Montarnos un cine en casa… que bien suena, ¿verdad? Es el sueño de muchos de nosotros. Pero por desgracia, es un sueño que pocos pueden llevar a cabo. Al menos si lo que buscas es tener una sala dedicada. Pero hoy no vamos a hablar sobre cómo montar una sala de cine dedicada en tu casa, de eso ya os habló mi compañero Javier. Hoy vamos a hablar de cómo montar un sistema de cine en casa en un salón normal y corriente, ya que la mayoría de nosotros nos tendremos que conformar con esta opción.
Vamos a hablar de equipos de imagen, de equipos de sonido, de cables necesarios y de otros componentes. Tranquilos, no va a ser nada súper técnico, va a ser una breve guía para que todo el que quiera mejorar su experiencia de cine en casa aclare esas dudas que siempre surgen. Para que sea todavía más claro vamos a dividir entre Imagen y Sonido, así podremos centrarnos en cada tipo de dispositivo. ¿Estáis preparados? ¡Empezamos!
Imagen
Las películas están compuestas de imagen y sonido, así que en un sistema de cine en casa tenemos que tratar ambas cosas. Para la imagen tenemos dos opciones claras, televisor o proyector. Y es un tema bastante tratado en AVPasión, así que permitidme que no me extienda demasiado en este apartado.
Televisor de gran formato
Si optamos por un televisor, lo ideal sería optar por el modelo más grande que nuestra cartera nos permita. Ojo, no estamos diciendo un televisor «grande ande o no ande», ya que si compramos un televisor muy grande que tenga problemas de imagen igual de grandes no vamos a tener una buena experiencia.
Pero es cierto que hoy en día tenemos en el mercado televisores de 98 o incluso más pulgadas con una calidad realmente buena y un precio bastante competitivo. Modelos como el TCL C6K, que no llega a los 3.000 euros en su versión de 98 pulgadas pero que aún así incluyen tecnología QD-MiniLED y sistema Full Array, pueden ser una grandísima opción para empezar nuestro cine en casa.
Proyector y pantalla de proyección
A no ser que nos gastemos un dineral en un proyector, lo más probable es que un televisor de gran formato nos proporcione una mejor calidad de imagen. Además de otras ventajas, como poder verlo en cualquier condición de luz o tener un buen sistema operativo incluido.
Pero son muchos los que opinan que un televisor no te da esa experiencia de cine en casa que te da un proyector. Por suerte, el mercado de proyectores también ha avanzado mucho y actualmente tenemos opciones para todos los gustos y bolsillos que, además, ofrecen un precio competitivo. Básicamente vamos a tener que decidir entre dos tipos de proyector:
- Proyector UST o de tiro ultracorto: nos facilitan la instalación, ya que se colocan pegados a pocos centímetros de la pantalla. Suelen venir con sistema operativo integrado. Así que podríamos decir que son lo más parecido a un televisor de gran formato. Modelos como el Formovie Theater Premium, uno de los últimos y mejores modelos UST que hemos probado en AVPasión.
- Proyector de tiro normal: la segunda opción es un proyector de tiro normal, es decir, los de toda la vida. Aquí tenemos un mercado gigantesco con precios que van desde los pocos cientos de euros a los miles y miles de euros. Proyectores como el JVC DLA-NZ700, para los que manejan un presupuesto alto, el Epson EH-LS12000B para los que tienen un presupuesto medio o el Hisense C1 para los que van un poco más justos.
El «problema» de los proyectores es que necesitamos una pantalla que los acompañe, lo cual incrementa el precio del conjunto considerablemente. El mercado de pantallas también es muy amplio, con diversas opciones disponibles:
- Pantallas fijas
- Pantallas enrollables manuales
- Pantallas motorizadas
- Pantallas tensionadas (fijas y plegables)
- Pantallas ALR (ideales para los proyectores UST)
Optar por un sistema de proyección más pantalla nos permitirá alcanzar tamaños que, de momento, son superiores a los que ofrecen los televisores. Mediante el uso de un proyector conseguiremos fácilmente una pantalla de 120 o incluso más pulgadas, siempre y cuando tengamos el espacio necesario claro.
Reproductores
Ya tenemos la pantalla, pero vamos a necesitar algún dispositivo que sea capaz de reproducir contenido en la misma. Sí, ya sé que los televisores y muchos proyectores ya cuentan con apps de streaming incluidas, pero seguro que muchos de los que pensáis en montar un cine en casa querréis reproducir algo más que el contenido de streaming.
Lo ideal es añadir a nuestra configuración un reproductor multimedia. Si tenéis un presupuesto ajustado podéis optar por una Nvidia Shield TV Pro o por un poquito más el Zidoo Z9X 8K; pero si tenéis un presupuesto mayor tenéis en el mercado opciones muy potentes, como por ejemplo el Zidoo UHD8000, el R_volution PlayerOne 8K Signature Edition o el Dune HD Max 8K.
