Ya tenemos lista la review más esperada del año, la de impresionante Sony A95L, de la que os dejamos hace unas semanas las primeras impresiones. Tras más de un mes de uso continuado con ella, ya podemos sacar nuestras propias conclusiones. Spoiler: es el mejor televisor de la historia.
Antes de empezar con estas primeras impresiones, queríamos darle las gracias a Sony España por la cesión del producto para su análisis, podéis leer más sobre este producto pulsando aquí. En nuestro caso, la elegida ha sido la versión de 65 pulgadas, aunque como podéis ver en el link anterior, está también disponible en dos diagonales más, a unos precios de 3499, 3999 y 6499 euros para 55, 65 y 77″ respectivamente.
Sony A95L: Especificaciones técnicas
Ya el año pasado la A95K nos enamoró con su nuevo panel QD-OLED y sus ventajas sobre el tradicional panel W-OLED de LG, con mejoras en la generación del color, ángulos de visión, imágenes en penumbra, etc. Este año, además, se mejora el brillo en HDR y SDR, la representación del color en escenas en oscuridad y además la longevidad y resistencia del panel son del doble que en la primera generación. Ante todos ustedes, la Sony A95L:
Sony A95L | Características |
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Panel | OLED (panel QD-OLED de 2023) |
Diagonal | 65 pulgadas |
Resolución | 4K UHD (3.840 x 2.160 puntos) |
Alto rango dinámico | HDR10, HLG y Dolby Vision |
Montaje | Fijo o en pared (VESA 400 x 200) |
Medidas | 144.4 x 83.2 x 3,4 cm cm (sin el pie) 144.4 x 85.2 x 33.9 cm (con el pie) |
Peso | 23.4/24.9 Kg (sin/con pie) |
Conectividad (Vídeo) | 2x HDMI 2.0 y 2 x 2.1 (Completos, HDCP 2.3) 3x USB (uno 3.0) 1x Ethernet 1x CI+ |
Conectividad (Audio) | 1 x Salida Óptica 1 x HDMI eARC |
Sonido | 2 woofers de 20W + 2 SW 20W (Acoustic Surface+) |
Compatibilidad/Estándares | ARC/eARC Sintonizador DVB-T2 + 2 x DVB-S2 WiFi (AC) Bluetooth 4.2 Chromecast Integrado Apple AirPlay 2 & HomeKit |
Capacidad de reproducción | MPEG4 HEVC VP9 Perfil 2 |
Sistema Operativo | Google TV |
Control | Mando a distancia (retroiluminado) App |
Diseño: vuelta a los orígenes
Sony ha decidido volver al diseño que estrenó en 2019 con la A90J: es decir, un diseño basado en patas que tienen dos alturas. Si las montamos en su posición más baja, el televisor quedará completamente pegado al suelo, si las montamos en la posición alta -como en la foto superior-, se alzará unos cuantos centímetros para poder albergar una barra de sonido.
A nivel estético, el diseño es realmente atractivo, pero tiene un punto negativo bastante importante: ocupa todo el ancho total del televisor (casi 145 cm en nuestra unidad de 65 pulgadas), por lo que el mueble debe ser al menos, un par de centímetros más de ancho. No es nuestro caso.
En cualquier caso, en la parte inferior encontramos los bordes y biseles del televisor, realmente mínimos con un ancho que no llega al centímetro. Además, la calidad de construcción es una constante en esta MASTER Series y es que Sony no ha escatimado en gastos. Desde la parte trasera, pasando por las patas de aluminio, todo derrocha una calidad pasmosa, síntoma de que estamos ante un producto realmente premium.
Por su parte, la parte trasera está diseñada de una forma muy peculiar pero tremendamente versátil. El televisor tiene una especie de tapas, para cubrir todo el panel y que no se vean los tornillos ni los cables, que pueden pasar por el recogecables, situado en las propias patas. Bonita por delante y bonita por detrás.
