Si te gustan los altavoces con buen sonido y todavía más estilo, ojo porque KEF acaba de lanzar una pareja de altavoces inalámbricos que lo tiene todo para enamorar a los que buscan versatilidad sin complicarse la vida. Se llaman KEF Coda W y vienen dispuestos a sonar igual de bien cuando pongas un disco de vinilo, un tema en Spotify o una peli desde la tele.
Y es que, aunque por fuera parezcan sencillos, por dentro llevan una tecnología muy seria. Estos nuevos Coda W rescatan el mítico nombre “Coda” de KEF, una gama que lleva sonando desde los años 70 y que en su día hizo que el Hi-Fi de verdad fuera accesible a más gente. Pero no te dejes engañar: aunque haya nostalgia en el nombre, por dentro están cargados de lo último.
Lo mejor de todo es que funcionan igual de bien si eres un romántico del vinilo como si solo usas el móvil para escuchar música por Bluetooth. Y no solo eso: también sirven para conectar la tele por HDMI, usarlos como altavoces de escritorio con el ordenador, añadir un subwoofer externo o incluso pinchar una consola o un reproductor de CD por óptico o RCA. Vamos, que es difícil encontrar un equipo tan polivalente a este precio.
KEF Coda W: altavoces de verdad, con alma Hi-Fi y cerebro moderno
Lo primero que llama la atención es que, a diferencia de muchos altavoces inalámbricos que parecen más una barra de sonido vestida de gala, aquí hablamos de una pareja estéreo con altavoces de verdad, con sus cajas separadas y su cable de conexión entre ellas. Esto ya nos da pistas de que aquí hay intención seria de ofrecer calidad de sonido.
Cada una de las cajas monta un driver Uni-Q de 5.25 pulgadas en su 12.ª generación, una tecnología exclusiva de KEF que coloca el tweeter justo en el centro del woofer para que todo el sonido salga desde un mismo punto, como pasa en la vida real. Esto mejora muchísimo la coherencia y la dispersión del sonido, haciendo que se escuche igual de bien estés donde estés en la habitación.
Además, llevan amplificación dedicada en agudos y graves en ambas cajas, y en total ofrecen nada menos que 200 W de potencia combinada. Y por si esto fuera poco, KEF ha afinado su Motor de Integridad Musical, un conjunto de algoritmos DSP diseñados para sacar el máximo detalle y precisión del sonido. O sea, que por dentro hay un cerebrito que ajusta todo para que suene lo mejor posible.
Por supuesto, si eres más de vinilos, el Coda W viene con un preamplificador phono integrado, por lo que puedes conectar directamente un giradiscos sin tener que añadir nada más. Y si tu tocadiscos ya lleva phono, también puedes conectarlo por RCA normal. Es decir, pongas lo que pongas, estos altavoces se adaptan.
Y en cuanto a streaming, no se quedan cortos: llevan Bluetooth 5.4 con aptX Adaptive y aptX Lossless, lo que significa que vas a poder enviar música con muy buena calidad (hasta CD-quality real: 16-bit / 44.1kHz) sin cortes ni latencias molestas. No llega a los 24-bit de algunos servicios Hi-Res, pero para el 99 % de los usuarios, esto es más que suficiente para disfrutar de la música a lo grande.
¿Que quieres conectarlos a la tele? HDMI ARC. ¿Que quieres poner un subwoofer? Salida dedicada. ¿Que los quieres para el PC? USB-C directo al ordenador. También tienen óptico y RCA. Y para controlarlos, puedes usar los botones físicos o la app KEF Connect, donde incluso puedes ajustar el ecualizador o cambiar entradas desde el móvil.
Visualmente, el diseño también es un punto fuerte. Son sobrios pero elegantes, con una estética limpia y disponibles en cinco colores distintos: Vintage Burgundy, Nickel Grey, Moss Green, Midnight Blue y Dark Titanium. Y si los quieres colocar en vertical, también puedes comprar los soportes oficiales SQ1.
¿Lo mejor? Que todo esto cuesta 899 euros el par en Europa, y ya están disponibles en la web oficial de KEF. Además, vienen con un cable de conexión de 3 metros, pero si necesitas más distancia entre altavoces, puedes comprar un cable opcional de 8 metros para tener más libertad a la hora de colocarlos.
En definitiva, el KEF Coda W es ese tipo de producto que parece hecho a medida para los que quieren sonar bien sin volverse locos. Unos altavoces estéreo que respetan el legado Hi-Fi de KEF, pero con todas las conexiones que necesitas hoy: vinilo, Bluetooth, tele, ordenador y más. Todo en un diseño compacto, elegante y sin necesidad de tener un amplificador aparte.