Con un reproductor multimedia tendremos suficiente para reproducir casi todo el contenido. Pero si somos de los que nos gusta tener una colección de discos físicos, también necesitaremos un reproductor Blu-Ray. Están un poco en desuso, pero todavía podemos encontrar en el mercado algunos dispositivos muy interesantes.
Sonido
Vamos ahora con la parte del sonido, súper importante en un sistema de cine en casa. Nuevamente, tenemos varias opciones disponibles para elegir según nuestras necesidades y, por supuesto, nuestro presupuesto.
Barra de sonido y altavoces activos
La opción sencilla son las barras de sonido o incluso un par de altavoces activos. También incluimos aquí sistema derivados de estos, como por ejemplo podría ser el Sony BRAVIA Theatre Quad. Al final el concepto es el mismo, al sencillez.
Los altavoces activos pueden ser una muy buena opción para conseguir un sonido estéreo superior al que ofrece una barra de sonido, pero tienen el «problema» de que perdemos el sonido envolvente, algo que pensamos que es imprescindible para disfrutar del cine en casa.
En cuanto a las barras de sonido, no todas ofrecen lo mismo. De esto hemos hablado mucho y hecho muchísimas selección. Es más, tenéis un magnífico artículo sobre las mejores barras de sonido de 2025. Pero lo más importante es que diferenciéis entre las que solo llevan la barra de sonido (y el subwoofer en algunos casos) y las que incluyen también altavoces traseros. También tenemos las que solo incluyen la barra de sonido, pero después se pueden ampliar con altavoces extra.
Si no queréis complicaros y tenéis un presupuesto relativamente ajustado, las barras de sonido como la conocida Samsung HW-Q990F son una magnífica opción para empezar vuestro sistema de cine en casa. Ofrecen un sonido potente y completo, ya que cuenta con altavoces traseros y altavoces de altura, además de con un subwoofer muy capaz. No es la única opción, por supuesto, y existen modelos de gama mucho más alta todavía, pero es una apuesta segura.
Receptor AV + altavoces
Si las barras de sonido no os convencen y queréis sonido multicanal para vuestro cine en casa, no tenéis más remedio que recurrir a un sistema de receptor AV con altavoces pasivos. Y aquí es cuando entramos en la «mandanga de la buena», porque tenemos una cantidad de modelos y precios diferentes como para volvernos locos.
No podemos hacer una recomendación directa, porque depende de muchos factores, pero sí os podemos decir que a la hora de comprar un receptor AV es importante que tengáis en cuenta el número de altavoces que vais a instalar ahora y los que tenéis pensado instalar en el futuro. Teniendo esto en mente, elegid un receptor que sea capaz de amplificar o al menos procesar el número de canales que tenéis pensado instalar.
Y por supuesto también debemos tener en cuenta el número de entradas HDMI que vamos a necesitar, aunque hoy en día esto no debería ser problema para un receptor AV moderno. Por lo demás, «extras» como el sistema multiroom, la compatibilidad con aplicaciones de streaming de música y demás no son importantes para el cine en casa, que es lo que nos ocupa.
Optar por un receptor AV con un conjunto de altavoces es un jaleo, para que nos vamos a engañar. Vamos a necesitar tirar un cable desde cada uno de los altavoces hasta el receptor AV (incluyendo los del techo si pones Atmos), además de otro para el subwoofer (aunque hoy en día existen soluciones para transformar cualquier subwoofer en inalámbrico). Por eso son muchos los que eligen una barra de sonido, por su comodidad y sencillez en la instalación.
Sin embargo, si quieres un sonido de cine del máximo nivel en tu cine en casa, tienes que optar por este conjunto. No hay comparación con ninguna barra de sonido, por muchos altavoces traseros que incluya. Además, los receptores AV suelen incorporar sistemas de corrección de sala mucho más complejos, lo que permite ajustar el sonido de una forma infinitamente más correcta.
Procesador AV + Amplificador + Altavoces
Los Receptores AV llevan muchos años siendo los reyes del cine en casa porque incluyen procesamiento y amplificación, todo en uno. Esto hace que la mayoría de usuarios se decante por estos dispositivos. Pero si quieres ir a por todas, y tu presupuesto te lo permite, deberías considerar la opción de utilizar dos dispositivos separados: un procesador AV y un amplificador.
En realidad el concepto es muy sencillo. En el mundo HiFi es muy habitual «separar» equipos, es decir, tener equipos que solo se dedican a una función muy específica, lo cual debería hacer que el rendimiento de ese sistema sea superior. En el cine en casa también se puede hacer.
Por un lado tenemos los procesadores AV, que se encargan de recibir las señales y procesar el sonido. Es decir, es en estos dispositivos donde tendremos los HDMI y demás entradas, ya que son los que se encargan de gestionar los formatos de sonido, como el Dolby Atmos o el DTS:X, e incluso de la corrección de sala si está incluida.
Por otro lado tenemos los amplificadores, que son los encargados de darle potencia al conjunto y, como su nombre indica, amplificar el sonido. Estos solo incluyen una conexión para conectarlos al procesador AV y otra para los altavoces, poco más. Por ejemplo, uno de los últimos conjuntos de este tipo de los que os hablamos en AVPasión fueron el Marantz AV 20 y AMP 20, que llegaron al mercado hace relativamente poco.
