas ellas con panel QD-OLED de cuarta generación– y una nueva gran diagonal de 83 pulgadas pero que usa el panel RGB Tandem OLED de LG. Los precios oficiales son de 2399, 3399, 4399 y 6498 euros respectivamente, aunque como suele ser habitual, se puede encontrar a precios mucho más atractivos debido a la gran cantidad de ofertas que lanza la marca.
Samsung S95F: Especificaciones técnicas
Otro año más Samsung le da una vuelta de tuerca a su tecnología OLED, con mejoras evidentes en todos los campos. Cabe recordar que la tecnología de panel QD-OLED es diferente de la OLED tradicional, ya que al no incluir subpíxel blanco, tiene una serie de ventajas importantes sobre los modelos tradicionales -WOLED-, como una mayor naturalidad, ausencia de artefactos, banding o problemas como el overshoot, además de un mayor volumen cromático y mejores ángulos de visión.
La firma coreana sigue mejorando año a año su diabólica criatura, intentando evitar que aparezcan los famosos quemados en la tecnología OLED, algo que se intenta evitar gracias al uso de un disipador de grafito así como varias tecnologías implementadas en el televisor para evitar este problema. Cabe recordar que este año, al igual que en el caso anterior, la Samsung S95F presenta un panel mate para mejorar los reflejos en la sala, sin posibilidad de variante brillante (a no ser que seas un valiente).
Samsung S95F | Características |
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Panel | OLED (panel QD-OLED 4 gen. de 2025) |
Diagonal | 65 pulgadas |
Resolución | 4K UHD (3.840 x 2.160 puntos) |
Alto rango dinámico | HDR10, HLG y HDR10+ |
Procesador | NQ4 Gen3 |
Montaje | Fijo o en pared (VESA 400 x 300) |
Medidas | 144,3 x 82,3 x 1,1 cm (sin peana) 144,3 x 89,4 x 26,8 cm (con peana) |
Peso | 18,9 kg/29 Kg (sin/con peana) |
Conectividad (Vídeo) | 4x HDMI 2.1 (40 Gbps, HDCP 2.3) 2x USB 1x Ethernet 1x CI+ |
Conectividad (Audio) | 1 x Salida Óptica 1 x HDMI eARC (HDMI 3) |
Sonido | 4.2.2 / 70W con compatibilidad OTS+ |
Compatibilidad/Estándares | ARC/eARC Sintonizador DVB-T2 x 2 WiFi 5 (AC) Bluetooth 5.3 Apple AirPlay 2 & HomeKit |
Capacidad de reproducción | MPEG4 HEVC VP9 Perfil 2 |
Sistema Operativo | Tizen OS / One UI (2025) |
Control | Mando a distancia solar App |
El tipo de panel de este modelo no ha cambiado su estructura desde el año pasado (realmente lleva siendo el mismo desde 2022) y no es el típico en forma de «columnas y líneas«, si no que los subpíxeles se disponen en forma de diamante o rombo, algo que es bastante raro en los paneles de todo tipo de tecnología, como se puede ver en la foto adjunta:
Parece ser que fruto de dicha disposición de píxeles bastante peculiar, los paneles QD-OLED podrían padecer de un curioso defecto: en escenas con bordes de un color uniforme sobre otro fondo con color uniforme, la línea que separa ambas puede aparecer con un ligero color rojizo o verdoso. Es algo muy ocasional y que solo afecta, de momento, a las tipografías en el mundo informático. Estamos seguros de que no afecta al contenido normal ni pegando la nariz en la pantalla.
Diseño: Samsung sigue mejorando la calidad de construcción y sigue apostando por el One Connect
El diseño de esta Samsung S95F sigue siendo extraordinariamente elegante, un televisor que no pasará desapercibido fácilmente en tu salón. Minimalista hasta el extremo de que la marca casi no aparece salvo si nos fijamos en el extremo final de la derecha donde podemos leerlo. En realidad, sigue siendo idéntico a la de la Samsung S95D, incluyendo el hueco que nos deja para poder instalar una barra de sonido de perfil no muy alto. Como veis, la peana sigue siendo de aluminio cepillado en color negro y pesa, pesa mucho. Se nota que estamos ante una gama premium de la marca:
Si echamos un vistazo a atrás, rápidamente podremos ver como la firma también ha cuidado la estética trasera. La Samsung S95F presenta una terminación trasera hecha enteramente en plástico rugoso aunque ha mejorado el encaje y la calidad respecto a años anteriores. Aparte de eso, encontraremos los 8 drivers del sistema de sonido -al aire- y un conector para enganchar el cable del One Connect que luego veremos.
