Lo avisamos en abril y ahora por fin es oficial: Samsung ha presentado el primer televisor Micro RGB de 115 pulgadas del mundo. Ya sabíamos que estaban trabajando en algo grande (literalmente), pero ahora lo hemos podido ver en todo su esplendor… y sí, promete ser una auténtica revolución en imagen.
Este nuevo modelo no es solo “un televisor grande”. Estamos hablando de un panel LCD 4K a 144 Hz con retroiluminación de LEDs RGB en escala microscópica, lo que le da un control de la luz y del color mucho más preciso que incluso los mejores Mini LED que tiene Samsung ahora mismo. Dicho de otra forma: negros más profundos, colores más puros y una imagen que casi parece pintada a mano.
Por ahora, la joya ha debutado en Corea del Sur a un precio de 44,9 millones de wones (unos 32.300 $ al cambio), pero Samsung ya ha confirmado que llegará pronto a Estados Unidos y luego irá conquistando otros mercados. Además, no se quedará en 115 pulgadas: la marca promete más tamaños para que nadie se quede sin su dosis de tele colosal (aunque lo de “dosis” aquí es relativo, porque hablamos de un bicho que te llena la pared).
Samsung Micro RGB TV: la nueva bestia que viene a revolucionar tu salón
El truco de este televisor está en la tecnología Micro RGB de Samsung: LEDs de menos de 100 micrómetros colocados bajo una capa LCD para conseguir un control milimétrico de la retroiluminación. Esto significa que las zonas oscuras de la imagen lo serán de verdad, y los colores brillarán sin fugas de luz molestas. Todo ello, potenciado por el Micro RGB AI Engine, un cerebro que usa inteligencia artificial para optimizar los colores en tiempo real según lo que estés viendo.
Y como ya es costumbre en la gama alta de Samsung, el panel viene con Glare Free, ese recubrimiento que elimina reflejos y brillos molestos, así que puedes ver el partido con la ventana abierta sin que el sol te arruine el gol. Además, la tele cuenta con AI Upscaling Pro, para que hasta los vídeos viejos de YouTube se vean casi en 4K, y un chip Micro RGB AI de nueva generación con CPU un 15 % más rápida, GPU 2,1 veces más potente y NPU (procesador de IA) con el doble de músculo.
En el apartado de sonido, no se han quedado cortos: 70 W RMS en un sistema 4.2.2 canales con Dolby Atmos, junto con funciones como Object Tracking Sound+, Adaptive Sound Pro y la sincronización Q-Symphony con barras de sonido inalámbricas. Incluso tiene micrófonos de campo lejano y sensores de luz para ajustar la imagen y el audio sin que tengas que tocar un botón.
Por supuesto, todo corre bajo Tizen OS y Samsung promete siete grandes actualizaciones del sistema, algo que pocas teles pueden presumir. Trae de serie Art Mode, Samsung Health, Google Assistant, SmartThings como centro domótico, y hasta Karaoke Mode para que el salón se convierta en fiesta en dos clics.
Si eres gamer, aquí también hay mimos: 144 Hz de frecuencia variable, AMD FreeSync Premium Pro, ALLM, Mini Map Zoom, Gaming Hub y hasta integración con luces Philips Hue para que el color del salón cambie al ritmo de lo que pasa en pantalla.
En cuanto a conexiones, viene armada con Wi-Fi 5, Bluetooth 5.3, cuatro HDMI 2.0 (uno con eARC), dos USB, Ethernet y salida óptica de audio. Todo lo que necesitas para enchufar consola, barra de sonido, reproductor y… bueno, lo que se te ocurra.
La pregunta del millón: ¿en qué se diferencia de los famosos Micro LED? Pues aunque ambos usan LEDs microscópicos, el Micro LED genera su propia luz y color píxel a píxel, mientras que el Micro RGB es más un LCD vitaminado hasta el extremo, con un control de retroiluminación tan preciso que roza lo que ofrecen los Micro LED… pero a un precio muchísimo más terrenal.
Para que te hagas una idea, un Micro LED de 115 pulgadas en Europa ronda los 150.000 euros, mientras que este Micro RGB se queda en unos 32.000 dólares. Y encima no necesita instalación profesional: lo sacas de la caja, lo pones en tu salón y listo. Bueno, si es que tienes pared y espacio para algo así… porque este tele no se compra: se adopta y pasa a formar parte de la familia.