Samsung ha presentado oficialmente su nuevo buque insignia ultrafino, el Galaxy S25 Edge, un teléfono que destaca principalmente por su diseño innovador y ligero, sin sacrificar características clave como la cámara, la potencia o la autonomía. A continuación, analizamos las cinco características esenciales que definen a este modelo, que ya está disponible para reservar en España desde 1.259 euros.
Diseño: el Galaxy más delgado y ligero de Samsung
El Samsung Galaxy S25 Edge impresiona en este apartado gracias a su perfil extremadamente delgado, con solo 5,8 mm de grosor, lo que lo convierte en el Galaxy más fino hasta la fecha. Además, su peso de 163 gramos lo sitúa entre los smartphones más livianos del fabricante -especialmente considerando que monta una pantalla de 6,7 pulgadas, tamaño similar al del Galaxy S25 Plus, pero con un diseño un 21% más delgado y un 14% más ligero-.
Esta combinación hace que el dispositivo sea muy cómodo de manejar y destacar en cuanto a estética y ergonomía. Por cierto, su cuerpo está fabricado en titanio, un material que tiene mucho que ver en su aspecto completamente diferencial (y que sea tan ligero como hemos indicado antes).
Resistencia: durabilidad sin concesiones
Aunque la delgadez suele implicar fragilidad, Samsung ha equipado el Galaxy S25 Edge con características que garantizan una buena resistencia. Además del chasis de titanio, hay que destacar el uso de Gorilla Glass Ceramic 2 en la parte trasera para un mayor aguante en el día a día. Además, el teléfono cuenta con certificación IP68, que asegura protección contra polvo y agua hasta 1,5 metros de profundidad durante 30 minutos.
En resumen, el Galaxy S25 Edge ofrece una capacidad de aguante comparable a la de sus hermanos mayores dentro de la familia S25, a pesar de su diseño ultrafino. Y, esto, es un claro ejemplo en el esfuerzo de diseño que ha realizado la compañía asiática con este nuevo smartphone.
Cámara: potencia fotográfica… sin teleobjetivo
El Samsung Galaxy S25 Edge monta un sensor principal de 200 megapíxeles con apertura f/1.7 y estabilización óptica de imagen (OIS) (acompañado por un ultra gran angular de 12 megapíxeles con apertura f/2.2). En la parte frontal, la cámara para selfies es de 12 MP con apertura f/2.2.
Esta configuración permite capturar imágenes con gran detalle y calidad, además de ofrecer grabación de vídeo en 8K y funciones avanzadas gracias al motor ProVisual de Samsung, que utiliza inteligencia artificial para mejorar la calidad de las fotos y optimizar el zoom. El único sacrificio en la cámara es la ausencia de un teleobjetivo dedicado, presente en otros modelos de la gama. Sin embargo, Samsung compensa esto con un zoom óptico 2x de calidad, conseguido mediante recorte del sensor principal, que ofrece versatilidad para la mayoría de las situaciones sin comprometer la calidad.
Potencia, bien dimensionada y con inteligencia artificial
En cuanto a rendimiento, el dispositivo utiliza el procesador Qualcomm Snapdragon 8 Elite for Galaxy, un SoC de última generación fabricado en tres nanómetros que ofrece un rendimiento excepcional y eficiencia energética. Este va acompañado de 12 GB de memoria RAM, lo que asegura una experiencia fluida en multitarea, juegos y aplicaciones exigentes.
El teléfono incluye la última versión del sistema operativo Android 15 con la capa de personalización One UI 7 de Samsung, además de contar con un compromiso de actualizaciones durante al menos siete años, tanto en sistema como en seguridad. También incorpora funciones de inteligencia artificial exclusivas de la marca para mejorar la experiencia de usuario, como Audio Eraser, Generative Edit y Now Brief.
Batería del Samsung Galaxy S25 Edge
La batería del Galaxy S25 Edge tiene una capacidad de 3.900 mAh, una cifra similar a la del Galaxy S25 estándar, pero que debe alimentar una pantalla más grande y brillante. Samsung asegura que el dispositivo ofrece autonomía para todo el día. Evidentemente, esto está por ver, pero gracias a las tecnologías implementadas y al uso de un procesador de tres nanómetros, esto es completamente posible.
En cuanto a la carga, el teléfono soporta carga rápida por cable a 25W, carga inalámbrica rápida a 15W y reversible inalámbrica a 7,5W, permitiendo cargar otros dispositivos compatibles. Estas velocidades son idénticas a las de otros modelos de la gama de producto a la que pertenece, por lo que no hay sacrificios en este aspecto.
Claramente, el Samsung Galaxy S25 Edge representa un ejercicio de diseño audaz que combina un perfil ultrafino y ligero con características de alta gama en cámara, potencia y resistencia. Aunque sacrifica algunos elementos, su equilibrio entre estética y funcionalidad lo convierte en una opción muy atractiva para quienes valoran la portabilidad sin renunciar a un rendimiento sobresaliente.