De nuevo, otro año más seguimos esperando que Samsung decida incorporar el códec DTS, ya que la S95F trabaja bien con los códecs como Dolby Atmos (con pérdida) -es decir, el perfil basado en DD+ que usan todos los servicios bajo demanda así- o Dolby Digital y Dolby TrueHD, pero sigue sin poder usar, decodificar o hacer passtrough de DTS, DTS HD MA ni DTS:X). Ni siguiera si conectamos un reproductor externo conseguiremos passtrough de audios DTS.
Una conectividad a la altura de una pura gama alta: 4 puertos HDMI 2.1 de verdad
En temas de conectividad, Samsung sigue montando cuatro puertos HDMI 2.1 contando con un ancho de banda efectivo de 40 Gbps. Con ellos, la S95D ofrece soporte a las últimas tecnologías para los más jugones: ALLM (cambio a Modo Juego de forma automática), 4K a 165 Hz, croma 444 completo y a 10 bits, con soporte para Freesync Premium, VRR HDMI y también soporte completo para eARC (con el que podremos enviar audios HD desde reproductores externos, salvo DTS), además de compatibilidad con G-Sync.
El incorporar una toma de sonido eARC está muy bien pero será especialmente útil para aquellos que tengan una barra de sonido -compatible- con una sola toma HDMI. Este modelo también cuenta con 8 altavoces independientes formando un sistema de 70W que no suena mal, pero tampoco bien. Digamos que cumple, pero pide a gritos una barra de sonido dedicada.
Como os decíamos antes, la firma sigue apostando por la fórmula de la Cocacola, ya que la S95F sigue externalizando todos los conectores -incluyendo el de energía- en una caja externa: el famoso One Connect. Toda la electrónica del televisor va integrado en una «caja» aparte, desde los puertos HDMI, , antenas hasta la propia alimentación.
Para las conexiones del televisor, solo necesitamos conectar un diminuto cable -además transparente, o casi- desde éste hasta el televisor y listo. Ya podemos conectar todo lo que queramos al One Connect. Es el sistema perfecto para los usuarios que cuelguen el televisor en la pared, muy superior a cualquier otra solución presentada hasta el momento. Además, también podéis anclarlo en el propio televisor, como es nuestro caso por ejemplo
Tizen OS con One UI: mejoras aquí y allá y mucha IA pero sigue sin convencer
Al igual que ocurría con su predecesora, Samsung sigue apostando por su propio sistema, Tizen. El año pasado lo rebautizó bajo la interfaz de One UI, con la que consiguió mejorar en varios aspectos. En esta versión de 2025, seguimos con la misma organización caótica de siempre, con un menú principal basado en 3 secciones: «Para ti«, «En directo» y «Aplicaciones«, algo que facilita -un poco- las cosas. También Samsung TV Plus funciona mucho más rápido y ya no lastra el rendimiento del televisor. Aún así, lo podéis quitar para ganar más velocidad.
En cuanto a puntos débiles, continúa ofreciendo poca personalización y flexibilidad, ofreciendo anuncios, publicidad y recomendaciones de servicios que ni si quiera tenemos contratados o instalados. De todas formas el sistema responde mucho mejor, siendo más rápido que el año anterior, aunque sigue siendo lento si estamos viendo contenido HDR y además seguimos sin tener un botón para las entradas en el mando, teniendo que conformarnos con la opción de. fuentes conectadas en el lateral de la interfaz.
Quizá la novedad más destacable de esta nueva versión de Tizen son los nuevos menús actualizados, más de acorde con los nuevos tiempos que corren -con elementos translúcidos, etc.- y una interesante funcionalidad: el televisor recuerda cual fue la última sección que visitamos, para poder volver a ella en un segundo de nuevo. En cuanto al chip de imagen, que luego entraremos en mayor profundidad, encontramos el nuevo NQ4 Gen 3 con IA -si, Samsung hace hincapié en la IA por todos lados-, aunque técnicamente no hemos encontrado diferencias con el del año pasado.
Eso si, donde en algo destaca Samsung es en la compatibilidad, ya que cuenta con soporte para cualquier servicio que pensemos, desde HBO Max, Netflix, Disney+, Vodafone TV, Spotify, M+, Orange TV, Netflix, Amazon Prime y un larguísimo etcétera. Ah y todas con soporte HDR/HDR10+ (si el servicio lo soporta, caso de Amazon Prime) y Dolby Atmos.
