Seguro que si eres un amante del cine te sonará Arcam y también Dirac. Incluso Dirac Bass Control, ¿verdad? pues si es el caso estás de enhorabuena, ya que estamos prácticamente ante el único AVR del mercado (a un precio «de mortal») que incorpora dichas tecnologías, así como muchas otras como veremos a lo largo del análisis. Ponte cómodo y ajusta esos graves, que vamos a empezar.
Arcam AVR20: Dirac Bass Control, un acierto total
Nos encontramos ante el modelo AVR20, que podríamos colocar como el mejor en relación calidad-precio de su gama (por encima del AVR10, que no cuenta con transformador toroidal y solo una salida de subwoofer y el AVR30, que cuenta con más potencia y amplificación de clase G). Cabe recordar que todos estos modelos, incluyendo el procesador AV40, pueden actualizarse a HDMI 2.1 mediante el envío del equipo a un distribuidor autorizado. Si estás pensando en adquirir uno, también deberías saber que puedes comprarlo ya con esa actualización y con el nombre de AVR21.
El AVR20 que analizamos hoy podría ser perfectamente el sustituto del modelo AVR550, ya muy antiguo, de la marca británica. En diseño y especificaciones, los cambios son enormes: un nuevo backend de red para que podamos acceder al amplificador cuando queramos desde un PC, muchas más opciones, nuevo DAC ESS 9026PRO, mejoras en el transformador toroidal y amplificación AB, soporte para eARC, más potencia…y por supuesto: Dirac y Dirac Bass Control, las joyas de la corona.
El precio del Arcam AVR20 es bastante elevado, encontrándose en ofertas puntuales sobre los 3000 euros, aunque lo habitual es verlo por encima de los 3600 euros. Es un precio alto (y más si tenemos en cuenta que la licencia de Dirac Bass Control Multi Sub, que son casi 500 euros, no está incluida.
Arcam AVR20: ligeras mejoras una amplificación excelente
A pesar de los muchos cambios que presenta la nueva serie HDA (que es como ha llamado Arcam a esta famila), no ha cambiado mucho en el apartado de la amplificación. Al igual que el antiguo AVR550, el Arcam AVR20 es un receptor de 7. con 90 vatios por canal y con una fuente de alimentación similar, aunque añade 4 salidas independientes para subwoofer, algo único que solo igual el carísimo JBL Synthesis.
90 vatios por canales es más que suficiente, además de que Arcam comunica sus vatios de forma real, con los 7 canales a la vez (y no 2 como el resto de fabricantes), con un THD (distorsión + ruido) realmente bajo. Si quieres más potencia, podrías optar por el modelo superior, el AVR30, modelo idéntico salvo que añade otros 10W más de potencia por canal y que su amplificación es la nueva clase G (incorporan varias líneas de tensión que se activan de forma progresiva a medida que el voltaje de entrada aumenta con el fin de lograr mayor eficiencia, dando una mejor salida de potencia que la clase AB pero con menor tamaño).
Arcam AVR20: diseño británico clásico
Parece que es la norma de los receptores de este tipo: la sobriedad marca a los diseños británicos, bien sea Arcam o Cambridge Audio. El AVR20 se presenta con esta simpleza como bandera: una gran pantalla LCD para manejarnos -aunque muy desaprovechada- que muestra información tal como el nivel de volumen, la entrada seleccionada y el códec de sonido envolvente activo.
Debajo de la pantalla hay una serie de botones que se utilizan, entre otras cosas, para cambiar las entradas y operar los menús. Como veremos más adelante, Arcam opta por no dotar a esta serie de AVR de menú de imagen (es decir, no tendremos un menú donde navegar en la TV), todo se hace desde la pantalla. De ahí los botones en el chasis. Eso si, no se leen demasiado bien, no se iluminan y para colmo las serigrafías de los botones están…en el mismo color del botón.
En la parte posterior nos encontramos todo tipo de conexiones, la verdad es que bastante cómodos: los 7 terminales para los bornes de los altavoces, tres salidas HDMI 2.0 (2 principales y una de zona2) y 7 entradas, para que no haya problemas de conectividad. A todo ello se añaden los preout para cada altavoz, 2 pre-out más para una etapa externa para poder manejar hasta 9 canales y 4 salidas independientes de subwoofers, además de dos más extras puenteadas (para un quinto subwoofer), entradas y salidas SPIDF, puerto ethernet, USB para actualizar el firmware, toma de corriente con selector 110-220V y varios conectores más de control remoto. De lo más completo.
Arcam AVR20: navegación completa pero espartana
Los Arcam son muy peculiares. Como decíamos, una de las cosas que más va a sorprender es que todo se configure a través de los menús (o del menú pero desde un navegador, que es lo mismo) del propio equipo. Es una filosofía diferente al resto de marcas que indica que Arcam tira más hacia el sector profesional, ya que este tipo de manejo es más propio del sector Pro. La interfaz, por cierto, recuerda mucho al modelo Synthesis de JBL, ya que es prácticamente un clon de éste pero sin el conector Dante.
