Hay cosas en la vida que uno aprende a las malas. Como montar un mueble sin leer las instrucciones. O intentar cocinar arroz sin tapa. Pero si hay un clásico entre los clásicos de los errores de principiante, ese es intentar montar un tocadiscos sin tener ni idea de lo que estás haciendo. Créeme, no estás solo.
La primera vez que toqué un tocadiscos pensé: “¿Cómo de complicado puede ser? Solo pongo el vinilo, bajo la aguja… y listo”. Spoiler: no era tan fácil. Que si el brazo no pesa lo suficiente, que si el plato vibra más que un móvil en modo terremoto, que si el disco suena como si estuviera bajo el agua… Y claro, uno empieza a pensar que esto del vinilo es solo para expertos. Pero no tiene por qué ser así.
Hoy en día, muchos tocadiscos son más “plug & play” que nunca. Pero aún así, si realmente quieres sacarle el máximo partido a tu colección de vinilos, hay ciertos errores que conviene evitar desde el minuto uno. Aquí te dejamos 5 meteduras de pata muy comunes (y muy evitables) a la hora de montar tu tocadiscos.
Los 5 errores más comunes al montar tu tocadiscos (y cómo evitarlos)
1. No colocar el tocadiscos en una superficie nivelada
Este parece obvio, pero muchos no se dan cuenta de lo importante que es. Si el tocadiscos no está perfectamente nivelado, la aguja no se asentará correctamente en el surco del disco, y eso se traduce en un sonido desequilibrado o incluso en saltos molestos.
Para evitarlo, usa un nivel de burbuja (puedes conseguir uno baratito en cualquier ferretería) y asegúrate de que la base esté bien firme. Algunos tocadiscos tienen patas ajustables, así que aprovéchalas. Recuerda: una buena base es el primer paso hacia un buen sonido.
2. Colocar el tocadiscos cerca de fuentes de vibración
Sí, la música es vibración, pero no toda vibración es buena. Tener el tocadiscos sobre una mesa que se mueve al mínimo toque o justo al lado de un altavoz es como invitar al desastre con una sonrisa. Las vibraciones se transmiten al plato y, de ahí, a la aguja. ¿El resultado? Distorsión y una experiencia de escucha bastante pobre.
Lo ideal es colocar el tocadiscos sobre una superficie rígida y estable, lejos de fuentes de vibración como altavoces, electrodomésticos o subwoofers. Si puedes permitirte una plataforma de aislamiento, mejor que mejor. Tu colección de vinilos te lo agradecerá.
3. Ajustar mal el peso del brazo (tracking force)
Este es uno de los errores más frecuentes, y más peligrosos para tus discos. Si el brazo (o mejor dicho, la aguja) presiona demasiado, puedes dañar permanentemente tus vinilos. Si presiona muy poco, la aguja saltará como si estuviera en una pista de baile.
Consulta siempre el manual del fabricante. Ahí te indicarán el peso ideal para tu cápsula (normalmente entre 1.5 y 2.5 gramos). Ajusta el contrapeso del brazo con cuidado y, si quieres ser muy preciso, invierte en una pequeña balanza digital para tocadiscos. No cuesta mucho y puede marcar una gran diferencia. Y no, no uses una moneda de dos céntimos como contrapeso. Nunca. Jamás.
4. No limpiar tus vinilos correctamente
Parece mentira, pero mucha gente se olvida de que los vinilos también se ensucian. Polvo, grasa de los dedos, partículas microscópicas… todo eso afecta al sonido. Y no, no es solo una cuestión de “manías de audiófilo”. Un disco sucio suena peor y desgasta más rápido la aguja.
La solución es sencilla: utiliza un cepillo de fibra de carbono antes de cada escucha y guarda los discos en fundas limpias, preferiblemente antiestáticas. También es importante manipular los discos por los bordes, sin tocar la superficie. Y de vez en cuando, dale una limpieza profunda con productos específicos. Tu oído te lo agradecerá.
5. Usar una etapa de phono de mala calidad (o no usarla en absoluto)
Aquí viene uno de esos detalles que pasan desapercibidos, pero que son clave para tener un sonido de verdad bueno. Si conectas un tocadiscos directamente a un amplificador sin entrada phono, el volumen será bajísimo y el sonido, plano y sin cuerpo.
¿La solución? Asegúrate de que tu tocadiscos tenga una etapa de phono incorporada o, mejor aún, usa una externa de calidad. Hay modelos por menos de 100 euros que mejoran muchísimo el rendimiento del equipo. Y si ya tienes un amplificador con entrada phono, asegúrate de que no sea solo “de adorno”. A veces lo barato sale caro, incluso en el sonido.
Conclusión rápida (pero útil): Si estás montando tu primer tocadiscos o si ya llevas tiempo con uno pero sientes que algo no suena como debería, repasa esta lista. Evitar estos cinco errores es el primer paso para que tus vinilos suenen como se merecen: limpios, profundos, cálidos y llenos de vida. Porque al final, más que un hobby, esto del vinilo es una experiencia. Y con un poco de mimo, esa experiencia puede ser simplemente mágica.