Con respecto al mando a distancia, es prácticamente un calco del del año pasado: minimalismo extremo, carga solar, cuatro botones de acceso directo a apps bajo demanda: Netflix, Amazon Prime, Disney+ y Samsung TV Plus a los que se le añade el nuevo botón de AI para poder llamar a la inteligencia artificial del televisor al momento. Eso si, encontramos que de inteligencia tiene poco y es, más o menos, lo mismo que el año pasado con algunos matices. Hubiera sido más eficaz ponerle un botón para las entradas en el mando…
El filtro antirreflejos convence al que lo prueba, pero podría ser opcional
Llegamos a otro aspecto caliente del análisis y uno de los que más ampollas han levantado en la comunidad: el del filtro antirreflejos. Y es este televisor tiene 0 reflejos, algo que ya vimos el año anterior y os explicamos en un artículo detallado, pero es totalmente cierto: el televisor se convierte en un agujero negro que absorbe todo tipo de reflejos, tanto directos como indirectos.
Básicamente su funcionamiento –mejor explicado en este link– se basa en difuminar los reflejos por todo el panel. A consecuencia de esto, podemos observar como el nivel de negro nativo del panel ya no es perfecto y se ve más grisáceo -solo en condiciones donde incida la luz directamente sobre el panel-, por lo que es preferible a ver un espejo como suele ocurrir.
Sobre la uniformidad y los tintes, otro año más siguen siendo prácticamente perfectos. Si miramos el estímulo de gris del 5%, podremos ver como prácticamente no tenemos nada de banding ni viñeteado, además de una ausencia completa de tintes de cualquier tonalidad, tanto en grises como en blanco a pantalla completa. Un punto fuerte respecto al resto de sus competidores.
Calidad de imagen SDR: una calibración de fábrica casi perfecta
Entramos ya en el punto dulce del análisis: su calidad de imagen. Comenzamos con el rango dinámico normal, SDR, el de toda la vida (es decir, todo aquel que no sea HDR10 o HDR10+) y aquí lo cierto es que podemos encontrar pocas mejoras: todos los televisores tienen brillo suficiente para mostrar el rango SDR sin demasiadas complicaciones.
Una ventaja importante este año es que Samsung ha relajado aún más el ABL (Limitador de Brillo Automático) ya que el panel roza los 400 nits a pantalla completa. Ello se traduce en una imagen más impactante, que puede mostrar áreas de blanco más grandes y con más brillo, mejorando así a otros modelos OLED del mercado. Se nota especialmente en deportes con mucho blanco, documentales con nieve, etc.
En cuanto a precisión de la calibración de fábrica viene mucho mejor que la S95D del año pasado, al menos nuestra unidad. Un AE casi inexistente tanto en balance de blancos como en saturación de los colores como en detalle en sombra -el famoso near black–, con lo que este modelo se convierte en una referencia en SDR, quedando aún mejor tras la calibración con sonda.
Calidad de imagen HDR: estamos ante una nueva era del brillo en los paneles QD-OLED
Está claro que nadie se compra un televisor como este para poner contenido SDR o la TDT, así que vamos al grano, ¿qué tal es en HDR? pues una bestia, siendo sinceros. El televisor llega a un poco de 2150 nits en HDR -medición realizada al 10% de ventana en modo FILMMAKER- y ligeramente por encima de los 400 a pantalla completa, lo que significa que tenemos un ABL mucho más reducido y un aumento significativo del brillo respecto al año anterior.
El HDR y el panel OLED es una combinación demencial, pero si le añadimos una capa de Quantum Dots se convierte en orgásmica. La tecnología OLED es conocida por todos por su capacidad de encender o apagar los píxeles a nivel indiviual para que, cuando haya una escena oscura o con mucho negro, sea capaz de apagarse por completo, entregando un negro puro.
El negro es el parámetro más importante de la imagen, ya que se usa para medir el contraste: el punto más brillante entre el más oscuro, por tanto…si el negro es 0, cualquier valor que dividamos entre éste nos dará infinito: contraste infinito. Y si, el HDR más que de nits y brillo, tiene más relación con el contraste.
En dicho extremo brillante, donde ya hemos comentado que las OLED tradicionales pueden flaquear, éstas tienen otra particularidad: dado que su estructura de píxeles está hecha completamente de puntos blancos con un filtro RGB para generar el color, solo pueden emitir una luz con color rica hasta ciertos nits, siendo a partir de ahí hasta su tope solo blanco puro, lavando los colores en las altas luces respecto a otras soluciones. Eso en el caso de una OLED convencional…pero no estamos ante una OLED convencional.
Lo primero que sorprende en esta S95F QD-OLED es que su pico de brillo es brutal, superior, llegando como decimos a la barrera de los casi 2200 nits. Esto hace que la ausencia de Dolby Vision así como la actuación del mapeo de tonos cada vez tengan menos relevancia. Y la verdad es que una de la mejores Smart TV donde uno puede ver contenido HDR, toda una gozada.