Cableado
Imaginad que os habéis vuelto locos, habéis comprado todos los equipos que habéis elegido y ya lo tenéis todo para crear vuestro cine en casa. Toca montarlos y muy importante, conectarlos. Así que antes de empezar a abrir cajas es mejor que os aseguréis de que tenéis todos los cables necesarios.
El rey de los cables hoy en día es el HDMI, sin ninguna duda. Estamos en un supuesto en el que hemos comprado todos los equipos nuevos, así que no tendría sentido comentar cómo conectar equipos antiguos. Aún así, tenéis muchos artículos sobre el tema en AVPasión.
Dicho esto, vamos a intentar ir por casos de uso para que no sea demasiado lio. Si habéis optado por una barra de sonido, tendréis que conectarla al televisor o al proyector mediante un cable HDMI y utilizando siempre el conector marcado como ARC (o eARC). Esto permitirá que el televisor mande el sonido al equipo externo con un solo cable.
Y si tengo un reproductor externo o una consola, ¿dónde lo conecto? Pues depende. Si vuestra barra de sonido cuenta con entradas HDMI, lo mejor es conectar cualquier equipo externo a la barra de sonido directamente. Si no es así (o no tiene suficientes), tendréis que confiar en la conexión ARC, no os queda otro remedio.
Si habéis optado por un receptor AV más altavoces, esperad un poco, todavía no conectéis nada al televisor. Os recomiendo que primero conectéis al mismo todos los altavoces, ya que sino después es posible que sea mucho más incómodo. Para hacerlo simplemente tendréis que tirar un cable de altavoz desde cada uno de los altavoces que vayáis a instalar y conectarlo en su lugar correspondiente.
Conectados ya los altavoces, ahora sí podéis empezar con los HDMI. Como he comentado en las barras de sonido, lo ideal es que conectéis todos vuestros dispositivos externos (reproductor, consola, etc.) al receptor AV y el receptor AV al televisor o proyector mediante la conexión HDMI ARC. Ojo porque muchos receptores tienen una segunda o incluso tercera salida HDMI, destinadas a manejar varias zonas de la casa.
Esta es la recomendación general, pero si queréis entrar en más detalle os dejo por aquí una «Guía para conectar todos tus dispositivos al televisor« que hicimos hace un tiempo y también un artículo en el que explicamos «¿Qué es mejor, conectar los dispositivos al televisor o al sistema de sonido (receptor AV o barra de sonido)?«.
Pero Antonio, yo es que he ido a por todas y me he comprado un procesador AV y un amplificador por separado. Tengo aquí un lio de tres pares, ¿cómo conecto todo esto? Bueno, aquí la cosa se complica un poco. Pero el mundo es para los valientes.
Si es este es tu caso, lo primero que quiero decirte es ¡enhorabuena!. Dicho esto, vamos a lio. En realidad no es complicado, lo único que debemos hacer es «comunicar» al procesador AV con el amplificador. Para ello generalmente tenemos dos opciones. La más común y económica es utilizar cables RCA, como los que tienes sobre estas líneas.
En la parte trasera de tu procesador AV verás que tienes una serie de salidas RCA, generalmente correspondientes al número de canales que es capaz de procesar. Y además las diferenciaras de las entradas RCA porque estarán marcadas con el nombre del canal: Front, Center, Rear, Surround, Height, etc. (además de cada uno de ellos con L y R, excepto el central).
Si te vas a tu amplificador verás que tiene una serie de entradas RCA, que coinciden con el número de canales que es capaz de amplificar. Pues bien, aquí es donde tenemos que conectar los cables RCA. Una vez conectados procesador y amplificador, tendrás que conectar los cables de los altavoces al amplificador, ya que será este el que los alimente.
Es posible que tu procesador AV y tu amplificador sean capaces de trabajar con conectores XLR. Estos ofrecen una mayor calidad de conexión, pero necesitan cables XLR para poder conectarlos, los cuales suelen ser bastante más caros que los RCA. Si has realizado una gran inversión en tu equipo de cine en casa puede que no te moleste realizar una mayor inversión en cables, así que échales un ojo.
Ahora que ya tenemos conectados los dos equipos que van a trabajar con el sonido, solo nos falta conectar los HDMI. Recuerda, estos van al procesador, no al amplificador. No es difícil, pero si algo lioso. Si no te ha quedado del todo claro te insto a consultar el artículo «Cómo conectar un amplificador externo o etapa de potencia al receptor AV«, en el que os contaba el proceso algo más desarrollado.
¿Algo más a tener en cuenta?
Bueno, creo que hemos tratado los casos más habituales cuando alguien busca montarse un cine en casa. Por supuesto podríamos entrar en otros detalles importantes, como la corrección de sala o el tratamiento acústico de la misma, pero no era esa la intención. Si queréis ir un paso más allá o estáis pensando en montar una sala de cine dedicada, os insto a revisar la serie de artículos sobre el tema que ha publicado mi compañero Javier (Tocinillo).