Nuevo chipset Mediatek Pentonic, Acoustic Surface+ y mejoras mínimas en el mando a distancia
Antes de entrar en qué nos ha parecido Google TV, vamos a dejar un pequeño párrafo para el sonido integrado, que sorprenderá a propios y extraños con hasta 60W, con 2 actuadores para graves, dos para medios y dos para agudos en lo que el fabricante japonés llama Acoustic Surface Audio+. La calidad de sonido es sorprendentemente buena para un sistema integrado, con unos buenos graves y claridad del sonido.
Lo realmente bueno del sistema (insistimos en lo bien que lo hacen sus graves) es en el hecho de que todo el panel entero es un altavoz gigante, por lo que podemos localizar sin problemas cualquier elemento de una película a lo largo del televisor. Este año Sony continúa ofreciendo un sistema de ecualización automático usando el micrófono del propio mando a distancia para mejorar la acústica de la sala.
Además, el sonido es compatible al 100% con el codec DTS, además de Dolby Digital, Dolby Digital+ y Dolby Atmos, además de sus variantes en HD gracias al soporte completo para eARC (con el que podremos enviar audios HD desde reproductores externos usando el televisor como «puente» haciendo passtrough a una barra o amplificador que soporte audios HD).
Siguiendo con los accesorios, no nos podemos olvidar del minimalismo del mando integrado. Con este año y la llegada de dos botones más, Sony ha encontrado el equilibrio perfecto entre funcionalidad, tamaño y calidad, ya que el mando a distancia destila calidad por los cuatro costados y además de tener accesos directos a las principales apps del mercado, está totalmente retroiluminado.
En cuanto a la conectividad, este año estrenamos nuevo chipset Pentonic 1000 pero seguimos limitado a dos puertos HDMI 2.0 y otros dos son HDMI 2.1 (uno de ellos el eARC) completos con soporte para HDCP 2.3 (soporte 4K@120 y VRR ya de serie). Por supuesto, los puertos HDMI son plenamente compatibles con estándares como ALLM (cambio a Modo Juego de forma automática, lo que Sony llama «Modo de Imagen Automático«). Además. este año se estrena por fin la llegada del modo Dolby Vision Juego.
Por otra parte el micrófono es totalmente compatible con el asistente Google Assistant, ya que incorpora un micrófono en su interior. Si no queremos utilizarlo, el televisor incorpora otro micrófono más. El del mando, además, se puede utilizar para ecualizar el sonido integrado mejorando notablemente el sonido que trae de serie.
Y para acabar con el mando a distancia, también incorpora una nueva funcionalidad la mar de curiosa: si somos de los que perdemos el mando a distancia en el sofá o lo dejamos en alguna habitación, podemos pedirle a Google Assistant (usando el micrófono incorporado en el propio televisor) que lo busque: el mando comenzará a emitir un sonido para localizarlo, ya que lleva un pequeño altavoz incorporado.
Para acabar, también cabe mencionar la particularidad de este modelo: el soporte para la Bravia Cam. No hemos profundizado mucho en su uso y funciones, dado que a la fecha de redacción de este análisis todavía no funcionan la mayoría de sus características: solo sirve, de momento, para hacer videollamadas con ella.
Google TV: el mejor sistema de Smart TV del mercado, otro año más
El sistema operativo de esta A95L es de lo mejor que vamos a encontrar en cualquier modelo de TV: Google TV. Equipada con la última versión del sistema operativo y sus parches de seguridad, el desempeño del sistema es prácticamente perfecto. Eso si, la llegada del nuevo chip Pentonic ha supuesto un pequeño paso atrás ya que el sistema en algunas ocasiones no va tan fluido.
En cuanto a hardware interno al margen del nuevo chip con cuatro núcleos ARM, también está equipada con una cantidad ingente de memoria RAM y de 16GB de memoria interna -aunque el sistema utiliza casi 4GB, reduciendo así el espacio libre disponible-, pero aún así en los nuevos menús con ilustraciones dinámicas de Sony, el sistema rasca y se lagea bastante, incluso llega a tardar varios segundos en aplicar los cambios de imagen o algunas opciones.