En cuanto a su precisión de la calibración de fábrica, en este caso podríamos decir que es simplemente buena, pero no tan extraordinaria como en el caso del SDR, ya que encontramos un exceso de azul en el balance de blancos con un AE puntual de 3.7 (por encima del umbral de visibilidad), aunque no es nada grave y por suerte se puede corregir con una calibración profesional con sonda:
En el caso de la curva EOTF, podemos ver como incluso con la opción del mapeo de tonos desactivada, se sigue desviando por la parte brillante -aunque mínimamente-, esto hará que los tonos medios estén un poco más brillantes de lo ideal, aunque de nuevo es un desvío pequeño:
Evidentemente, no podemos usar la opción de Asignación de tonos medios en el televisor, ya que éste lo único que hace es salirse aún más de la curva EOTF -y de bastante-, algo similar a lo que hace también el Modo Juego HDR -si, lo hace incluso con esta opción desactivada-, por lo que se pierde rango dinámico y toda la imagen está más lavada de lo normal. Por lo tanto, esta opción debe mantenerse desactivada:

Por otro lado, es cierto que el panel QD-OLED por si solo puede llegar a un 91% de cobertura del espacio BT2020, pero tiene truco. Veréis, todo el contenido UHD viene masterizado en el contenedor BT.2020, un espacio de color más amplio que el tradicional Rec.709 (usado en los Blu-ray y contenido que no sea UHD). El problema es que dentro de este espacio de color existe otro más, llamado DCI-P3, que es el que suelen usar el 99% de películas y series UHD.
Como veis en la foto superior, la colorimetría de la gran mayoría de películas se encuentra en el triángulo de línea continua. Y hay una serie de películas que usan el color más amplio que proporciona el espacio BT.2020 (el grande con la línea discontinua). Este tipo de películas (y demos, ya que casi todas las demos de los fabricantes vienen con BT2020 también para impresionar más) contiene un flag para que el televisor cambie al espacio correcto.
Pues bien, el problema es que Samsung sigue sin implementar un conmutador automático real entre ambos espacios. SI seleccionamos auto y detecta alguna escena en BT2020, nos lo comprimirá dentro del DCI-P3, perdiendo así una de las grandes ventajas del panel QD-OLED y cayendo su cobertura del espacio de color BT2020 a un 74-75%. Si seleccionamos manualmente el BT2020 en la tele…como el 99% del tiempo las películas se muestran en DCI-P3, lo estaremos viendo todo demasiado saturado, especialmente los rojos:
Al margen de estos errores, en el 99% del tiempo veremos una imagen impresionante debido a la combinación del panel OLED, ausencia de defectos propios de esta tecnología y la combinación de los 2200 nits y un ABL mucho más relajado; creando así una imagen única y muy complicada de superar, especialmente en una habitación totalmente a oscuras.
Por último, la Samsung S95F es compatible con otros dos formatos HDR: HLG (usado en retransmisiones de TV) y HDR10+, el gran competidor de Dolby Vision. El funcionamiento con este tipo de HDR con metadatos dinámicos es realmente bueno y mucho más fácil de implementar que Dolby Vision (que tiende a dar problemas). Y la buena noticia es que funciona igual de bien que su versión HDR10 normal.
Procesador NQ4 Gen3 con IA: prácticamente ninguna diferencia con el año pasado
Este año os podríamos decir que es un calco del anterior en cuanto a procesamiento, ya que el este nuevo NQ4 Gen3 es, en esencia, un calco del del año pasado. Y es que el año pasado parece que el procesador de Samsung mejoró ligeramente, sin embargo este año no hemos encontrado ninguna diferencia apreciable y se mantiene un poco por debajo de lo que ofrece la competencia, como la LG G5 o los mejores televisores de Sony equipados con el chip de imagen XR.
Eso si, este televisor tiene una total ausencia de overshoot, dado que no tiene subpíxel blanco. De la misma forma, tiene un banding de color mucho menos acusado que los televisores WOLED, dado a que, de nuevo, no tiene un subpíxel blanco que altere la imagen creando exceso de macrobloques, suciedad, posterización, flashes y demás defectos propios de la tecnología OLED WRGB tradicional.
Aún así y nuevamente por décimo año consecutivo, Samsung no cuenta con un filtro Smooth Gradation (Gradación suave), una funcionalidad que si tienen tanto Sony como LG. Esta interesante tecnología analiza los píxeles adyacentes en colores uniformes, si detecta que no son exactamente iguales, aplica una máscara de gradiente progresivo, viendo así un color en un lado que va poco a poco y de forma suave y progresiva, convirtiéndose en la otra tonalidad.
