Hay marcas que pasan por nuestras vidas sin pena ni gloria, y luego está Bang & Olufsen, esa firma danesa que lleva décadas demostrando que el sonido no solo se escucha, se vive. Y justo cuando pensábamos que ya lo habíamos visto todo en cuanto a combinaciones entre analógico y digital, van y se sacan de la manga una maravilla que parece salida de una película retro-futurista: el Beosystem 3000c.
¿Y qué es exactamente esto del Beosystem 3000c? Pues agárrate que vienen curvas. Se trata de un sistema de música que une lo mejor del pasado con la comodidad del presente, combinando el mítico tocadiscos Beogram 3000, que vio la luz allá por 1985, con los altavoces inalámbricos Beolab 8, una de las joyas más recientes de la casa. O lo que es lo mismo: vinilos con alma y streaming con estilo, todo en uno.
La idea suena tan bien como se ve. Y si algo sabe hacer Bang & Olufsen, además de productos con sonido exquisito, es darles ese toque de diseño escandinavo que hace que cada componente parezca sacado de un museo de arte moderno. Pero vamos al grano, que este sistema tiene mucha tela que cortar…
El Beosystem 3000c: donde los vinilos vuelven a latir sin renunciar al streaming
Solo 100 unidades. Así empieza esta historia. Si estás pensando en hacerte con uno de estos Beosystem 3000c, mejor date prisa, porque van a volar. Y no es para menos. No hablamos de una simple reedición nostálgica, sino de un auténtico trabajo de artesanía tecnológica.
Por un lado, tenemos el Beogram 3000, un tocadiscos que ya era icónico en los años 80, con su brazo tangencial y su diseño minimalista, pensado para ofrecer una experiencia de escucha precisa y sin distorsiones. Pero B&O no se ha limitado a sacar uno del trastero y enchufarlo: han remanufacturado las piezas originales, las han limpiado, mejorado, y les han dado un acabado de aluminio perlado y cepillado que es una auténtica delicia visual.
Por otro lado, llegan los Beolab 8, unos altavoces de última generación que no solo se ven espectaculares con sus paneles de nogal y carcasas de aluminio, sino que además suenan como si estuvieras en medio de un concierto privado. Y no exageramos. Tienen conectividad para todo: Tidal, Spotify Connect, AirPlay 2, Chromecast, Bluetooth 5.3… vamos, que puedes pasar de poner un vinilo a enviar una playlist de Spotify en segundos y sin complicaciones.
Y sí, es cierto que los Beolab 8 por sí solos ya cuestan la friolera de 6.500 euros, pero aquí no estamos hablando de dos productos pegados con cinta aislante. Estamos hablando de un sistema hecho a medida, con un diseño cohesionado, pensado para que todo fluya como debe. Un sistema con alma, que dirían los más románticos del hi-fi.
¿26.000 euros por un equipo de música? Pues sí, y con razón
Vale, llegamos al momento de hablar del precio. Y sí, el Beosystem 3000c cuesta nada más y nada menos que 26.000 euros. ¿Es una locura? Pues depende. Si lo que buscas es un equipo para poner la radio de fondo mientras friegas los platos, probablemente sí. Pero si eres de los que valoran el detalle, que saben lo que significa escuchar un vinilo con matices, con ese calorcito analógico que no se consigue ni con el mejor archivo FLAC, entonces esto es otra cosa.
Bang & Olufsen lo tiene claro: este sistema no es para todos. Es para los que entienden que la música no es solo sonido, es una experiencia emocional, casi ritual. Para los que guardan sus vinilos como oro en paño pero también disfrutan del streaming cuando toca. Para los que quieren lo mejor de los dos mundos, y no están dispuestos a sacrificar diseño, calidad ni historia.
Además, todo esto forma parte de su iniciativa «Recreated Classics«, donde la marca no solo rescata productos míticos, sino que los adapta al presente sin perder su esencia. Según Mads Kogsgaard Hansen, uno de los responsables de la línea, “el Beosystem 3000c invita a redescubrir la colección de vinilos y a disfrutar de la música tal y como fue concebida”. Y lo cierto es que lo consiguen.
Así que sí, son 26.000 euros. Pero también es arte, historia, tecnología y sonido en su máxima expresión. Y si te lo puedes permitir, pocas formas mejores de rendir homenaje a tu amor por la música.