A principios de 2025, cuando Samsung y Google anunciaron Eclipsa, muchos lo vimos como otro intento más de evitar pasar por caja con las licencias de Dolby. Otro HDR10+ en versión audio, vaya. Pero algo ha cambiado estos meses. Lo que en enero parecía una declaración de intenciones, ahora empieza a tener forma, fuerza… y futuro.
Y es que Eclipsa ya se está usando de verdad. Samsung ha sido la primera en dar el paso integrándolo en todos sus televisores y barras de sonido de la gama 2025, y YouTube —ojo, que no es cualquier plataforma— ya permite reproducir pistas creadas con este nuevo formato. La broma se ha terminado: esto ya va en serio.
¿La mejor parte? Que Eclipsa no viene a sustituir a Dolby Atmos en el cine o en Netflix, sino a abrir el sonido inmersivo a todo el mundo, en especial a esos espacios donde Atmos simplemente no llega: el contenido gratuito, abierto, sin licencias. El YouTube de toda la vida, vaya.
Del “otro HDR10+” a convertirse en la puerta de entrada al audio inmersivo para todos

Lo primero que quiero que tengas claro es que Eclipsa no busca competir de tú a tú con Dolby Atmos en las grandes superproducciones o en salas de cine. Para eso Dolby lleva años construyendo un ecosistema imbatible: estudios certificados, mezclas profesionales, alianzas con Apple, Netflix, Disney+… ese trono no se toca. Y no pasa nada.
Lo que sí está haciendo Eclipsa —y muy bien, por cierto— es ocupar ese espacio que nadie estaba cubriendo. El vídeo abierto de internet. El contenido que vemos todos los días en YouTube, en Twitch, en redes sociales. Ese que se graba con medios más modestos, pero que también merece sonar de forma envolvente. Y ahí es donde el plan de Samsung y Google empieza a tener mucho sentido.
Para quien no lo sepa, Eclipsa se basa en IAMF (Immersive Audio Model and Format), un estándar abierto promovido por la Alliance for Open Media, los mismos que están detrás del códec AV1 o el nuevo AV2. Esto quiere decir que cualquier creador, desarrollador o fabricante puede usarlo sin pagar ni una sola licencia. Justo lo contrario que Atmos, que sigue siendo propiedad privada.
Google, además, no ha perdido el tiempo. En verano ya liberaron plugins para programas de mezcla de audio (DAWs), permitiendo a cualquiera crear pistas Eclipsa desde su casa. Y si ese creador sube el vídeo a YouTube, el sistema lo reconoce y lo reproduce con sonido inmersivo real en los televisores Samsung 2025. Ya está todo el circuito montado: creación, subida y reproducción.
¿Y ahora qué? Pues que Eclipsa podría convertirse en el estándar más usado del mundo

Lo que parecía otro experimento sin recorrido se está convirtiendo, poco a poco, en una alternativa seria y funcional. Y esta vez no están solos. Google va a tope con Eclipsa, y eso significa integración directa en YouTube, Android TV, Chrome y más pronto que tarde… en el resto del ecosistema.
Eso sí, hay que ser realistas: hoy por hoy Eclipsa solo funciona en productos Samsung 2025. Ni LG, ni Sony, ni TCL, ni Philips han dicho esta boca es mía, aunque según fuentes cercanas, en 2026 podríamos ver los primeros pasos en otras marcas. Hasta entonces, quien quiera probarlo tiene que hacerlo en una tele o barra de sonido Samsung de este año. Punto.
También hay que entender que Apple no va a montarse en este carro, al menos no de momento. Su apuesta es otra (ASAF, Spatial Audio, etc.) y no parece que eso vaya a cambiar. Pero el resto del mundo sí podría empezar a mirar a Eclipsa como la puerta de entrada al sonido espacial, sobre todo si se mantiene libre y fácil de implementar.
Porque claro, cuando YouTube adopta algo, las cosas cambian. Pasa a estar en todos lados. Como el HDR, el 4K, el streaming… y ahora también el audio inmersivo. Eclipsa puede que no suene tan “pro” como Atmos, pero puede acabar estando en más vídeos, más dispositivos y más oídos. Y eso, mis bellos amigos, es lo que marca la diferencia real.
Lo dijo Caleb Dennison desde Corea del Sur, y lo repito yo desde aquí: Eclipsa no va a matar a Dolby Atmos, pero sí puede democratizar el sonido espacial. Y si eso ocurre, estaremos ante uno de los cambios más importantes en la historia del audio en internet.
 
			 
	 
		 




