Te voy a contar algo que me ha volado la cabeza, y no porque no lo supiera, sino porque al leer cómo lo explican los compañeros de Stereonet me di cuenta de lo mucho que descuidamos esto en casa: la colocación de los altavoces es casi tan importante como el propio equipo. Y muchas veces, si tu sistema suena “meh”, la culpa no es del DAC, ni del ampli, ni siquiera de la sala… sino de esos 15 cm que has puesto mal.
Y es que como explican en su guía, no importa que tengas altavoces de estantería de 1000 euros, una etapa monofónica de clase A o el streamer más avanzado del mercado. Si los altavoces no están bien colocados en la sala… la magia no aparece. Da igual que tengas parquet o moqueta, que vivas en un salón cuadrado o alargado: todo influye. Y lo mejor de todo es que corregirlo es gratis.
Así que me apetecía traeros este resumen –en versión muy AVPasión– de los consejos esenciales que dan en Stereonet para colocar bien los altavoces. Ya te aviso: son cosas sencillas, lógicas, pero que cambian por completo la experiencia auditiva. Vamos al lío.
El triángulo mágico del que depende todo
Una de las claves que destacan en la guía es algo que muchos ya habréis oído: el famoso triángulo equilátero entre tú y tus altavoces. Es decir, imagina un triángulo perfecto donde tú eres un vértice y los altavoces los otros dos. Esa posición es la que te da el llamado “sweet spot” o punto dulce estéreo, donde las voces suenan centradas, el escenario se abre y notas cada instrumento en su lugar.
¿Muy juntos? Todo suena compacto, cerrado. ¿Muy separados? Se rompe la coherencia. Y aquí entra en juego el «toe-in», que es como llaman al pequeño giro de los altavoces hacia tu posición de escucha. Demasiado toe-in, y el sonido se vuelve punzante. Muy poco, y la imagen central se desmorona. El truco está en girarlos lo justo para que el cantante “aparezca” flotando justo en el centro, entre los dos altavoces. De verdad: cuando lo pillas, se nota.
Desde Stereonet recomiendan incluso usar un puntero láser para apuntar desde los altavoces al punto exacto de escucha y afinar ángulos. Pero si no quieres liarte, elige una canción con una voz clara (tipo Diana Krall o Carole King), y repítela mientras vas probando posiciones. Milagrosamente, en un momento todo encaja. Y lo notarás al instante.
Ah, y no te olvides de otro clásico: los tweeters deben estar a la altura de tus oídos cuando estés sentado. Esto es clave para que los agudos no suenen apagados ni agresivos. Con altavoces de suelo suele estar resuelto, pero con monitores de estantería, el tipo de soporte (o incluso poner un libro debajo) puede marcar la diferencia.
Cómo dominar los graves (y evitar que el bajo se coma la música)
El otro gran punto que explican genial en Stereonet es cómo colocar los altavoces respecto a las paredes traseras para evitar el temido “boom” de graves. Esa sensación de que el bajo inunda todo y tapa voces, guitarras y detalles.
En general, cuanto más cerca esté un altavoz de la pared trasera, más graves notarás… pero no siempre de forma buena. Lo ideal es alejarlo entre 50 cm y 1 metro, sobre todo si el altavoz tiene puerto bass réflex trasero. Si es cerrado (infinite baffle), puedes acercarlo más, incluso a solo 10 cm. La clave es que no haya refuerzos indeseados.
También apuntan algo que me parece muy top: algunas marcas diseñan sus altavoces justo para que estén cerca de pared y así ganen cuerpo. Por eso es tan importante saber cómo está diseñado tu altavoz antes de moverlo sin control. Y si tienes subwoofer, más aún: moverlo un poco puede suavizar el grave sin perder profundidad.
¿Y la sala? Pues como también dicen desde Stereonet, la acústica importa muchísimo. Un salón con mucho cristal o paredes desnudas va a reflejar el sonido y hacer que los agudos se descontrolen. En cambio, una sala con alfombra gruesa y muchos cojines puede comerse el detalle. El equilibrio está en usar objetos normales (alfombras, cortinas, estanterías) como aliados acústicos.
¿Y si tienes un sistema multicanal?
Stereonet también toca el tema del cine en casa, donde la colocación es aún más complicada, pero igual de clave. Por ejemplo, el canal central tiene que sonar natural y coherente con los laterales, pero justo ahí va la tele. Así que puedes colocarlo encima o debajo del televisor, pero siempre apuntando hacia tu cabeza. También puedes usar un phantom center o incluso, si tienes una Bravia, usar los altavoces del propio televisor como centro con Acoustic Center Sync.
En cuanto a los traseros o efectos surround, lo ideal es tenerlos detrás y por encima de tu cabeza. Si ves muchas pelis, que estén más o menos a 1 metro por encima. Si juegas, súbelos un poco más aún para que los efectos sean más direccionales.
El resumen es claro: el posicionamiento perfecto no existe, pero con pequeñas pruebas puedes mejorar muchísimo la experiencia. Y todo lo que explican en Stereonet, adaptado aquí con un poco de acento AVPasión, te da las herramientas para conseguirlo sin gastarte un euro.
La colocación es el tweak gratuito más potente que existe
Ajustar bien tus altavoces es gratis. Y su efecto es inmediato. Más que cambiar de DAC, más que comprar cables carísimos o que añadir una etapa extra. Y como dejan muy claro en la guía de Stereonet, la colocación afecta directamente al detalle, al equilibrio tonal, al control del grave y a la sensación de escena sonora.
Así que si últimamente sientes que a tu sistema le falta algo… prueba a mover los altavoces unos centímetros. No pierdes nada y puedes ganar muchísimo.
Y como consejo final: escucha con calma, repite canciones conocidas y confía en tus oídos. Porque no hay fórmula mágica universal: el mejor sonido es el que tú disfrutas más.