Pues sí, el mundillo de los televisores OLED está que arde. Y no por el calor de la retroiluminación, sino porque Universal Display, que es básicamente la empresa que pone las “vitaminas” a los paneles OLED, acaba de comprarle a Merck un montonazo de patentes súper importantes. Y no, no hablamos de dos papelitos, sino de más de 300 patentes que afectan justo a la parte del panel que emite la luz, o sea, a lo que de verdad ves tú cuando estás viendo tu serie o peli favorita.
¿Y qué implica esto? Pues, en cristiano: que Universal Display ahora tiene aún más poder sobre cómo se fabrican y licencian los paneles OLED. Vamos, que si antes ya pintaban mucho, ahora pintan todavía más. Y esto, aunque suene muy de despacho y corbata, nos acaba afectando directamente a nosotros, porque puede significar que los próximos televisores OLED sean más eficientes, más brillantes, más duraderos… y ojalá también más baratos, aunque eso ya es otro tema.
La clave está en que esto no es una compra cualquiera. Es como si se hubieran hecho con la receta secreta de una parte clave del panel. La capa emisiva, que es la que genera los colores que vemos, es el corazón del OLED, y Merck tenía un buen puñado de ideas registradas ahí. Ahora todo eso pasa a estar bajo el paraguas de Universal Display. Y ojo, porque esto puede acelerar bastante cosas que llevaban años en el horno, como el famoso OLED azul fosforescente, que se fabrica usando la tecnología PHOLED.
¿Y en qué se traduce el PHOLED para nuestras teles?

Pues para empezar, en OLEDs que gasten menos y aguanten más caña. Uno de los mayores problemas que tiene el OLED a día de hoy es que el subpíxel azul se degrada antes, consume más y da quebraderos de cabeza a los fabricantes. Con el OLED azul PHOLED, que Universal Display lleva años desarrollando, esto se puede solucionar por fin. Y justo este movimiento de comprar las patentes de Merck apunta a acelerar todo eso.
Por si no te suena, PHOLED viene de Phosphorescent OLED. Es una tecnología que aprovecha muchísimo mejor la energía, y que permite que cada color emita luz durante más tiempo. Eso se traduce en más brillo con menos consumo. De hecho, el rojo y el verde en los televisores OLED ya son PHOLED desde hace tiempo. El azul, en cambio, seguía siendo “el problemático”, porque usaba una versión fluorescente más tragona y menos duradera. Si ahora se soluciona esa pieza del puzzle, tendremos OLEDs 100 % PHOLED por fin.
¿El resultado? Pues televisores que van a poder mantener el brillo durante más tiempo sin que se oscurezca la imagen a mitad de escena (lo que se llama ABL, y que a veces da más guerra de la cuenta). También podrían mejorar en HDR sostenido, eficiencia energética (ojo que hay estudios que hablan de hasta un 15 % menos de consumo) y vida útil. O sea, que si te compras una OLED dentro de un año o dos, probablemente te dure más, rinda mejor y tenga más brillo sin asustarse.
Pero no todo es color de rosa. Al tener Universal Display más patentes bajo su techo, también tendrán más poder para decidir cómo se fabrican los paneles y cuánto cuestan las licencias. Es decir, los fabricantes como LG Display, Samsung Display o BOE van a tener que pasar por caja… aunque al mismo tiempo les facilita las cosas, porque en lugar de negociar con tres o cuatro empresas, lo hacen directamente con UDC. Es más simple, pero puede salir más caro. Así que ahí dependerá de si los beneficios compensan los costes y se traduce en teles más potentes… sin que se dispare el precio.

Y mientras tanto, Merck no se retira ni mucho menos. Simplemente se van a enfocar en otra parte del panel, los materiales de transporte de carga y los «triplet host», que son igual de importantes para que todo fluya bien. Es como si ahora cada uno se encargara de su parte: UDC con la parte que brilla, y Merck con la que transporta la electricidad y organiza el cotarro. Esa división del trabajo puede hacer que los avances lleguen antes al mercado y de forma más consistente.
Entonces, ¿esto lo veremos ya en las teles de este año? Pues lo más seguro es que empecemos a notarlo en los modelos tope de gama de 2025 o 2026, como las futuras LG OLED G6, Samsung S96D o la nueva generación de QD-OLED. Pero si todo va bien y los costes se ajustan, no sería raro que en 2027 o 2028 tengamos gamas medias con buena eficiencia, menos retenciones de brillo y más duración. O sea, teles que brillan más, se calientan menos y no se estropean tan rápido. Todo ventajas.
Así que ya sabes: esta compra no es solo un tema de negocios. Es un paso muy importante para que los paneles OLED del futuro sean mejores por dentro… y se noten por fuera. Más brillo, menos consumo, mejor vida útil, y todo eso sin tener que renunciar al negro puro que tanto nos gusta. Si estás pensando en cambiar de televisor pronto, igual te compensa esperar un poco y ver qué traen las OLED de 2026, porque con lo que se está moviendo, puede que nos llevemos alguna que otra sorpresa bastante positiva.




