A veces no hace falta que se estropee nada para que algo empiece a fallar. Basta con que una cosa pequeña cambie para que empiecen los problemas. ¿Te suena eso de que tu Google TV empieza a ir a tirones? ¿El mando tarda en responder o directamente se vuelve loco con los botones? Pues que sepas que el culpable podría no ser tu televisor, sino una app que tú mismo instalaste… con toda la buena intención del mundo.
Y es que una de las ventajas que siempre hemos aplaudido de Android TV y Google TV frente a otros sistemas como Fire TV es su flexibilidad para personalizar. Puedes cambiar el lanzador de inicio, redirigir los botones del mando para que abran tus apps favoritas, quitar funciones que no usas… vamos, que puedes ponerlo a tu gusto. Pero, como suele pasar con casi todo en la vida, no todo lo que se puede hacer conviene hacerlo. Porque esas apps de remapeo, aunque muy útiles, pueden estar provocando que tu mando funcione peor.
Esto lo comentaban recientemente en AFTVnews, y me pareció muy curioso porque es el típico problema que pasa desapercibido. Según contaban, había usuarios que llevaban semanas mosqueados porque su Google TV iba cada vez peor, especialmente con el mando. Botones que no respondían, accesos directos que se quedaban congelados, retrasos extraños… y todo tenía un mismo denominador común: tenían instalada una app para remapear botones. Ni más, ni menos. Y ojo, que muchos ni siquiera usaban ya esos botones personalizados, pero la app seguía abierta en segundo plano y liándola.
Así es como remapear botones puede romper tu Google TV sin que te enteres
Lo que pasa aquí es que las apps de remapeo no tienen permiso oficial de Google para cambiar el comportamiento de los botones del mando. No existe una API oficial para hacerlo, así que los desarrolladores tienen que buscarse la vida con métodos algo… digamos, «creativos».
Lo que hacen muchas de estas apps es utilizar el servicio de accesibilidad que Android ofrece originalmente para ayudar a personas con alguna discapacidad. Gracias a eso, pueden interceptar lo que pasa cuando pulsas un botón… y redirigirlo a otra función. El truco funciona, pero tiene un coste: la app intercepta todos los botones del mando, no solo los que tú has remapeado. Incluso si solo has cambiado uno, el sistema está interceptando cada pulsación, añadiendo un paso extra innecesario.
Ese paso intermedio es lo que puede estar generando lag, errores, o simplemente un mal funcionamiento. Por eso, si usas Google TV o Android TV y notas que el mando responde mal o va con retardo, antes de pensar que la tele está fallando o que hay que cambiar las pilas del mando, prueba algo mucho más simple: desinstala la app de remapeo de botones y reinicia el sistema. A veces, esa limpieza es justo lo que necesita el sistema para volver a ir fino.
No siempre va a pasar, ojo. Depende mucho del dispositivo que tengas, de su potencia, de la versión de Android TV y de cómo uses el mando. Pero si tú también has personalizado tu mando y no usas apenas esos botones que cambiaste… igual estás liando todo sin darte cuenta. Es uno de esos detalles tontos que se nos pasan por alto, pero que pueden tener más impacto del que imaginamos.
En resumen: remapear el mando mola, pero con cuidado. Si lo vas a hacer, hazlo sabiendo que puede traer consecuencias. Y si notas que algo va mal, no te mates buscando fallos complicados: a veces el problema está en esa app que instalaste hace meses y ya ni recuerdas. Y si no usas esos botones, mejor aún: bórrala directamente y deja que tu Google TV respire.