Cuando abrimos la caja de un monitor nuevo, la mayoría busca el cable HDMI como si fuera un tesoro y deja a un lado ese otro cable con una pinta “rara” que dice DisplayPort. Y no es que sea feo… es que no sabemos qué demonios hace. Pero te adelanto algo: si usas un PC para jugar o trabajar en serio, ese conector es tu billete a la primera clase de la calidad de imagen.
El DisplayPort nació porque las conexiones de toda la vida (VGA, DVI…) se estaban quedando más obsoletas que un móvil con antena extensible. Lo desarrolló VESA, una organización que se dedica a que todos los fabricantes se pongan de acuerdo (o lo intenten) en cómo hacer las cosas para que no vivamos en un caos de cables incompatibles. La idea era clara: una conexión moderna, rápida, escalable y preparada para el futuro.
Y vaya si lo consiguieron. El DisplayPort no solo transmite vídeo y audio digital de alta calidad, sino que lo hace con funciones que a HDMI le cuesta igualar, sobre todo en el mundo del PC: mayores resoluciones, frecuencias de refresco altísimas y la capacidad de conectar varios monitores en cadena. Si HDMI es el rey del salón, DisplayPort es el emperador de las mesas de escritorio.
DisplayPort: cómo funciona este pequeño monstruo
A diferencia de HDMI, que transmite la señal de forma continua, DisplayPort envía los datos en “paquetes”. Piensa en ello como en un repartidor que no lleva un único paquete gigante, sino varios pequeños, perfectamente organizados. Esto permite que sea más flexible y que pueda adaptarse a diferentes necesidades, incluso dentro de un mismo cable.
Entre sus ventajas técnicas más bestias:
- Velocidades de transferencia de infarto: desde 8.64 Gbps en sus inicios hasta 80 Gbps en la versión 2.1.
- Multi-Stream Transport (MST): conectar varios monitores en cadena desde un único puerto.
- Ancho de banda flexible: puedes priorizar vídeo o audio según lo que necesites.
- Compatibilidad con largas distancias mediante fibra óptica.
- Control directo de pantallas sin hardware adicional intermedio.
- Formato abierto y sin royalties, lo que facilita que los fabricantes lo adopten sin sobrecostes.
DisplayPort vs HDMI: la batalla de los conectores
La pregunta que todo el mundo hace: “¿Cuál es mejor?”. La respuesta corta: depende de para qué.
- HDMI es perfecto para televisores, barras de sonido, consolas y cine en casa. Es el estándar de la sala de estar.
- DisplayPort es el favorito para PC, sobre todo en monitores gaming o profesionales, porque soporta mayores tasas de refresco y resoluciones sin comprimir la señal.
Si eres gamer y quieres 144 Hz, 240 Hz o incluso 360 Hz con calidad alta, DisplayPort es tu mejor amigo. Si vas a conectar un PC a una tele para ver pelis, HDMI es más que suficiente. Dato curioso: aunque HDMI es más común, DisplayPort puede manejar el doble de ancho de banda en sus últimas versiones sin contar el HDMI 2.2 (que está por llegar).
La evolución del DisplayPort: de tortuga a guepardo
Aquí es donde se ve la ambición del estándar:
- DisplayPort 1.1 (2006-2007): 8.64 Gbps, suficiente para 1080p sin problemas.
- DisplayPort 1.2 (2009-2010): 21.6 Gbps, abre la puerta al 4K y refrescos más altos.
- DisplayPort 1.3 (2014): 32.4 Gbps, soporte para 4K a 120 Hz y 5K a 60 Hz.
- DisplayPort 1.4 (2016): incluye Display Stream Compression (DSC), HDR10, más canales de audio y compatibilidad mejorada con HDMI.
- DisplayPort 2.0 (2019): la bestia, 77.37 Gbps, soporte para resoluciones superiores a 8K y pensado para realidad virtual de alta gama.
- DisplayPort 2.1 (2022): mejora la integración con USB4 y añade certificaciones de cables DP40 y DP80 para garantizar el rendimiento.
Mini DisplayPort y DisplayPort Alt Mode
El Mini DisplayPort es la versión compacta, pensada para portátiles y dispositivos donde el espacio es oro. Apple lo usó mucho antes de pasarse al USB-C.
El DisplayPort Alt Mode es aún más interesante: permite usar un conector USB-C para transmitir señal DisplayPort. Esto significa que con un solo cable puedes cargar el portátil y enviar vídeo 4K o 8K a un monitor, perfecto para setups minimalistas.
¿Y en el día a día?
Aquí es donde la cosa se pone jugosa. Si trabajas con edición de vídeo, modelado 3D o gaming competitivo, DisplayPort te da esa fluidez que HDMI a veces no alcanza. Menos tearing, más nitidez, mejor color… y la posibilidad de enchufar dos, tres o más pantallas sin volverte loco con adaptadores.
En cambio, si lo tuyo es solo ver YouTube y trabajar en Word, no vas a notar gran diferencia. Eso sí, si tienes la opción de usar DisplayPort, úsalo, porque te garantiza más margen de mejora si cambias de monitor en el futuro.
Piensa en DisplayPort como en ese coche deportivo que quizá no necesitas para ir a por el pan… pero que cuando lo pruebas, no quieres volver a conducir un utilitario. Es rápido, versátil, compatible con lo último en pantallas y encima está pensado para durar años sin quedarse corto.
Así que la próxima vez que abras la caja de un monitor y veas ese cable raro, no lo subestimes: puede que sea el mejor aliado para sacar todo el jugo a tu PC.