Aunque estamos en la era del streaming, los altavoces Bluetooth y los móviles, últimamente he detectado entre los jóvenes un creciente interés por los equipos de sonido que van un poco más allá. No me refiero a grandes sistemas HiFi, pero sí quizás a un sistema formato por un amplificador y unos altavoces, al que añadirle quizás un tocadiscos en un futuro. Y eso, como aficionado al HiFi, me congratula.
Este interés hace que seáis muchos los que andáis buscando información sobre qué tipo de dispositivos comprar. Hace algunos días os conté los altavoces que yo tendría siempre en mi lista de la compra. Hoy os quiero hablar del dispositivo que va a alimentar a esos altavoces: el amplificador.
Comprar tu primer amplificador puede ser una tarea complicada, así que voy a darte algunos consejos para que intentes acertar lo máximo posible. O al menos para que encuentres un dispositivo que seguro cubra tus necesidades actuales. En un futuro siempre puedes ampliar o cambiar.
Algunos consejos para comprar tu primer amplificador
Los amplificadores son equipos indispensables a la hora de montar un sistema estéreo de alta fidelidad (siempre y cuando optemos por utilizar altavoces pasivos claro), siendo además la pieza central de estos sistemas. Así que son varios los aspectos a tener en cuenta para elegir un buen amplificador. Vamos a repasar algunos de ellos.
Potencia
La potencia sin control no sirve de nada, decía aquel anuncio de hace años. Y es cierto, pero también es cierto que necesitamos un mínimo de potencia para llenar nuestra sala y mover correctamente nuestros altavoces.
Lo primero que debemos mirar es la potencia de amplificación que recomienda el fabricante de los altavoces que vamos a utilizar junto con el amplificador. En la ficha técnica de cualquier altavoz veréis valores como la sensibilidad, el rango de frecuencia, la impedancia y también la potencia recomendada.
Por ejemplo, si tenemos un altavoz cuyo fabricante recomiende una potencia de amplificación entre 50 y 300 W, significará que para mover bien esos altavoces mínimo vamos a necesitar 50 W por canal. Sin embargo, los expertos recomiendan elegir un amplificador que tenga al menos el doble de potencia mínima recomendada.
Además de la potencia requerida por el altavoz, también entran en juego otros aspectos a tener en cuenta. Por ejemplo, es tremendamente importante la sala. Espacios más amplios requieren más potencia para llenarlos. También la sensibilidad de los altavoces, ya que cuanto mayor sea la sensibilidad más fáciles son de mover.
¡Y ojo con las características de los amplificadores! Cuando revisas la ficha técnica de un amplificador verás que, la gran mayoría de veces, te pone dos valores de potencia. Ejemplo: 60W RMS a 8 Ohms, 90W RMS a 4 Ohms. Esto significa que si tus altavoces funcionan a 8 Ohms tendrás 60 W de potencia, pero si funcionan a 4 Ohms tendrás 90 W de potencia. Es algo tremendamente importante, así que fíjate en la impedancia de tus altavoces. Luego ampliamos este concepto.
Si lo que vas a utilizar es un receptor AV, que es capaz de amplificar varios canales a la vez, lo más probable es que en el apartado de potencia te indiquen la potencia con 2 canales activados. Si tu idea es usarlo para cine en casa con 5, 7 o incluso 9 altavoces conectados, debes tener en cuenta que esa potencia disminuirá considerablemente.
SNR – «Signal-to-Noise Ratio» (Relación Señal/Ruido)
El SNR es una medida que compara la potencia de una señal deseada con la potencia del ruido de fondo. Es decir, es una métrica que te dice cuánto ruido artificial hay en el procesamiento y amplificación y que se está filtrando al sonido.
Mientras más alta sea esta relación, menor será el porcentaje de ruido y, por lo tanto, mejor sonido tendremos en los altavoces, ya que tendremos poco ruido de fondo provocado por el amplificador. Es decir, a la hora de comprar un amplificador, lo que tendremos que buscar es un valor de SNR lo más alto posible.
Os pongo un ejemplo. El WiiM Amp, uno de los amplificadores que más lo está petando actualmente gracias a su gran equilibrio entre precio y prestaciones, tiene un SNR declarado en su hoja técnica de 98 dB. Sin embargo, el WiiM Amp Pro, una versión mejorada y más cara del WiiM Amp, declara un SNR de 120 dB. Un Marantz MODEL 40n, que es un amplificador de más de 2.000 euros, tiene un SNR declarado de 113 dB.
Si queréis ampliar la información sobre el SNR, ya que tiene bastantes matices, os insto a leer este artículo que hicimos hace algún tiempo explicándolo.
Número de canales a amplificar
Esto puede parecer una tontería, pero no lo es. Siendo sinceros, lo lógico y más común es que optemos por un amplificador estéreo, es decir, que sea capaz de amplificar dos canales. Si lo buscamos como tal, como amplificador, en el 99% de los casos así será.
