Hay regalos que no fallan. Y uno de ellos, sin duda, es un buen altavoz inalámbrico. Porque da igual si es para un amigo, tu pareja o tu cuñado fan de la música —tener buen sonido a mano es algo que todos agradecemos, sobre todo ahora que cada vez tiramos más del móvil para todo. Y como este año me han preguntado ya mil veces qué altavoz recomendaría regalar, he decidido mojarme y dejarlo claro con este artículo.
Lo que he hecho ha sido escoger tres modelos muy distintos, cada uno con sus puntos fuertes. Uno es pura potencia, pensado para quien quiere montar fiestas en casa o llevarse la música a lo grande allá donde vaya. Otro es el más todoterreno, ese que te puedes llevar absolutamente a cualquier sitio sin preocuparte por batería, golpes o agua. Y el tercero es el más inteligente y compacto, ideal para quienes ya tienen un ecosistema Sonos o simplemente quieren un altavoz que lo haga todo sin complicaciones.
Así que si estás pensando en hacer un regalo que de verdad se use y se disfrute, aquí van mis tres favoritos personales. Los tres me parecen aciertos seguros. Cada uno tiene su estilo, pero todos ofrecen mucho por lo que cuestan, sobre todo si pillas alguna oferta navideña.
Sony ULT Field 5: potencia bruta y bajos de otro planeta

Si lo que quieres es sorprender con un altavoz que suene como un equipo serio, este es tu modelo. El Sony ULT Field 5 es una auténtica bestia pensada para quienes disfrutan del volumen alto, los graves que retumban y la música a lo grande.
Tiene un woofer X-Balanced y dos tweeters, y lo que lo hace tan especial es ese famoso botón ULT, que refuerza los graves en dos niveles. Y ojo, que no hablamos de un refuerzo cutre: los bajos tienen pegada de verdad, como si estuvieras en una mini discoteca portátil.
Pero si lo tuyo es afinar, desde la app de Sony puedes trastear a gusto gracias a un ecualizador de 10 bandas. Puedes dejarlo exactamente a tu estilo.
En conectividad también viene cargado: Bluetooth 5.3, LDAC para música en alta resolución, entrada jack 3.5 mm, USB-C que sirve también como powerbank para cargar el móvil… y si te apetece montar algo más grande, puedes emparejarlo en estéreo o con muchos más con el modo Party Connect.
¿Y si te lo quieres llevar de ruta o a exteriores? No hay problema. Este altavoz es IP67 contra agua y polvo, IP66 contra chorros de agua e incluso resiste el óxido. Vamos, que si se te cae en la arena o le salpica cerveza… ni se inmuta.
Y por si todo eso fuera poco: hasta 25 horas de batería, carga rápida (10 minutos = 100 minutos de música) y luces LED sincronizadas con la música. Sí, pesa más de 3 kilos, pero es el típico altavoz que pones en el salón… y no quieres quitar nunca.
JBL Charge 6: el clásico que nunca falla

Si solo pudieras regalar un altavoz y acertar, este sería el elegido. El JBL Charge 6 es el típico modelo que nunca decepciona, y que cada generación mejora lo que ya parecía perfecto.
Tiene ese diseño cilíndrico tipo botella tan cómodo de llevar, pero lo importante está dentro: 28 horas de batería si activas el modo Playtime Boost, 45 W de potencia y un sonido equilibrado, potente y limpio que mejora generación tras generación.
Y si hablamos de conectividad, está a otro nivel. Viene con Bluetooth 5.4, el nuevo sistema Auracast para enlazarlo con otros JBL compatibles (sin complicaciones), y atención a esto: puedes conectarlo directamente al ordenador por USB-C con audio digital. Vamos, que lo enchufas y ya está, sin líos.
Además sigue funcionando como powerbank para cargar el móvil, lo cual es un plus si estás en el parque o en una escapada. Y lo mejor: resiste polvo, inmersiones y golpes con su protección IP68. Es literalmente un altavoz a prueba de todo.
Por todo esto, para mí es el más versátil, equilibrado y fácil de recomendar. Si lo ves cerca de los 120 euros, no lo dudes: es el regalo perfecto para casi cualquier persona.
Sonos Roam 2: el más completo para casa y fuera

Este es el altavoz que regalaría a alguien que ya tiene Sonos en casa o que simplemente busca calidad sin complicaciones. El Sonos Roam 2 es pequeño, ligero y no necesita presentación: funciona igual de bien dentro que fuera de casa, y se adapta a todo tipo de uso sin esfuerzo.
Cuando sales, tira de Bluetooth 5.2, pero cuando llegas a casa se conecta por WiFi automáticamente y se integra en tu sistema Sonos como uno más. Puedes controlarlo con AirPlay 2, con Alexa o Sonos Voice, o hacer multisala si tienes otros altavoces de la marca.
Por dentro, lleva un tweeter y un woofer, ambos con amplificación Clase H. Y aquí viene lo mejor: se calibra solo gracias a Trueplay automático. Tú lo pones donde quieras… y suena siempre bien.
Eso sí, por Bluetooth no tiene códecs Hi-Res (usa SBC y AAC), pero por WiFi puedes enviarle audio de alta calidad desde servicios como Tidal o Apple Music.
La batería dura unas 10 horas, se carga por USB-C o base inalámbrica Qi, y es IP67: resistente al agua, al polvo y a los golpes. Y encima pesa solo 430 gramos, lo cual lo hace perfecto para mochila o como mini altavoz de mesita.
Si ya hay un Sonos en casa, este altavoz es el siguiente paso lógico. Pero incluso si no, es ideal para quienes quieren algo pequeño, bonito, bien hecho y fácil de usar.
¿Cuál elegir entonces? Pues depende del perfil de la persona.
Si lo que quieres es algo que impresione, que suene como un equipo serio y que sirva para fiestas, el Sony ULT Field 5 es el rey. Si necesitas algo para todo: viajes, playa, trabajo, casa… sin complicarte, el JBL Charge 6 es el más equilibrado y fiable. Y si la persona tiene buen gusto, un sistema Sonos o simplemente busca un altavoz compacto y con calidad de sonido top, el Sonos Roam 2 es el regalo redondo.
Yo los regalaría con los ojos cerrados. Son apuestas seguras, de esas que no se quedan en un cajón, y que se disfrutan durante años. Porque regalar un altavoz no es solo regalar un cacharro: es regalar buenos ratos, buenos recuerdos y buena música.
Y ahora que se acercan las ofertas de Navidad, si ves alguno rebajado… lánzate sin pensarlo. Porque este tipo de regalos, cuando suenan así de bien, no duran mucho en stock.