Como os comentábamos, el sistema es realmente rápido y la experiencia de Google TV es muy complicada de superar, al menos hasta que Google decida añadir publicidad. Ni un solo pero al sistema como está actualmente, salvo esos pequeños lagazos que se producen solo en esta A95L. Al ser Android, además, podemos instalar cualquier aplicación de este inmenso ecosistema, además con soporte HDR/Dolby Vision (si el servicio lo soporta) y Dolby Atmos (vía ARC a un amplificador o barra, hablaremos de ello más adelante).
Por otra parte, es muy fácil navegar entre las diferentes categorías con esa especie de menú flotante, pudiendo anclar tantas «categorías» como queramos, es lo que Sony ha llamado Menú Rápido. Por poner un ejemplo, si somos alguien al que le guste mucho cambiar entre modos de imagen, simplemente anclaremos la categoría «Modo de imagen» al menú flotante, pudiendo cambiar entre modos de imagen de forma mucho más rápida que teniendo que entrar en el menú general.
Además, el acceso a reproducción de archivos por USB o por red (NAS/DAS) sigue mejorando y cada vez es más estable -aunque limitados a los 100 Mbits de la tarjeta de red integrada (aunque por suerte, solucionable con este adaptador de USB a red gigabit), algo que se repite en todos los fabricantes por alguna razón que escapa a nuestra razón.
QD-OLED 2.0: brillo y color sin fin
La llegada de los nuevos paneles QD-OLED supusieron toda una revolución en la industria, pero aún tenían margen de mejora. Este año, con los renovados paneles 2.0, todos los puntos débiles del año anterior han sido subsanados.
Lo primero que sorprende este año son los niveles bestiales de brillo que consigue este televisor tanto en SDR como en HDR como veremos más adelante, además de un ABL (Limitador de Brillo Automático) aún menos agresivo que la generación pasada. Con ello conseguimos imágenes más brillantes cuando hay un escena con mucho blanco en pantalla.
Y otras dos ventajas enormes de este año: la primera es su longevidad, el doble del año pasado, además de haber incrementado un 30-50% el brillo máximo manteniendo el mismo consumo, además de ser menos propensas a quemados. Y la segunda ventaja es que no usa subpíxel blanco, por lo que no tendremos los defectos propios de esta tecnología y obtendremos un volumen de color superior al emitir cada subpíxel el brillo con el 100% de color rojo, verde y azul, aunque trataremos más este tema en la sección HDR.
Procesador Sony XR de 2024: el Rey sigue siendo el Rey
Y por quinto año consecutivo, encontramos que el procesador de imagen de Sony (escalado, colorimetría, movimiento) es el mejor del mercado, con especial énfasis en que cuanto peor es la calidad de imagen del material, más diferencia a favor del XR encontramos.
El escalado del televisor es excepcionalmente bueno, con una nitidez especialmente increíble y un marcado efecto de profundidad 3D. No solo es nítido, es que este año hemos encontrado una pequeña ventaja: no es tan ruidoso como el del año anterior, es decir, la imagen es aún más limpia. A veces sorprende ver una imagen tan limpia y nítida en fuentes de tan mala calidad, como por ejemplo la TDT:
Otra gran ventaja en los modelos de Sony es el Smooth Gradation (Gradación suave), una funcionalidad que aplica un filtro de De-contorno. Esta interesante tecnología analiza los píxeles adyacentes en colores uniformes, si detecta que no son exactamente iguales, aplica una máscara de gradiente progresivo, viendo así un color en un lado que va poco a poco y de forma suave y progresiva, convirtiéndose en la otra tonalidad.
Tampoco podemos olvidarnos del MotionFlow, el sistema de movimiento de Sony. Aquí de nuevo se nos acaban los calificativos: el mejor movimiento del mercado, la perfección en este campo hecha TV. Es realmente bueno. Es prácticamente imposible encontrarse con artefactos o problemas de objetos que se «parten» fruto de la invención de los frames; además podemos gestionar la suavidad a nuestro gusto sin aparecer efecto telenovela por ningún lado.