Pero es posible que realizando tu búsqueda veas un término llamado «etapas de amplificación». Esto se utilizar normalmente para los amplificadores que son solo eso, amplificación. No tienen streaming, ni etapas de phono (generalmente) ni nada parecido. Son amplificadores diseñados para conectarles un preamplificador. Y en este mercado sí es habitual encontrarse etapas monofónicas, es decir, que solo amplifican un canal.
Pero donde más afecta el número de canales es a la hora de utilizar un receptor AV como amplificador. Sé que no estamos en este caso, pero si lo vais a hacer mucho ojo. Los receptores AV sí son capaces de amplificar 5, 7, 9 o incluso 11 canales; así que tendréis que elegir uno que sea capaz de alimentar todos los altavoces que vayáis a poner en vuestro cine en casa. O, al menos, que tenga opción de colocar un amplificador externo de apoyo mediante el uso de pre-outs (de esto hemos hablado en AVPasión varias veces).
Impedancia
Lo he dejado caer antes, pero creo que es un término que debemos desarrollar un poco más porque es muy importante. De nuevo vamos a tener que acudir a las fichas técnicas tanto de los altavoces como del amplificador.
La impedancia es un valor a tener en cuenta a la hora de combinar un amplificador y un altavoz por la potencia, pero la realidad es que hoy en día no es tan determinante como hace algunos años. La gran mayoría de altavoces del mercado funcionan con diversas impedancias, indicando siempre una impedancia nominal y una impedancia mínima. Las más habituales son 4, 6 y 8 ohmios.
Lo mismo ocurre con los amplificadores. Si revisamos la hoja de especificaciones veremos algo similar a esto: 2 x 200 W a 8Ω o 2 x 350 W a 4Ω. Es decir, este modelo del ejemplo, sería compatible con 4 y con 8 ohmios (y aunque no se indica, casi seguro que también con 6Ω). Pero no va a sacar la misma potencia si lo configuramos a 8 que a 4 ohmios.
Mientras más baja sea la impedancia de los altavoces, más corriente demandan del amplificador. Es decir, más fuerzan al amplificador, lo que hace que se caliente más, pudiendo incluso dañarse si lo llevamos al extremo. Por otro lado, si la impedancia de los altavoces es muy alta y el amplificador no puede manejarla adecuadamente, no podrás sacar el máximo partido de tus altavoces, ya que se verá reducida su potencia.
Como imaginaréis, para obtener la máxima potencia y rendimiento de los altavoces lo ideal es que la impedancia seleccionada en el amplificador (la mayoría permiten configurarla o bien desde un menú de ajustes o bien desde un switch en la parte trasera) coincida más posible con la impedancia nominal de los altavoces. Esto es especialmente importante si somos de darle mucha caña al volumen durante largas sesiones de escucha.
THD (Total Harmonic Distortion)
Por último os quiero hablar de otro de los valores que veréis en cualquier ficha técnica de un amplificador: el THD. Son las siglas de Total Harmonic Distortion, Distorsión Armónica Total en castellano. Es un indicador de la distorsión que sufre una señal de audio al pasar por el amplificador y se expresa como un porcentaje.
Un THD bajo significa que el amplificador reproduce el sonido de forma más fiel a la señal original, con menos ruido añadido o componentes armónicos. Cuanto mayor es el THD, mayor es la distorsión y, por lo tanto, menor es la fidelidad de la señal de salida.
Aunque es un valor que en principio debería ser bastante importante, lo cierto es que en la práctica no lo es tanto. Esto se debe a la forma tan diferente en la que cada fabricante presenta este valor. Pero bueno, aún así, puede ser interesante conocerlo, ya que lo lógico es que te indique como de «limpio» puede llegar a ser el sonido de ese amplificador.
Pero para que se entiendo mejor, pongamos cifras. Si un amplificador tiene un THD del 1%, significa que «se está inventando» un 1% de la señal original (por hablar muy generalista y que lo pueda entender todo el mundo). Es decir, tiene una distorsión de un 1%. En los amplificadores siempre veréis el THD relacionado con el valor de potencia e impedancia, generalmente con un formato similar a este:
- Amplificador de potencia Salida nominal y THD (8 ohmios): 100 W+100 W (8 Ω/ohmios, 20 Hz a 20 kHz, T.H.D. 0,05%) -> Es decir, este amplificador ofrece 100 W por canal a 8 ohmios, con un rango de frecuencia de 20 Hz a 20 kHz y con un THD de 0,05%.
¿Esto es todo lo que debo mirar a la hora de comprar un amplificador nuevo? Bueno, no todo. Lo cierto es que también son muy importantes apartados como la conectividad o las funciones extra que nos pueda ofrecer, pero eso quizás sean términos más sencillos de entender.