Si llevas tiempo pensando en cambiar de tele, seguro que te has topado con palabras como RGB MiniLED o Micro RGB LED. Y claro, lo primero que uno piensa es: «¿esto qué narices es ahora?». Porque sí, justo cuando nos estábamos empezando a aclarar con lo de OLED, QLED, MiniLED y demás sopa de letras… van las marcas y se inventan otra cosa más. Pero ojo, que esto no es solo marketing, lo que traen estas nuevas teles es bastante serio.
Tanto Samsung como Hisense han sacado la artillería pesada en 2025 con una evolución bestial del clásico panel LCD. Ya no hablamos de retroiluminación blanca o azul como toda la vida, sino de millones de mini luces rojas, verdes y azules que se controlan por separado. ¿El objetivo? Tener lo mejor de los dos mundos: colores más puros, más brillo y mejor HDR, sin renunciar a los tamaños grandes ni preocuparte por el temido quemado del OLED.
Así que si no tienes ni idea de qué va esto del RGB MiniLED vs Micro RGB LED, tranquilo. Vamos a explicártelo con palabras normales, sin tecnicismos raros y contándote de verdad qué cambia, por qué es importante y si merece la pena pagar lo que cuestan estas teles. Spoiler: algunas ya se venden por casi 30.000 euros.
RGB MiniLED vs Micro RGB LED: qué son, en qué se diferencian y cuál es mejor
Lo primero que hay que dejar claro es que tanto RGB MiniLED como Micro RGB LED son tecnologías que siguen basándose en paneles LCD. Es decir, no son autoemisivos como el OLED o el MicroLED, sino que necesitan una luz trasera (backlight) para que veamos algo en pantalla. Pero lo interesante es que esa luz ya no viene de los clásicos LEDs blancos o azules, sino de pequeñísimas luces rojas, verdes y azules totalmente independientes.
RGB MiniLED: el primer paso serio
La propuesta de Hisense, a la que llaman RGB MiniLED (antes conocida como TriChroma), usa LEDs individuales para cada color primario. Estos LEDs miden entre 100 y 200 micrómetros y se agrupan por zonas detrás del panel. ¿El resultado? Una precisión de color y brillo brutal, muy por encima de lo que puede hacer un MiniLED tradicional con retroiluminación blanca o azul.
Según la propia marca, sus teles RGB MiniLED alcanzan hasta el 95% del espacio de color BT.2020, un dato que hasta ahora solo veíamos en los OLED más punteros o en pantallas MicroLED profesionales. Pero lo que realmente nos ha dejado locos es el brillo: hasta 8.000 nits de pico, una cifra que duplica o triplica lo que suelen ofrecer los OLED actuales. Y sin riesgo de quemados, claro, porque aquí no hay píxeles emisivos.
La Hisense 116UX de 116 pulgadas es el modelo más bestia de todos: 30.000 euros de PVP, aunque ya empieza a verse por unos 25.000 en algunas webs. Obviamente, esto no es una tele para todo el mundo, pero lo importante es que ya se están preparando versiones más “normales”, tanto en 75 como en 85 pulgadas, y con precios que podrían ir bajando progresivamente. Ojo al Black Friday y las campañas de Navidad, porque si esta tecnología empieza a bajar de precio, puede ser el gran bombazo de los próximos años.
Micro RGB LED: Samsung sube la apuesta
Y ahora llega Samsung con su Micro RGB LED, que en realidad no es lo mismo que MicroLED, aunque lo parezca por el nombre. Lo que ha hecho Samsung es usar LEDs aún más pequeños, de menos de 100 μm, para formar la retroiluminación. Pero siguen necesitando un panel LCD delante, así que no generan la imagen directamente como un OLED o un MicroLED auténtico.
La gran ventaja del sistema Micro RGB de Samsung es que permite una densidad mayor de zonas de iluminación, lo que se traduce en más brillo, más contraste y una paleta de colores aún más precisa. Ellos incluso aseguran que llegan al 100% del BT.2020, algo que casi ninguna tele del mercado consigue en pruebas reales.
Pero, otra vez, viene el susto: la Samsung Micro RGB de 115 pulgadas cuesta 30.000 pavos. Es decir, por ahora estamos ante teles muy top, muy grandes y muy caras. Aunque todo apunta a que esto va a bajar pronto a tamaños de 75 y 85 pulgadas con precios más decentes.
¿Y en qué se diferencian?
Buena pregunta. La clave está en el tamaño de los LED y el marketing. Mientras que RGB MiniLED usa LEDs un poco más grandes (100-200 µm), los de Micro RGB están por debajo de los 100 µm, lo que les permite agrupar más en menos espacio. Pero al final, ambos sistemas funcionan igual: cada LED emite luz roja, verde o azul, y se controla de forma independiente por zonas.
Y aunque el Micro RGB pueda parecer mejor por su nombre, en la práctica la diferencia no es tan grande.
¿Y esto es mejor que un OLED o no?
Depende. OLED sigue siendo imbatible en negros puros, contraste y ángulos de visión. Y eso no va a cambiar a corto plazo. Pero las teles con RGB MiniLED o Micro RGB están cerrando la brecha a pasos agigantados en lo que respecta a brillo y color.
Por ejemplo, mientras un OLED de última generación como el LG G5 puede llegar a unos 2.500 nits en pico, estos bicharracos de Hisense y Samsung pasan de los 5.000 nits sin despeinarse. Y eso se nota, sobre todo en contenido HDR y en habitaciones muy iluminadas.
Eso sí, siguen siendo teles LCD, lo que implica ciertos problemas que ya conocemos: efecto halo, Dirty Screen Effect, negros que no son tan negros, y un ángulo de visión más limitado. Pero claro, para los que quieren el brillo y color a tope, sin miedo a quemados y a lo grande… son una opción brutal.
¿Merecen la pena o seguimos con el OLED?
Pues como siempre, depende de tu bolsillo y de lo que busques en una tele. Si quieres la mejor calidad global, con negros perfectos y contraste infinito, el OLED sigue siendo el rey. Pero si priorizas el brillo, el tamaño y una imagen vibrante en cualquier situación, estas teles con RGB MiniLED y Micro RGB pueden ser lo que estás buscando.
Eso sí, por ahora están pensadas para quienes quieren pantallas gigantes y tienen presupuesto holgado. No son para todos los públicos… todavía. Pero cuando veamos modelos de 65 o 75 pulgadas con estos sistemas por debajo de los 2.000 euros, entonces sí que estaremos ante una auténtica revolución LCD.
Y como siempre te digo: lo mejor es verlas en directo, comparar y elegir con calma. Porque más allá del marketing, lo importante es cómo se ve la tele en tu salón. Y ahí, tú mandas.