Como todo en Sony, es muy natural, muy orgánico; ayuda al movimiento sin destruir ese movimiento típico de cine. Además, este año se ha perfeccionado aún más el filtro de Homogeneidad para mejorar aún más el movimiento, mejorando la brusquedad del movimiento típico de los 24p pero sin parecer artificial en ningún momento.
Para acabar con este apartado, nos queda uno de los puntos fuertes del XR: el escalado y procesado de imagen. Lejos de los términos de marketing de moda actuales (todo tiene que estar procesado por «Inteligencia Artificial«) Sony continúa apostando por su sistema de base de datos por objeto. El nuevo procesador crea una especie de campo 3D, aumentando ligerísimamente -pero suficiente- la nitidez de los objetos en primer plano, dando una percepción más real, más como lo percibe el ojo humano.
Muchas veces es complicado encontrar diferencias entre 1080p y 4K, la verdad, al menos en término de nitidez. En este caso, Sony donde marca la diferencia con el resto de marcas es más en canales de muy baja definición (TDT por ejemplo o viejos DVD) donde saca petróleo de donde no lo había.
La nitidez que consigue el XR no lo había visto ni si quiera en los modelos de la propia Sony del año anterior y esto es gracias al nuevo XR Clear Image: una tecnología capaz de detectar la resolución original de la fuente y aplicar, así más mejoras en la imagen. Si lo unimos al excelente Smooth Gradation, podemos concluir que es una de las marcas donde mejor podremos ver el contenido de mala calidad (y el de buena, por supuesto).
Calidad de imagen SDR: referencia absoluta aunque con un balance de blancos incorrecto
Si comenzamos con el análisis del apartado SDR, veremos una de cal y otra de arena. El balance de blancos en Sony usa un punto llamado Judd-Voss, es decir, viene desplazado hacia el azul en 500 grados (7000 grados kelvin en lugar de los 6500 del cine), por lo que todo tiene un tono azulado que no debería y, por supuesto, altera el color.
Precisamente si echamos un ojo a la colorimetría del panel, veremos como antes de la calibración, la Sony A95L presenta errores importantes en el balance de blancos y en las saturaciones del color, llegando a casi 6 de AE (todo lo que supere el 3 se considera error visible) aunque por suerte se puede solucionar si contratáis una calibración profesional con sonda:
Por otra parte, las bondades de la tecnología QD-OLED hace que tengamos una uniformidad de panel endiabladamente buena, además de una ausencia total de tintes. Además, no encontramos ni rastro de overshoot, exceso de banding de color o problemas similares propios de la tecnología W-OLED. Todo se ve como debería verse.
Para acabar, si unimos todo lo citado además de una de las mejoras electrónicas del mercado y las novedades del panel QD-OLED 2.0, nos encontramos ante uno de los televisores con la imagen SDR más perfecta que podremos comprar en el mercado, eso si, tras realizarle una calibración profesional con sonda. 10/10 para Sony.
Calidad de imagen HDR: este televisor ha nacido para el alto rango dinámico
Si pasamos al contenido del alto rango dinámico, este televisor es una auténtica locura. La hemos comparado contra prácticamente todos los rivales actuales y ninguna ha sido capaz de tumbarla. La más cercana, curiosamente, es la S95C, que comparte panel con el modelo nipón.
Si medimos el nivel de brillo, esta A95L es bestial ofreciendo unos 1560 nits al 2% de ventana y 1370 al 10%, lo que supone ser el televisor OLED más brillante del mercado. Además, como os comentábamos antes, este año Sony ha relajado el ABL (Limitador de Brillo Automático), por lo que el panel es capaz de llegar a unos 250 nits a pantalla completa tras la calibración.
