Otra vez la tenemos liada y es que la Unión Europea ya prohibió los televisores con exceso de consumo en HDR para después volver a atacar a los modos de imagen, que deberían avisar con un cartel del exceso de consumo, siguió con la imposibilidad de que los mandos trajeran baterías, para luego centrarse en el cadmio de los modelos QLED y, ahora, finalmente con la llegada del Reglamento 2023/826 de la Unión Europea que…ya ha entrado en vigor y es que desde el 9 de mayo de 2025 la Unión Europea prohibe la venta de televisores cuyo consumo exceda de los 0.5W en Standby…algo que no parece muy preocupante…¿no?
Pensemos por un momento en todos los televisores de hoy en día, que en modo espera tienen cientos de procesos en segundo plano trabajando: desde encenderse con el móvil o el Wifi, pasando por la descarga de actualizaciones de firmware en segundo plano o incluso los modos Ambiente en la que nos enseñan cuadros o fotografías nuestras mientras están apagados. Incluso existe una línea de televisores exclusivamente diseñada con el propósito de que sean como cuadros artísticos, como el famoso The Frame de Samsung o el NXTFrame de TCL. ¿Qué va a pasar con este tipo de dispositivos?
La Unión Europea (si, otra vez), obsesionada con el consumo energético de los televisores…en Standby
La normativa es bastante clara y no solo abarca televisores si no también todo tipo de dispositivos como electrodomésticos, amplificadores o también los propios televisores. Hasta la llega del nuevo reglamento, todo esto estaba regulado y recogido por el reglamento de diseño ecológico 1275/2008 en el que las mediciones de lo que podían o no podían consumir los equipos era algo más relajada; en concreto especificaba los siguientes valores, siempre y cuando tuvieran conexión de red (modo espera de red):
- En 2013 se introdujeron requisitos específicos para los dispositivos en espera .
- Desde enero de 2017, los dispositivos en modo de espera no deben consumir más de 3 a 8 vatios según el producto.
- Desde enero de 2019, los dispositivos en modo de espera no deben consumir más de 2 a 8 vatios según el producto.
El cambio drástico apareció en 2023 con el nuevo Reglamento 2023/826 en que en una serie de años y de forma progresiva, obligaría a los fabricantes a bajar el consumo de energía en modo espera y, a diferencia del anterior reglamento, especifica varios consumos en función de si está en modo red o solo en Standby. Lo curioso es que ya ha entrado en vigor (desde el 9 de mayo de 2025); aunque entendemos que solo se aplica para productos fabricados a partir de esa fecha, por lo que los modelos de televisores actuales no están afectados:
- A partir de 2025, los dispositivos no podrán consumir más de 0.5 vatios en modo de espera o apagado o 0.8 vatios si están en modo de espera mientras muestran su estado o información.
- A partir de 2027, los dispositivos no deben consumir más de 0.5 vatios en modo de espera, 0.3 vatios en modo apagado o 0.8 vatios si están en modo de espera mientras muestran su estado o información.
La Unión Europea (si, otra vez), obsesionada con el consumo energético de los televisores…en Standby
Con cualquiera de estas dos métricas tenemos lío asegurado, ya que los televisores que están en modo Standby o modo Encendido Rápido no pueden funcionar con solo 0.8 vatios. Como decíamos, hablamos de los televisores como The Frame, que muestran imágenes simulando un cuadro mientras están apagados. También afectará a procesos en red en segundo plano como actualizaciones de firmware mientras el televisor está apagado.
El tema está en que la UE especifica que lo máximo a consumir serán 0.8 vatios, incluso si está mostrando información; y claramente con ese consumo es imposible que el televisor realice sus funciones. Sin embargo, una posible solución es que los fabricantes no llamen estar apagado a este tipo de modos, si no que será como abrir una app y dejarla en segundo plano, aunque consuma menos que estando encendida en estado normal.
En cualquier caso, está claro que el Reglamento 2023/826 es un paso más de la Unión Europea en su obsesión por acabar con todo rastro de exceso de consumo energético (a su juicio, claro), que ya ha provocado varios problemas en el panorama audiovisual; como la salida de Sony de los proyectoresen la UE, aunque finalmente se llegó a un acuerdo para que volvieran a Europa; aunque todo ello es síntoma de que algo va mal en Bruselas: se legisla sin tener en cuenta la realidad de los fabricantes y, en muchos casos, con reglamentos imposibles de cumplir.
