Hay movimientos que no se ven venir… y otros que, aunque se rumorean durante meses, cuando se hacen oficiales ponen patas arriba el panorama tecnológico. Y este es uno de esos casos. TCL acaba de empezar las obras de su nueva fábrica de paneles OLED en China, con una inversión de más de 4.000 millones de dólares y, atención, con un mes de adelanto sobre el calendario previsto. No es solo una fábrica más: lo que se va a producir ahí puede cambiar el equilibrio entre los grandes del sector.
Porque sí, hasta ahora hablar de paneles OLED era hablar casi exclusivamente de LG Display o Samsung Display, con alguna mención más reciente a BOE o Visionox en segmentos concretos. Pero TCL quiere meter la cabeza de forma muy seria y lo quiere hacer apostando por una tecnología de fabricación muy diferente: la impresión por inyección de tinta, o lo que es lo mismo, inkjet printing OLED.
Y si no te suena mucho esto del inkjet printing, quédate con la idea de que permite fabricar paneles OLED con menos coste y menos residuos, pero con igual o incluso mejor rendimiento. Eso sí, hasta ahora no se había hecho a gran escala. De ahí que esta fábrica, llamada T8, sea la primera de su tipo en todo el mundo. Y el objetivo de TCL está clarísimo: competir de tú a tú en el mercado de pantallas OLED para tablets, portátiles y monitores premium.
TCL y un nuevo gigante OLED hecho con tinta… y 4.000 millones de inversión

El anuncio se hizo oficial el 21 de octubre de 2025, cuando TCL CSOT (la división de pantallas de TCL) empezó a levantar la estructura de su planta T8 en Guangzhou, China, y lo hizo con todos los honores: discursos, declaraciones oficiales y mucha expectación. El dato que más llamó la atención es su escala: más de 4.150 millones de dólares de inversión y capacidad para procesar 22.500 sustratos al mes de 8.6ª generación (2290 x 2620 mm). O sea, una barbaridad de paneles que luego se pueden recortar en tamaños más pequeños según el producto final.
Eso sí, de momento no se han dado detalles sobre si también producirán paneles para televisores. Todo apunta a que la primera etapa estará centrada en pantallas de gama alta para tablets, monitores y portátiles, un segmento que cada vez demanda más calidad, eficiencia energética y resolución. Y ahí TCL cree que puede colarse con ventaja gracias a esta técnica que, según estimaciones internas, reduce los costes de fabricación hasta un 20% frente a los métodos tradicionales de evaporación al vacío.
¿Y cómo lo consiguen? Pues inyectando directamente los materiales emisores sobre el sustrato, como si fuera una impresora de tinta, pero con precisión nanométrica. Esto ahorra pasos intermedios, reduce el desperdicio de materiales y es mucho más flexible a nivel de diseño. Y por eso se ha considerado durante años como el “santo grial” de la producción OLED. Ahora, TCL quiere demostrar que es viable a gran escala.
Lo mejor de todo es que no lo están haciendo a ciegas. Según declaró Jun Zhao, CEO de TCL CSOT, la idea es crear una cadena de valor integrada: desde los materiales base hasta el montaje final del producto. Un modelo muy parecido al de Samsung, pero aplicando una tecnología de fabricación completamente nueva. Y por si fuera poco, tienen el respaldo moral de figuras como el profesor Sir Richard Friend (Cambridge), pionero en OLED por impresión, quien dijo literalmente: “es maravilloso ver cómo TCL toma el relevo del OLED impreso”.
Y ojo, que durante la presentación enseñaron el primer OLED de doble pliegue 4K del mundo, un panel de 28 pulgadas que puede doblarse en dos direcciones sin perder resolución. Esto ya no es I+D, es producto casi final, y se nota que el objetivo de TCL es convertirse en referente de innovación real, no solo en precios competitivos.
De hecho, el plan completo prevé que la fábrica esté a pleno rendimiento en 2027, justo cuando se espera una explosión en la demanda de OLEDs de media gama. Según los analistas, los envíos globales de paneles OLED pasarán de 1.010 millones de unidades en 2024 a 1.330 millones en 2030. O sea, hay pastel para repartir… y TCL quiere su trozo grande.
Y aunque de momento no hay confirmación oficial de que estos paneles se vayan a usar en televisores TCL, lo cierto es que todo apunta a que sí. Si la fábrica va como esperan, podrían tener paneles OLED RGB de bajo coste listos para integrar en Smart TVs antes de que acabe esta década. Y eso podría significar una nueva era de televisores OLED más asequibles y variados, más allá del duopolio actual.
Así que sí, lo que acaba de pasar no es solo una noticia de industria, es un aviso a navegantes. TCL se lanza al OLED impreso con todo, y si le sale bien, va a cambiar el mercado tal y como lo conocemos.