Es espectacular ver como mejora la calidad del contenido comprimido y elimina el banding, algo que además le vendría de perlas a la S95F también para eliminar el exceso de banding en algunas escenas comprimidas en material de mala calidad. Eso si, por suerte la naturalidad del panel QD-OLED y su ausencia de subpíxel blanco ayudan a que las gradaciones sean mejores que en un panel WRGB sin filtro de gradación suave.

En cuanto al interpolador, Motion Plus en este caso que es como lo llama Samsung, es realmente efectivo a la hora de inventarse fotogramas por segundo. La suavidad es totalmente personalizable y el no hay rastro de exceso de efecto telenovela ni tampoco artefactos. Se puede utilizar en valores moderados sin perder la esencia ni la cadencia original de cine.
Por otra parte, Samsung es la única marca que permite introducir un interpolador menos intenso para juegos, algo que ayudará mucho a la suavidad en juegos de 30 fps y no incrementará demasiado el input lag. Y justo con eso vamos a terminar este extenso análisis.
Eso si, por desgracia tenemos que hablar de los tirones. Y es que este modelo, al detectar escenas con cambios de plano bruscos (por ejemplo, tras una escena de acción viene una escena en negro), se puede apreciar un pequeño tirón. Es sutil y el ojo menos experto no lo verá, pero está ahí…por noveno año consecutivo y sigue sin ningún tipo de solución.
La Samsung S95F sigue siendo uno de los mejores televisores del 2025 para Gaming
Para acabar, aunque no somos muy de juegos, queríamos dedicarle un apartado al Gaming. Podríamos resumir en que tampoco hay grandes mejoras este año, salvo la adición de los 165 Hz para aquellos que tengan un PC de grandes características. Y si, para los gamers del mercado, este panel es extraordinario para jugar por varias características.
Y es que este panel cuenta con 4 puertos HDMI 2.1 de 40 Gbps, gracias a los cuales podremos jugar a 4K 120 Hz (y como ya hemos citado, también a 165 Hz) a 10 bits, croma 4:4:4 completo, HDR (y HDR10+ Gaming) con VRR, Freesync y G-Sync completos también activado. ¡Ah! y una barra de información para ver los FPS, género, etc. que podemos sacar cómodamente con un botó, que además este año se ha renovado con un aspecto más adulto y menos infantil.
Por otra parte, también se ha mejorado el input lag aún más, ya que en el modo Juego la TV nos entrega unos impresionantes 10 ms (y rondando los 5.5 ms en modo 4K@120 Hz, 4.7 a 144 Hz y 3 ms a 165 Hz). Además de ello, podemos seguir activando el Motion Plus en el modo juego, con los que conseguiremos unos fantásticos 28 ms y con una suavidad emulada de 60 fps en todos los juegos, un total acierto por parte de Samsung.
Conclusiones
Bien, llegamos a las conclusiones. Y aunque es un enorme televisor en todos los sentidos, lo cierto es que aparte del aumento notable de brillo, no se ha visto ninguna evolución en ninguno de los problemas que vimos el año anterior con la Samsung S95D, e insistimos, no quita que sea un extraordinario Smart TY y se quede en el TOP 5 de este año. Pero con el potencial que tiene el panel, podría ser la mejor del año.
Los puntos positivos son muchos: el flipante filtro antirreflejos que se come la luz, casi 2200 nits de brillo máximo, una implementación del HDR10 y HDR10+ que funcionan de lujo con unas imágenes en HDR totalmente impactantes, uniformidad perfecta, ángulos de visión, ausencia de tintes, ausencia de overshoot, 4 puertos HDMI 2.1 con capacidad de VRR y 144 Hz, etc.
Los puntos negativos se centran en la ausencia de Dolby Vision, un sistema operativo y un mando a distancia que podrían ser mejores y que no son del todo cómodos con el cliente y especialmente los errores que llevan más de una década presente y no solucionan, como la falta de un conmutador entre espacios de color BT2020 y DCI-P3, los tirones con el interpolador de movimiento entre cambios de escena, un Modo Juego HDR pasado de rosca y un escalado y procesado que están estancados.
En definitiva, nos encontramos con una TV que está dentro de los mejores jamás fabricados, pero como decíamos, si Samsung pusiera algo de esmero en la parte técnica y escuchara más a los expertos y los reportes de los errores, estaríamos ante un televisor de 10 redondo. Lástima que no sea así y se quede en un excelente 9 alto.