Si te gusta disfrutar del cine en casa con un buen sistema de sonido, seguro que has oído hablar de DTS:X y Dolby Atmos. Son esos formatos de audio que prometen envolverte en la acción con sonidos que vienen de todas partes, incluso desde arriba. Pues bien, la realidad actual es que DTS:X está perdiendo claramente la batalla. Y no lo decimos nosotros, lo dicen los datos, los lanzamientos… y hasta el silencio incómodo de los fabricantes.
En la época dorada del Blu-ray, DTS era el jefe, el que mandaba en la pista de audio de la mayoría de películas. Pero todo cambió con la llegada del UHD Blu-ray y el streaming. Desde entonces, Dolby Atmos ha ido ganando terreno a pasos agigantados, y ahora mismo podríamos decir que ha dejado a DTS:X en la cuneta, esperando un autobús que ya no pasa.
¿Te suena exagerado? Pues ponte cómodo, porque lo que te vamos a contar es casi un drama con tintes de documental de Netflix. Desde diciembre de 2024, no ha salido ni un solo Blu-ray, Blu-ray 3D ni UHD Blu-ray en Alemania (uno de los mercados más importantes de Europa) con sonido DTS:X. Y en el resto del continente y Estados Unidos la cosa no pinta mejor. La última película con DTS:X fue «El Último Cazador de Brujas» en enero de 2025. Y lo próximo que se espera… es para julio. Una edición limitada de Serenity. Muy limitado todo, la verdad.
¿Qué está pasando con DTS:X y por qué está perdiendo frente a Dolby Atmos?
Para entender este cambio, hay que mirar atrás. En los tiempos del Blu-ray «clásico», DTS-HD MA era la estrella del show. Estaba por todas partes. Estudios como 20th Century Fox, Paramount, Universal y Lionsgate apostaban casi siempre por él. Mientras tanto, Dolby TrueHD tenía su nicho con Warner Bros y Disney, pero no era tan dominante. Todo parecía estable… hasta que llegó el audio basado en objetos, el 4K, y con ellos el reinado de Dolby Atmos.
Con Atmos, todo se volvió más inmersivo, más espectacular. Y mientras Dolby iba cerrando acuerdos con estudios, fabricantes de televisores, plataformas de streaming… DTS:X no terminaba de encontrar su sitio. Hoy, según la base de datos de FlatpanelsHD, hay 113 títulos en UHD Blu-ray con DTS:X frente a 616 con Dolby Atmos. Y la mayoría de esos títulos con DTS:X salieron antes de 2019. Vamos, que ni los fans más fieles encuentran novedades en este formato.
Pero si crees que el panorama en físico es malo, espera a ver lo que pasa en el streaming. Aquí Dolby Atmos directamente arrasa. Lo encuentras en Netflix, Disney+, Apple TV+, Max, Amazon Prime… está en todas partes. ¿Y DTS:X? Solo sobrevive en Disney+ y Sony Pictures Core (antes Bravia Core), y encima con el sello IMAX Enhanced, que suena muy guay, pero tiene truco: el audio ya no es sin pérdida, es comprimido. O sea, que ni siquiera conserva esa ventaja técnica que solía tener.
Por si fuera poco, muchos televisores y reproductores actuales directamente no soportan DTS. LG lo ha quitado otra vez en sus modelos de 2025, Samsung lo lleva años sin incluir, y ni el Apple TV 4K ni los dispositivos con Google TV son compatibles. ¿El resultado? Una experiencia limitada, o peor aún, sin sonido, para los que tienen películas con pistas DTS:X. Sí, aunque no lo creas, en muchos equipos actuales no se oye nada si el archivo lleva audio DTS sin respaldo.
Y ahora la pregunta del millón: ¿puede DTS darle la vuelta a esto? La verdad… pinta complicado. Su gran jugada era el IMAX Enhanced con DTS:X, pero al final ha quedado como un formato reducido y sin fuerza comercial. Sin acuerdos con gigantes como Apple o Samsung, su margen de maniobra es mínimo. Y para colmo, se viene una nueva competencia: Eclipsa Audio, una propuesta de Google y Samsung bajo el paraguas de la Alliance for Open Media. Todo apunta a que ni siquiera ellos confían ya en DTS:X como alternativa.
En resumen, lo que en su día fue un titán del audio de cine en casa, hoy lucha por no desaparecer. Dolby Atmos ha ganado terreno gracias a su flexibilidad, apoyo masivo y marketing, mientras que DTS:X se ha ido apagando poco a poco, como una vela sin aire. Los coleccionistas de Blu-rays lo notan, los usuarios de streaming lo notan, y los fabricantes ya ni lo miran. Salvo sorpresa, la guerra del sonido envolvente ya tiene un claro ganador… y no es DTS.