Llevo amando los videojuegos toda mi vida, pero por circunstancias de la vida en el año 2021 cometí el error de vender todos mis juegos físicos, la mayoría de ellos de PS4, algo de lo que me arrepiento aún hoy en día. Ahora, cuatro años después, he rehecho en gran parte mi colección, contando con casi 60 títulos en este formato (además de muchos digitales) entre PS5, PS4, Switch 2 y Switch, y no solo no lo vendería a pesar de que entre todos tienen una valuación de alrededor de 800 euros, sino que tengo razones para ello más allá del simple coleccionismo.
Sí, me he vuelto coleccionista, y es cierto que la verdad es que es una cantidad de dinero importante, e incluso cuento con juegos que son algo difícil de conseguir en este formato, como Fire Emblem: Three Houses, que ya está descatalogado. Ahora bien, tengo mis propias razones, que además considero lógicas, para decidir mantenerlos, y es que en un sector en el que todo es muy volátil estos títulos son al menos una garantía en cierto sentido.
¿Por qué comprar juegos físicos?
Empecemos por lo importante. Muchas personas se preguntan por qué deben jugar formatos físicos, y aunque hay muchas razones, quizá hablaría de que es un valor seguro en el tiempo. Mientras los títulos digitales pueden tener problemas, especialmente relacionados con los problemas de servidores o similares, los juegos en formato físico se pueden jugar incluso cuando haya problemas de internet, aunque es cierto que si se trata de un juego multijugador igualmente no podrás disfrutarlos si tienes problemas de este tipo.
Aun así, esta no es la única razón ni mucho menos, y es que además de esto puedo decir que en el tema monetario es mucho más interesante, no solo porque suela estar a mejor precio de salida, e incluso tienda a ofrecer mejor rebajas con el paso del tiempo, sino porque en un futuro si quieres puedes incluso venderlos para recuperar una parte de lo invertido, aunque como comentaba no es algo que volvería a hacer, y realmente no creo que deberías hacerlo, especialmente si tenemos en cuenta los movimientos que estamos viviendo ahora mismo en el sector.
¿Por qué no deberías vender tus juegos físicos?
Es realmente algo difícil de explicar. Tal y como he comentado en alguna ocasión, los juegos no paran de subir de precio, y es que hace unos años 60 euros era el precio estándar para un gran lanzamiento, mientras que ahora ha subido hasta los 80 euros, en lo que supone un aumento realmente importante, y es precisamente esta volatilidad del sector lo que resulta un problema.
Parece que el aumento de precio de las cosas después de su lanzamiento solo ocurre con consolas, y es que es cierto que tanto PS5 como Xbox Series han subido de precio desde su lanzamiento original en el 2020, pero esto también aplica a los juegos. Esto precisamente ocurre con factores artificiales, como el descatalogado de algunos títulos, lo que no solo logra que sean mucho más difíciles de encontrar, sino que suben de precio de forma exponencial. Un buen ejemplo de esto es Super Mario 3D All Stars, un juego que hoy en día no se suele encontrar por menos de 80 euros, a pesar de lanzarse a alrededor de 50 euros.
Esta volatilidad del sector, unido a la posibilidad de que todos mis juegos digitales terminen siendo inútiles en muchas situaciones, es lo que me motiva a no vender mis títulos. Como comentaba, tengo varios juegos que son relativamente difíciles de conseguir, y que es probable que en los próximos años se vendan por bastante dinero, pero aun así no creo que los venda, porque además de ser parte de mi colección, resultan ser un valor seguro para cualquier amante de los videojuegos.