Además del menú, también se puede controlar el dispositivo vía IP (como decíamos, desde un navegador), mando a distancia. Cualquiera que busque una integración total puede controlar el receptor vía RS232 también. Además, también se puede controlar vía IR incluyendo la Zona2. Eso puede ser útil para integrarlo vía domótica en nuestra casa.
Trabajar a través de una interfaz web es muy versátil y flexible, pero quizá demasiado avanzado para el usuario más nuevo, por ello os recomendamos que os leáis el extensísimo manual del fabricante, ya que la cantidad de opciones que tiene y de configuraciones para cada cosa es abrumadora. Ahora bien, para los usuarios más avanzados es una auténtica bendición.
Arcam AVR20: Dirac + Bass Control = win-win
Cuando hablamos de Dirac Live hablamos de un potente ecualizador que se fundamenta en la corrección de dos aspectos fundamentales del sonido: la respuesta en frecuencia -atenuando y potenciando ciertas frecuencias en función de nuestra sala- y la respuesta impulsiva, que nos sirve para ver las primeras reflexiones de nuestra sala y la fase de nuestros altavoces.
El AVR20 salió al mercado plagado de bugs, la mayoría de ellos con Dirac como protagonista. A día de hoy, todos o casi todos los bugs están completamente solucionados, así que el software es completamente utilizable a día de hoy. Y funciona a las mil maravillas. Recordad que la licencia básica de Dirac está incluida, pero la de Bass Control hay que comprarla aparte (169 dólares por la de un subwoofer y 349 por la de dos o más subwoofers).
Muchos expertos en cine en casa ya conocen a Dirac y hemos hecho varios vídeos y artículos, pero intentaremos explicarlo de nuevo. Casi todos los receptores de AV vienen con software de calibración. Este software, después de una medición, crea una serie de filtros que ajusta el sonido a las características de la sala, generalmente suele haber más problemas en la zona de los graves.
Dirac no solo corrige con infinidad más de precisión (filtros PEQ, combinando filtros FIR e IIR), si no que además nos permite ver la respuesta impulsiva, además de corregir también la fase de forma automática. Aparte de eso, podemos hacer lo que queramos con el software: cargar respuestas personalizadas, puntos de ecualización al gusto, etc.
Dirac Bass Control, además, nos deja ver e interactuar con la zona de corte (crossover) entre todos los altavoces y el o los subwoofers, jugando con los retardos y las fases -lo hace el sistema automáticamente- para que tengamos una respuesta completamente plana desde los 20 hasta los 20 mil hercios, sin caídas. Y todo automáticamente sin tener que hacer nada a mano. Una maravilla.
Arcam AVR20: un sonido de cine total
Una vez correctamente ajustado el AVR y especialmente tras pasar Dirac Live Bass Control (en mi caso uso una configuración 5.2.4, si, con dos subwoofers) la experiencia es apoteósica. Para probar escenas con gran «patada» hemos utilizado la escena de la carreta de “Ready Player One”, con un gran grave. Además de la carrera de vainas de La Amenaza Fantasma, que puede tirarte la casa abajo. Con menos graves pero con mucho sonido «seco» tendríamos la escena de John Wick 2 del asalto a la mansión, que casi parece que puedas sentir lo que hacen los actores.
Los efectos envolventes y de Atmos (si la pista lo contiene y tenemos altavoces en el techo) son impresionantes, escuchando fácilmente aviones pasar, tiros, golpes, etc. por todos lados. En caso de que la pista no contenga Dolby Atmos, siempre podremos activar el DSP o «emulador» de Dolby Atmos, que hace un gran trabajo partiendo de pistas de audio normales.
Los diálogos son otro de los aspectos que más se benefician de una buena ecualización: adquieren un matiz de mucha profundidad desde el altavoz central, sin sonar en ningún momento de forma sibilante. La experiencia cinematográfica de este AVR unido a Dirac y el control de los graves con Dirac Bass Control es absolutamente de referencia. El AVR20 también da la talla en cuanto a reproducción de música. Sigue siendo un receptor AV, pero que no tiene problemas en ofrecer un sonido estéreo de alta calidad.
Conclusiones
Nos encontramos ante uno de los mejores receptores AV premium del mercado, gracias a la combinación de una sólida sección de amplificación especialmente a Dirac y Dirac Live Bass Control. Aunque salió muy verde en cuanto a firmware, la marca ha sabido responder y solucionar todos los problemas que se le han presentado.
Aspectos que no nos han gustado es que Tidal y Spotify Connect sigan sin estar operativos, el mando a distancia que no concuerda con el resto del equipo o detalles como los botones del chásis o algún que otro bug a la hora de detectar sonido del TV a través del HDMI ARC/eARC.
No obstante, su gran sección de amplificación AB con transformador toroidal, su gran sección de previo, potencia y especialmente el corrector acústico Dirac y Bass Control, convierten al AVR20 en la mejor opción en la gama alta para quien busque la experiencia total en cine. Eso si, a un precio elevado.