¿Te imaginas tener en tus manos una peli como Spider-Man: No Way Home antes de que llegue a los cines o incluso al Blu-ray? Pues eso no le pasó a un coleccionista, ni a un friki con contactos en Hollywood. Le pasó a un trabajador corriente, de Memphis, en una empresa donde se fabrican y distribuyen DVDs y Blu-rays para estudios de cine gigantescos. Y claro, la tentación fue demasiado fuerte.
Steven R. Hale, un tipo de 37 años que seguramente llevaba una vida bastante normal, se las ingenió para robar copias físicas de pelis supertaquilleras antes de que salieran al mercado. No estamos hablando de pelis de bajo presupuesto ni rarezas indies: entre los títulos que sustrajo están bombazos como Fast & Furious 9, Venom: Habrá matanza, Godzilla vs. Kong y, sí… Spider-Man: No Way Home. Peliculones que muchos esperaban con ansias.
El problema es que esas copias acabaron filtradas en internet. Y cuando decimos “filtradas”, hablamos de millones de descargas. En el caso de Spidey, el Blu-ray fue “rippeado”, es decir, se saltaron la protección digital, lo convirtieron en archivo digital… y lo colgaron en la red. Todo esto un mes antes del estreno oficial del disco. Imagina el cabreo en Sony, Disney y compañía. ¿La pérdida estimada? Decenas de millones de dólares. Ahí es nada.
El gran lío del Blu-ray de Spider-Man: cómo se desató la tormenta
Durante más de un año, entre 2021 y 2022, Hale estuvo sacando discos “por la puerta de atrás”. Y no se conformaba con tenerlos en casa o presumirlos con los amigos: los vendía online, en webs de e-commerce, como si fueran cualquier producto más. La lista de pelis que salieron de su mochila parece el catálogo de un año entero de blockbusters: Dune, Viuda negra, Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos, Eternals, Encanto, Matrix Resurrections, Jungle Cruise…
Todo esto saltó por los aires cuando el FBI empezó a tirar del hilo y descubrió que el famoso leak del Blu-ray de Spider-Man: No Way Home no fue obra de hackers, sino de un trabajador con acceso directo a las copias físicas. Y claro, las autoridades actuaron: Hale fue acusado formalmente de delitos de infracción de derechos de autor y transporte interestatal de mercancía robada.
Aunque al principio Hale se declaró inocente, las pruebas eran abrumadoras. Esta semana, por fin, ha firmado un acuerdo de culpabilidad. Admitió haber distribuido más de diez copias de obras protegidas por copyright para su beneficio económico. Entre ellas, la copia filtrada de Spider-Man, que fue vista por millones antes de su estreno oficial. Con ese movimiento, Hale intenta que le caiga una condena más suave, aunque aún podría enfrentarse a varios años de prisión.
Y lo más fuerte es que todo esto se mantuvo en secreto durante años. Nadie sabía quién había sido el responsable del leak de Spider-Man. Solo ahora, en 2025, sabemos que fue alguien desde dentro, alguien de la industria. Un caso rarísimo que ha puesto en alerta a todas las compañías del sector.
Este caso nos deja varias lecciones. Primero, que no hace falta ser un genio informático para filtrar una peli: a veces basta con estar en el lugar correcto (o incorrecto) en el momento adecuado. Segundo, que los estudios aún tienen mucho que aprender en términos de seguridad. Y tercero… que algunos no pueden resistirse a tener la peli antes que nadie, aunque eso les cueste la libertad.
¿Y tú? ¿Qué harías si tuvieras acceso al último gran estreno antes que nadie? ¿Te lo guardarías? ¿Lo venderías? ¿Lo compartirías? Hale eligió mal, y ahora lo pagará caro. Pero mientras tanto, la historia de cómo Spider-Man: No Way Home apareció en la red antes de tiempo ya forma parte del folclore digital del cine moderno.