El HDR y un panel QD-OLED con tantísimo brillo y volumen de color gracias a la capa de Quantum Dots hace que la imagen adquiera una tridimensionalidad insuperable, azuzada además por el chip XR de Sony. El hecho de que el panel sea capaz de ofrecer 1560 nits de puro color rojo, verde y azul, sin mezclas ni lavado de color, es indescriptible y debería verse en directo para apreciar el impacto tan extremo que consigue esta A95L en contenido HDR.
Las OLED presentadas hasta ahora, solo podían mostrar elementos brillantes y a la vez saturados en color hasta un cierto brillo, a partir de ahí solo veíamos pura luz blanca (fruto del subpíxel blanco). Pues bien, ese problema se ha acabado en la nueva A95L: hasta el píxel más brillante del panel podrá mostrarse con la saturación de color correcta, dado que no hay subpíxel blanco que «lave» el color. Una auténtica revolución en el mundo OLED.
En cuanto al seguimiento de la curva en HDR, el nuevo chip XR de Sony va variando la imagen (aunque la sigue perfectamente fiel) de forma dinámica en función de un algoritmo propietario (lo que se conoce como tone-mapping), no guiándose por lo que dice una medición estática. Y no atenúa el brillo en función de si es de 1000 o 4000 nits el contenido, algo de agredecer
En definitiva, la combinación de Quantum Dots, junto al menor ABL, más brillo y el mayor volumen de color hace que el resultado en HDR sea simplemente fantástico, haciendo que las escenas en HDR brillen y tengan un «punch» único. Y no solo brillo: ahora ese brillo tiene dentro color, no solo blanco puro.
Como decíamos, la Sony A95L sigue la curva EOTF de referencia (en amarillo) a la perfección, lo que unido a su mayor pico de brillo hace que podamos ver cualquier detalle hasta los 1300 nits sin necesidad de un mapeo tonal (compresión de la imagen). En caso de superar ese umbral, el televisor mapeará la imagen solo de los elementos que sobrepasen ese brillo y sin afectar al brillo medio de la escena.
Como veréis en la foto de arriba, Sony es tan estricta que ambas curvas se superponen, haciendo del seguimiento una auténtica maravilla fiel 100% a la visión del director (con la opción Gradación). Si optamos por la opción de Brillo preferido, la curva medida por la TV (la gris) está por encima de la amarilla, siendo todo más brillante de lo que debería (incorrecto).
Por otra parte, como es costumbre en Sony retendrá todo el detalle posible hasta más o menos unos 2000 nits y a partir de ahí apuesta por el clipping (descartar o quemar detalles en las altas luces) para evitar bajar el brillo general de la escena. El resultado, a nuestro juicio, es el que mejor equilibrio encuentra entre brillo y oscuridad y más con el brillo tan alto que tiene este televisor, con unas imágenes en HDR realmente impactantes.
Como bien sabéis, la A95L es compatible con otros dos formatos HDR: HLG (usado en retransmisiones de TV) y Dolby Vision, donde la Bravia A95L cuenta (al igual que los modelos del año pasado) con la implementación completa basada en el chip -hardware- de la propia TV, conocido como perfil TV-LED.
Aún así y por desgracia, este modelo cuenta con un pequeño problema con contenido Dolby Vision y es que en el modo más preciso, es decir, Dolby Vision Oscuro, el chipset Mediatek muestra la imagen con un exceso de verde muy grande, algo que ya ha sido reportado a Sony y se espera una solución en el próximo firmware. Por otro lado, este año la A95L si es capaz de jugar a 4K con el Dolby Vision Juego activado.
Gaming: llega el Dolby Vision a Japón
Para acabar, aunque no somos muy de juegos, queríamos dedicarle un apartado al Gaming. Este año encontramos varias mejoras importantes. La primera es que la A95L no presenta el problema del ASBL, es decir, que al detectar contenido estático o semi-estático (largas escenas donde los actores apenas se mueven o lo hacen muy poco), va bajando gradualmente la luz OLED hasta niveles mínimos. Aquí NO ocurre.
