TCL se ha tirado a la piscina con todo. Y no hablamos de una piscinita hinchable, no: hablamos de una pedazo de apuesta industrial como pocas veces hemos visto. La compañía china ha dado el paso definitivo hacia la producción masiva de paneles OLED RGB impresos, y lo hace a lo grande, con una fábrica de esas que quitan el hipo.
Para ponerte en contexto: TCL CSOT (China Star Optoelectronics Technology) lleva tiempo trabajando en la tecnología OLED basada en impresión por inyección de tinta. Sí, como suena. Nada de los métodos tradicionales de evaporación al vacío, sino algo que, sobre el papel, puede ser más barato y más eficiente. En 2024 ya anunciaron que habían tenido un avance importante, y a finales de ese mismo año comenzaron a fabricar de forma limitada. Pero ahora, en 2025, han dicho: “vamos con todo”.
¿Y qué significa eso de “vamos con todo”? Pues que, según fuentes bastante fiables como UBI Research, TCL está preparando una planta de fabricación 8.6G (que para que te hagas una idea es como el Rolls-Royce de las líneas de producción de pantallas) y que tendrá una capacidad de producción bestial. Y lo mejor: costará un 30% menos que otras fábricas similares gracias a su tecnología de impresión. Vamos, que les ha salido redonda la jugada (al menos sobre el papel).
TCL se planta frente al QD-OLED y el WOLED con su OLED impreso
La guerra por el OLED no ha hecho más que empezar, y TCL quiere meterse en medio de los grandes. Hasta ahora, lo que más se ha llevado en el mercado han sido los paneles WOLED con filtros de color y los QD-OLED basados en puntos cuánticos, dos tecnologías que han dominado la escena OLED en los últimos años… Pero TCL no quiere ser uno más, quiere cambiar las reglas del juego.
¿Y cómo lo va a hacer? Pues apostando por una tecnología diferente: el OLED RGB impreso por inyección de tinta. No solo suena futurista, es que lo es. Esta técnica permite colocar cada subpíxel rojo, verde y azul directamente sobre el sustrato de manera más precisa y, en teoría, con mejor control del color y menos costes. Si les sale bien, podríamos estar ante una alternativa real a los paneles que dominan ahora el mercado.
La planta en cuestión, conocida como T8, se va a construir cerca de la actual línea T9 de TCL en Guangzhou. El objetivo es ambicioso: dos líneas de producción 8.6G con una capacidad conjunta de 45.000 sustratos al mes. Para que lo pongas en perspectiva: la planta 8.6G de BOE, otro gigante chino, tendrá una capacidad de 33.000 sustratos, y la nueva línea A6 de Samsung apenas llegará a los 15.000. Vamos, que TCL no va a salir a ver qué pasa. Va a por todas.
La jugada es clara: con estas dimensiones y este enfoque, TCL quiere plantar cara de verdad, no solo en monitores, sino también en televisores, portátiles, tablets, móviles… todo lo que lleve una pantalla. Además, según UBI Research, el coste de construir esta nueva planta será sensiblemente inferior al de las tecnologías tradicionales, lo cual les da una ventaja competitiva tremenda.
Eso sí, no todo es tan bonito. Como advierten desde UBI, el OLED impreso todavía tiene retos: el brillo, la vida útil y la uniformidad en pantallas grandes siguen siendo temas pendientes. Pero China, con el apoyo del gobierno, está apostando fuerte para resolverlos y dominar esta nueva vertiente tecnológica. Y TCL está liderando la carga.
Se espera que el anuncio oficial de esta mega planta llegue este mismo mes, con la primera piedra puesta en octubre. ¿Será este el movimiento que lo cambie todo? Habrá que estar muy atentos, porque el mundo del OLED podría estar a punto de dar un giro importante, y TCL quiere ser el que lleve el volante.
