Existen muchos tipos de amores. El amor adolescente, el amor fugaz, el amor eterno y luego el amor real. Ese amor imperfecto que, a pesar de todo, calma y abraza, a pesar de que sus protagonistas no estén destinados a estar juntos, pero lo están por costumbre, por no ‘saber soltar’. Y esto es precisamente lo que les ocurre a los protagonistas de ‘Alice y Jack‘, dos adultos con un amor imperfecto lleno de altibajos, una miniserie de Filmin que tardarás muy poco en ver pero que te enseñará, quizá, aquello que no quieres ver.
Protagonizada por los destacados actores británicos Domhnall Gleeson (‘Una cuestión de tiempo’) y Andrea Riseborough (nominada al Oscar por ‘To Leslie’), la serie narra la intensa y a veces perturbadora historia de una pareja a lo largo de dieciséis años marcados por altibajos, errores y continuas desavenencias. Al estilo de ‘Normal People’, pero en una versión más madura, explora aquello que nunca llega a decirse. Como en ‘One Day’, juega con el paso del tiempo, las cicatrices y las imperfecciones del amor. Sin embargo, Alice y Jack logran tener un sentido propio, mucho más torpe, pero también más adulto y mucho más duro, alejado de los cuentos de hadas. Plantea, sin tapujos, qué ocurre cuando el amor no salva, pero tampoco desaparece, sino que se mantiene.
‘Alice y Jack’, una historia de amor imperfecta en Filmin
Alice (Andrea Riseborough) es una brillante financiera, tan exitosa como hermética, siempre envuelta en un halo de soledad y nerviosismo. Jack (Domhnall Gleeson), en cambio, es un científico entrañable y desordenado, de esos que desarman con una sonrisa. Sus caminos se cruzan en una cita concertada a través de una app, y aunque tras pasar la noche juntos cada uno retoma su vida, la atracción entre ambos funciona como un imán que los empuja a reencontrarse una y otra vez, incluso cuando no quieren admitirlo.
En ese primer encuentro, todo parece diseñado para que Jack se convierta en el personaje que conquistará al espectador: ingenuo, afable, cariñoso. Alice, por su parte, irrumpe con una frialdad casi cortante, brusca y condescendiente, como si llevara escrito en la frente que será quien acabe rompiendo corazones. Pero la serie juega con las expectativas: con el paso del tiempo, las dinámicas entre ambos se transforman… y nuestras simpatías también.
Mientras observamos cómo ambos lidian con su propio dolor, Alice y Jack quedan atrapados en un juego constante de tiras y aflojas que marcará, casi sin respiro, los siguientes quince años de sus vidas. Desde el instante en que se conocen, se ven arrastrados a una dinámica helada, casi autodestructiva, de la que no saben (o no quieren) salir. La serie, al menos, no se esconde: señala lo tóxico de esa conexión y lo relaciona con las heridas que ambos arrastran desde la infancia, desveladas poco a poco.
En contraste, los personajes secundarios funcionan como un necesario respiro emocional. Alice se apoya en su única amiga y asistente, interpretada por Aimee Lou Wood, mientras que Jack encuentra apoyo en un compañero de trabajo interpretado por Sunil Patel, que observa las idas y venidas de la pareja con resignación. De hecho, es él quien firma algunos de los momentos más divertidos de la serie.
Una historia que huye de lo predecible
Los protagonistas de la historia, Alice y Jack, son profundamente imperfectos, cada uno atrapado en sus propias contradicciones. Y ahí reside parte del encanto de la serie. Lo verdaderamente estimulante es cómo revierte los roles de género tradicionales que el cine romántico ha repetido durante décadas. En lugar de apoyarse en clichés, desmonta el arquetipo del héroe romántico y rehúye cualquier intento de presentar a sus personajes como modelos de virtud o autoridad moral.
Esa honestidad, cruda y sin embellecer, aporta una complejidad poco habitual en las ficciones amorosas. Así que si lo que buscas es una historia que se aleje de lo previsible y retrate una relación en toda su imperfección, ‘Alice y Jack‘ es, sin duda, una de esas miniseries que debes incluir en tu lista de pendientes de Filmin.




