Cualquier fan de los videojuegos sabrá perfectamente que la industria está experimentando cambios sustanciales, especialmente desde la ampliación del sector que vivimos debido a la pandemia mundial del año 2020. Si hablamos únicamente y de forma directa del tema de los precios, la verdad es que hemos vivido numerosos cambios a lo largo de los años. Hace tan solo 5 años teníamos un baremos muy definido, con un precio estándar de 60 euros con algunos juegos de gran tamaño que pasaban a costar 70 euros de salida, lo que para muchos ya suponía un precio excesivo.
Por desgracia, en el ya mencionado año 2020 vivimos la primera gran subida de precios, con Sony anunciando que sus exclusivos principales pasarían a costar 80 euros de salida, algo a lo que siguieron más tarde o más temprano otras empresas de terceros y la propia Microsoft con sus juegos para Xbox, lo que hizo que subiéramos el baremo unos 10 euros, teniendo un panorama en el que es ya raro encontrar un juego a 60 euros de lanzamiento.
Ahora, en el 2025, Nintendo que se había mantenido al margen de estos temas, dejando sus juegos con los precios que siempre habían tenido, hizo un anuncio que enfureció a la comunidad, y es que Mario Kart World, uno de los juegos de salida de la Nintendo Switch 2, tendría un precio de 90 euros en formato físico, lo que se señaló por muchos como algo abusivo y que no dejaba de ser una forma de aumentar los precios del sector una vez más.
Para muchos parece que esto se quedará aquí, pero en este caso me gustaría hacer una pequeña reflexión, y es que creo que esto no parará, y en parte es culpa de los consumidores.
Siguen subiendo los precios
Voy a ser especialmente directo. Hasta hace un año nunca había pagado un juego de salida a más de 60 euros, pero las cosas siempre cambian. Durante el mes de junio de este año llegó a las estanterías Death Stranding 2, un juego que llevaba esperando desde hacía años, y la verdad es que terminé pasando un mal trago y pagando los 80 euros que costaba de salida, y francamente creo que incluso habría estado dispuesto a pagar más por este juego, siendo este el principal problema que me encuentro dentro de la comunidad, y yo me incluyo dentro de ella.
Por poner otro ejemplo, esta vez más alejado de mí, cuando se lanzó Mario Kart World, también hubo un pack que incluía la Nintendo Switch 2 con el juego en formato digital por tanto 510 euros, por lo que el juego como tal costaba 40 euros simplemente, un precio para nada prohibitivo y realmente interesante si querías estrenar la consola con un título que deberías poder jugar durante muchos años. Aun así, conozco personas que en vez de optar por esta opción decidieron gastarse los 90 euros que costaba en formato físico, únicamente por el formato en el que nos llegaba.
El debate en este caso no tiene nada que ver con el formato, y soy un claro defensor del formato físico tanto en videojuegos como en cine, series, música y demás, pero esto no hace sino alimentar un sistema. Aunque nos cueste admitirlo, las empresas por lo general suelen ser más listas que los consumidores, principalmente porque cuentan con muchos analistas, y saben perfectamente hasta qué punto estamos dispuestos a pagar, o por lo menos tienen una idea genérica de ello, y sí les demostramos que el techo es cada vez más alto, probablemente quieran seguir subiendo lo máximo posible.
El caso de GTA VI
Probablemente sepas que GTA VI tiene previsto lanzarse durante el próximo año 2026, y más allá de los debates sobre su posible calidad o si finalmente no se volverá a retrasar, la realidad es que las conversaciones dentro de la comunidad están centrándose en su precio. Las declaraciones del CEO de Take-Two y algunos exdirectivos de Rockstar han ayudado a avivar el rumor sobre un posible incremento del precio de este juego, más concretamente hasta los 100 euros o incluso más, y lo cierto es que creo firmemente que muchas personas lo pagarán, porque estoy totalmente seguro de que yo lo haré.
Permitir que GTA VI pueda ser un éxito si finalmente cuesta 100 euros o más es un error, porque manda un mensaje a las empresas. No todos los juegos podrían ser un éxito a ese precio, pero existen otras sagas como FIFA o Call of Duty que probablemente aumentarían sus beneficios con esta decisión, pero los consumidores no solo perderíamos derechos, sino la situación global no nos permite dejar que esto ocurra.