La segunda mejora la encontramos en el nuevo gamebar con múltiples funcionalidades: ver los fps, si tenemos activado el VRR o no, si está el modo juego activo, si queremos activar una cruceta, etc. Además, otra mejora gracias al Mediatek Pentonic es la posibilidad de jugar a juegos Dolby Vision con el modo Juego activado.
En cuanto al input lag se ha medido 16.8 ms tanto en 4K como en 1080p, lo cual está fenomenalmente bien y baja a 7.8 ms al funcionar a 4K y 120 Hz aunque sigue ligeramente por encima de su competencia más directa, pero apenas es notable y en cambio en Sony sigue activa gran parte del procesamiento de vídeo, por lo que tendremos un mejor escalado y gradientes de color.
Por supuesto, la Sony A95L es totalmente compatible con el VRR de serie, G-Sync, Freesync y 4K a 120 Hz 10 bits y HDR en los puertos HDMI 3 y 4. Lo único malo que podemos destacar en este apartado es que solo tengamos dos puertos HDMI 2.1, cortos ya en casi el año 2024.
Conclusiones: ¿el televisor perfecto?
Y si has llegado hasta aquí, ¡enhorabuena por la lectura tan densa y larga! hemos intentado tocar todos los parámetros importantes de esta espectacular Sony A95L. Es, sin duda, el mejor televisor que hemos tenido el privilegio de analizar en AVPasión y vamos a intentar resumirlo aquí.
Se trata de un televisor de gama muy alta que Sony ha mimado hasta el último detalle: desde la excepcional calidad de construcción, pasando por un sistema operativo muy maduro, un sistema de sonido totalmente a la altura y un mando a distancia que hace honor llamarse «de gama alta«.
En términos de imagen esta A95L es una destroyer: gracias a su panel QD-OLED de segunda generación, la imagen en HDR es sencillamente alucinante con sus 1560 nits en ciertas partes de la imagen con un mapeo de la señal exquisita. Y lo más sorprendente es que lo hace sin lavar ni un ápice el color, ya que todo él emite los 1560 nits de brillo máximo.
En el campo del procesador, seguimos con el chipset XR ligeramente mejorado respecto al año pasado, con algunas mejoras interesantes como la tecnología XR Clear Image. Incluso en este campo donde Sony ya era excepcional, ha conseguido mejorarlo. Sin duda el mejor procesador del mercado.
Más mejoras de esas que son muy importantes pero que casi nadie analiza: la uniformidad es un 10 de 10, los reflejos han disminuido muy notablemente respecto al año pasado, los ángulos de visión son esencialmente perfectos. Y el panel QD-OLED hace que toda la compresión, ruido, posterización y demás suciedad de la imagen comprimida no sea apenas visible al no tener ningún problema derivado de esta tecnología.
En el aspecto de gaming encontramos avances significativos como el hecho de seguir con el ASBL eliminado en HDR, un muy buen input lag de 16 ms y 8 (a 60 y 120 Hz respectivamente), la llegada por fin del modo Juego Dolby Vision y una gambar de lo más completa. Eso si, seguimos echando de menos dos puertops HDMI 2.1 más.
Sus principales problemas serían, en orden, un precio altísimo a pagar por comprar una unidad -especialmente en 77 pulgadas-, solo dos puertos HDMI 2.1, la ausencia de un diseño de patas que no nos ocupe todo el ancho del mueble y un bug que hace que los grises se tornen verdes en Dolby Vision Oscuro y que estamos seguros que Sony solucionará en breve.
En definitiva, nos encontramos ante el televisor perfecto, salvo algunos detalles menores como los ya citados, recibe un rotundo 10 por nuestra parte, el primer televisor en recibir una nota redonda y el premio de Referencia absoluta. Si eres un amante empedernido de la calidad de imagen, sonido y -ahora- videojuegos, la Sony A95L se alza con el primer pódium en los puestos de mejor televisor del 2023.